Alusiones al Salmo 50: "Oh, Dios, crea en mí un corazón puro"; el público la premió
La ardiente canción de Albania en Eurovisión, ¿cantaba al Espíritu Santo?

Shkodra Elektronike es el dúo que representó a Albania en Eurovisión, una canción-oración sobre un fuego que crea un corazón puro
La canción de Albania en Eurovisión 2025 se llama Zjerm ("Fuego"), pero no es un fuego que destruye, sino uno que crea un corazón puro. A los jurados de Eurovisión no les impresionó mucho, y relegaban a Albania al puesto 16 sobre 26, pero cuando llegó el voto popular mucha gente se mostró fascinada por ella, y acabó en 8º lugar.
Textualmente, como en el Salmo 50, el Salmo del Miserere. "Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme", dice el Salmo.
Y la canción dice, "Crea en mí un corazón puro / en mi nochе, te enviaré luz; / Dios, ten piedad, Dios, ten piedad / En mi corazón, en mi corazón".
En medio del albanés resuena el latín: "Aman, miserere / Aman, miserere". Aman es una invocación a Dios que se usa en canciones sufíes en árabe.
Toda la canción aborda el choque entre el sueño del bien, y la frialdad seca del mal, que se plantea como realismo. Pero contra esa frialdad, está la invocación de ese fuego que "crea un corazón puro", el fuego de la nueva creación, de Pentecostés, del Espíritu Santo, que hace posible el bien.
Un dúo de albaneses en Italia
Los músicos son un dúo de albaneses que hace años que viven en Italia. Aunque ambos son de la misma ciudad, se conocieron en Italia, por Internet, interesados en la misma música y empezaron su grupo en 2018, Shkodra Elektronike.
Él es Kolë Laca, pianista, diseñador, titulado en Políticas. Ella es Beatrice Gjergji, aporta un gran registro vocal y dominio de la escena. A los dos les encantan las performances, la escenografía. También buscar viejas canciones y ritmos étnicos, y darles forma electrónica.
Beatrice fue la que concibió la letra y música de la canción de Eurovisión. Combinaron sonidos tradicionales balcánicos y albaneses, con el empleo de instrumentos folclóricos de su país.

Shkodra Elektronike canta Zjerm en las pruebas del 12 de mayo, 5 días antes de la final de Eurovisión
Ella canta la visión; él, el frío y el mal
Al interpretar Zjerm, se repartieron los papeles. Beatrice da voz a la esperanza, a la utopía, al reino del bien.
"Imagina un minuto sin soldados, sin huérfanos, ni una sola botella en el océano, el petróleo huele a lilas, aprenderías libertad de expresión en la еscuela", recita. Es su visión.
Después, ella misma ora con las palabras del Salmo: "Crea en mí un corazón puro; en mi nochе, te enviaré luz; Dios, ten piedad; Dios, ten piedad. En mi corazón, en mi corazón, este minuto continuará. Buenas personas, personas sin nombres, sus almas bailan, valle Jarnane, mi tierra donde nací, no te olvidaré; Jarnane, mi mundo, sigue brillando, brilla, brilla, brilla".
Pero entonces habla él, Kolë, con voz fría y firme. Es lo contrario a la esperanza, es el realismo desesperanzado del analista.
"Fuego, cae sobre nuestros bailes tribales que retumban, como una avalancha cayendo en las montañas, fuego, personas sin nombre y personas justas, personas que están rotas, caen como siete cuchillos que se clavan en el alma", salmodia Kolë. Los 7 cuchillos son también una alusión católica: la Virgen Dolorosa se muestra siempre, como encarnando los dolores de la humanidad, con sus 7 puñales.
Pero ella persevera, ella, voz femenina del alma, del anhelo de la humanidad, quizá también del mismo Espíritu (que en hebreo es ruah, en femenino).
"Fuego: aquí duerme el mar, la orilla y la luna, y no vemos las estrellas porque las pisamos. Fuego: mientras caminamos con delirio; fuego: tenemos hambre de fuego y luz y te buscamos, en esta oscuridad que no está ni cerca de brillar", canta ella.
Nos recuerda aquello que inspiraba San Juan de la Cruz (en las canciones de Luis Rosales): "iremos de noche, sólo la sed nos alumbra".
Beatrice insiste: "Crea en mí un corazón puro. / En mi noche, te enviaré luz. / Dios, ten piedad. Dios, ten piedad. / En mi corazón, en mi corazón, este minuto continuará. / Buenas personas, personas sin nombres, sus almas bailan. Valle Jarnane, mi tierra, donde nací, no te olvidaré, Jarnane, mi mundo sigue brillando. Brilla, brilla, brilla".
La visión profética, pero enraizada
El minuto profético, la visión que da esperanza ("este minuto continuará"), se suma al reconocimiento de las propias raíces, del bien ya conocido, "el valle, mi tierra". Los mismos músicos son emigrados que, desde Italia, una y otra vez buscan recontactar con sus raíces, encenderlas, renovarlas.
Shkodra Elektronike fue el último en actuar, con una puesta en escena muy cuidada, de rojo contra negro, de vida espiritual contra frío metal.
Otras canciones
En esta edición de Eurovisión ganó Austria, por el evidente virtuosismo vocal de falsetes y agudos de su cantante operístico (la escenografía, firmada por un español, también fue muy valorada). Las canciones intimistas y minimalistas, como la de Suiza, fueron castigadas por el público, que prefería lo aparatoso.
Es curioso comprobar que tanto España como Polonia apostaron por hablar de "diosas", pero con un enfoque muy distinto. La "diosa y diva poderosa" de España era sólo una mujer "fuerte" y encantada de haberse conocido: el público le aportó sólo 10 puntos.
Pero Polonia cantaba a Gaya, la diosa de la Tierra, que en realidad era un símbolo del dolor de madre por la humanidad sufriente, pero que también animaba a luchar y alzarse, con una escenografía llena de dragones. Recordaba mucho al tema de "mujeres fuertes como Madre Teresa" que cantaron las ucranianas de Eurovisión 2024 y quedaron terceras. El público lo premió con 100 puntos: premiaban lo aparatoso, y los dragones lo son. Pero, de fondo, el tema de la canción polaca no era tan lejano al de la albanesa: la necesidad de un fuego que avive para sanar un mundo herido.