Amar al Prójimo no es sencillo

La norma de amar al prójimo la tiene en sí mismo el que ama, según aquel texto: "Ama al prójimo como a ti mismo"  San Agustín.(Confesiones 13,8,9)

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Esta frase nos habla sobre la naturaleza del amor al prójimo y su conexión con cómo nos vemos a nosotros mismos. San Agustín establece un principio fundamental: en un principio, la capacidad y el estándar para amar a los demás residen en el propio individuo. Esta es una cualidad inherente al ser humano, especialmente a aquel que ya ha experimentado el amor-caridad. En otras palabras, para amar verdaderamente al prójimo, primero debemos comprender y cultivar el amor-caridad dentro de nosotros mismos. El amor interno se convierte en el modelo con el que medimos y practicamos el amor-caridad hacia los demás.

Ahora, nos debemos preguntar cómo nos vemos a nosotros mismos. ¿Por qué? Porque quien se desprecia a sí mismo, tendría que despreciar a los demás. También, quien ignora la imagen de Dios que llevamos con nosotros, tampoco la verá en el prójimo. Conviene recordar otra frase de Cristo: " ...con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá" (Mt 7, 2). Si nos medimos a nosotros mismos de forma errónea, tendemos a medir de igual forma a los demás. Dios nos juzgará con esa misma medida equivocada. Deberíamos de aprender a ver la Imagen de Dios en nosotros antes de intentar amar al prójimo como a nosotros mismos.

En el contexto de la evangelización digital, esta frase es particularmente poderosa porque nos recuerda la importancia de la autenticidad y la empatía. En un mundo digital nos sentimos presionados a proyectar una falsa imagen de perfección según el estándar del mundo. Es crucial recordar que todos somos imperfectos y que no somos modelos de nada. Debemos recordar que debemos seguir a Cristo, no a otros seres humanos. En la Iglesia todos somos imperfectos, llenos de errores y contradicciones. Creamos Torres de Babel que se caen sobre nosotros mismos, generando enfrentamientos e indiferencias. ¿Cómo vamos a ofrecernos como modelo de nada? En las redes debemos señalar siempre a Cristo como modelo.