Id y predicad la Buena Noticia
Predicad la Buena Noticia
Esto fue lo que Cristo nos pidió cuando llegó el momento de dejar ir hacia el Cielo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación". Pero también señaló los "prodigios" que acompañan a quienes crean y sean bautizados. San Gregorio Magnos nos señala cómo entender los prodigios, ya que las Palabras del Señor siempre tienen un sentido místico que nos enriquece:
Conviene que observemos sí nosotros somos capaces de hacer lo que el Señor indica:
- Dar buenas exhortaciones para sacar el mal del ser de nuestros prójimo.
- No nos dejamos llevar por los malos consejos que el mundo nos hace llegar continuamente.
- Fortificar el Camino del bien a nuestros prójimos, mediante el ejemplo que damos.
Nada de esto es valorado por la sociedad del siglo XXI, pero es justo lo que Cristo desea que evidenciemos en nuestra vida cotidiana. Aunque todo esto sea incómodo para la sociedad y nos traiga desprecio e indiferencia de los demás, no dejamos de hacerlo. El Señor habla de "condena" para quien no cree. Cristo nunca buscó endulzar la Buena Noticia para que no sintamos que tenemos una responsabilidad en todo lo que hacemos. Hoy parece que señalar el precipicio hace que nadie se acerque y que nos desprecien. Pero, esto es justo lo que le sucedió al Señor. Fue despreciado y llevado a la cruz para morir.
Nadie desea ser insultado, perseguido, señalado con desprecio o ser ignorado con desprecio. Pero si predicamos la Buena Noticia completa, con todas sus partes, lo seremos. Una Buena Noticia sesgada para que no sea incómoda, tiene un resultado evidente: la vacuidad de un mensaje que ajustamos al oído de cada persona que se acerca a nosotros. Un mensaje vacío que, simplemente, va vaciando día a día los templos y alejando de los sacramentos a muchas personas.