Religión en Libertad

Sacerdotes injuriados

"El odio hacia un cura no es rebeldía. Es cobardía disfrazada de progreso"

Los sacerdotes dan la vida allá donde están

Los sacerdotes dan la vida allá donde están

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Una encuesta arroja el dato de que siete de cada diez sacerdotes hemos sufrido insultos o sido ridiculizados por el hecho de ser lo que somos. Es real aunque esto no tendrá campañas de apoyo, ni protestas, ni se hará viral. ¿Por qué?

Sospecho que si la noticia estadística fuera algo así como que “siete de cada diez homosexuales han sufrido insultos” o “siete de cada diez mujeres han sido maltratadas” la repercusión que tendría seria enorme. Y me parece bien. Pero si son sacerdotes la respuesta es silencio. O peor, más burla. Vamos a decirlo claro: el sacerdote es hoy uno de los colectivos más odiados en España. Se nos caricaturiza en las series, se nos ridiculiza en los medios de comunicación, se nos insulta públicamente una y otra vez. Años y años así, esto va calando socialmente. Hoy se habla mucho de empatía pero parece que está es selectiva: solo duelen las ofensas que encajan en el relato ideológico, solo importa lo que no molesta al pensamiento dominante. Si usted recibe ofensas pero no pertenece a cierta minoría entonces no importa. Que sigan.

A un sacerdote se le puede llamar “pedófilo”, “cuervo”, “opresor”, “ladrón”, “traidor”… sin conocerlo. Puede suceder en cualquier momento, no tenemos defensa posible. Solo hay tópicos y prejuicios que olvidan el daño que recibimos. Son insultos que vienen a decirnos que somos lo peor por el hecho de existir. ¿Qué pasaría si un sacerdote dijera que teme ir por la calle con su alzacuello? ¿Pensaríamos que se merece las injurias por ser quien es? No hace falta creer en Dios para ver la injusticia.

La inmensa mayoría de nosotros vivimos entregados, en lugares que no hemos elegido, trabajando en silencio, escuchando y sirviendo a la personas. Piensa que ese sacerdote con el que te cruzas está dando la vida y a cambio lo que recibirá muchas veces es asco y desprecio. Seguramente sea un hombre sencillo que renunció a tener familia por estar cuando nadie más está. Que se parte el alma en algún barrio o pueblo olvidado. Lo único que puede dar el sacerdote es a Dios y vivimos tiempos en los que muchos quieren recibir de todo menos a Dios. Sabemos que hay sacerdotes que han hecho daño. Como hay médicos corruptos, políticos mentirosos y padres maltratadores. Pero, ¿se les puede juzgar a todos por las acciones de unos pocos? Sospecho también que quienes lo hacen hablan después mucho de derechos y libertades.

Sacerdote: que el mundo te insulte por seguir a Cristo solo confirma que vas por el camino correcto. Porque el odio hacia un cura no es rebeldía. Es cobardía disfrazada de progreso.

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