Religión en Libertad

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Hablan de libertad pero no soportan la libertad de nadie para vivir la sexualidad de modo distinto a lo que ellos imponen. Es la secta del sexo desenfrenado.

Se trata de una secta tirana tiene dogmas que no se discuten. En el caso de los fundamentalistas defensores se llega al odio o a la violencia. El rancio y trasnochado dogma sesentaiochista que les han impuesto y que trasmiten es “prohibido prohibir”. Quien vaya contra esto es señalado.

Es llamativo que hablan de “prohibido prohibir” y sin embargo se levantan y reaccionan contra quien habla de libertad para vivir la sexualidad de un modo distinto al que ellos obligan. Que les pregunten a los buenos sacerdotes Julián Lozano o Jesús Silva.

Si alguien se atreve a decir algo distinto al relato ideológico dominante está perdido. Les hacen manifestaciones, les graban, les sacan en la televisión. Se quedan solos. Ni nosotros les defendemos, no vaya a ser que nos acusen de radicales. Un día nos pedirán cuentas.

Muchos en estos tiempos serán mártires de manera doble: por los ataques de odio de fuera y por el “ponciopilatismo” de los de dentro. Atacados por decir que se puede tener libertad para salir del armario por una puerta distinta a la de la vieja secta pansexual. Es dictadura.

Dicen defender a las personas LGBT pero atacan a los que sienten atracción al mismo sexo y viven la castidad. Más aún a los que dicen que dejaron atrás esa vida y cuentan las experiencias de los mercados de carne en los que estuvieron. Para ellos son los apostatas del diosecillo.

No soportan la castidad porque esta golpea a todo lo que creen. Va contra su dios desenfreno. Ridiculiza su creencia de que todos somos de todos y hay que usarse. Y es que la castidad es el fuego que abrasa al ídolo del sexo libre. No lo soportan porque muestra que todo es un engaño.

En esta religión del “solosexosiempresexo” otro dogma es: “sexo libre”. Todo se tiene que justificar con tal de mantener el culto a ese diosecillo. Incluso se niega la realidad y huye de las consecuencias de lo que tira por tierra la falsa secta. Construyen un relato paralelo. Por ejemplo no importa que biológicamente se demuestre que hay vida desde la concepción… Como el embarazo parece ser para ellos el fallo en el sistema, defienden el aborto para reparar el “daño”. Legitiman matar seres humanos para seguir manteniendo a su voraz diosecillo.

Una secta lo es porque no le importa construir sobre la Verdad. Chiringuitos que crean sujetos alienados a consignas y ciegos a razonamientos. Personas a las que la ideología les lleva a justificar y cometer atrocidades.

Como a Julián Lozano: te llegan a denunciar por evangelizar.

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