De la Marcha Radetzky con la que muchos de Vds. saludarán hoy el nuevo año
¿A que sí? Yo no les voy a decir a Vds. que lo haga todos los años, pero si se tercia, me encanta escuchar la Marcha Radetzky cada 1 de enero sobre las 12:00 de la mañana retransmitida desde la Sala Dorada del Musikverein de Viena, en lo que todos conocemos como Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena (Das Neujahrskonzert der Wiener Philharmoniker, en alemán).
Pues bien, el Neujahrskonzert, retransmitido hoy día a una audiencia que puede ascender perfectamente a los mil millones de personas en 54 países, se celebró por primera vez el 31 de diciembre de 1939, si bien la primera edición de Año Nuevo no fue, como podría pensarse, la de 1940, sino la de 1941. Para que se hagan una idea Vds. del contexto en el que ello ocurre, nos hallamos en plena Guerra Mundial, con una Austria que había cumplido ya dos años de anexión a la Alemania nazi mediante el llamado Anchluss (compromiso) fruto del plebiscito de marzo de 1938.
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Lucía Lacarra en Viena Dirigía el concierto al principio, salvo excepciones, un director titular elegido a los efectos, pero en 1987 se toma la decisión de otorgar tan alto honor a distintos directores de orquesta que, como por casualidad, se hallan siempre entre los mejores del mundo. Hasta la fecha lo han hecho los siguientes: Willi Boskovsky (25 ediciones), Clemens Krauss, (13), Lorin Maazel (11), Zubin Mehta (4), Riccardo Muti (4), Josef Krips (2), Claudio Abbado (2), Carlos Kleiber (2), Nikolaus Harnoncourt (2), Mariss Jansons (2), Georges Prêtre (2), Franz Welser-Möst (2, entre las cuales la de este año 2013), Herbert von Karajan (1), Seiji Ozawa (1) y Daniel Barenboim (1) quién, por cierto, según ha anunciado la organización, dirigirá la edición de 2014. Una española inscribe por derecho propio y con letras de oro su nombre en la nómina de honor del Neujahrskonzert, Lucía Lacarra, a la que cabe el honor de haber sido la primera en interpretar la danza del “Danubio Azul” en directo desde el propio escenario, cosa que hizo con su marido Cyrill Pierre. Aunque la interpretación mundialmente conocida es la del 1 de enero, viene siempre acompañada de otras dos interpretaciones, el ensayo general del 30 de diciembre, y el llamado Concierto de San Silvestre (Sylvesterkonzert) del 31 de diciembre. Un concierto tradicional como pocos, probablemente el concierto más famoso del mundo, acompañado de una serie de tradiciones entre las cuales las siguientes. 1º.- Aunque se dice que sólo se interpreta música de los cuatro músicos Strauss, a saber, Johann Strauss padre, Johann Strauss hijo, Josef Strauss y Eduard Strauss, ello no es exacto, pues se acompaña cada vez más de música de otros compositores -este año ha habido hasta un tango-, lo que no quita para que siga pudiendo considerarse como el concierto de los Strauss por antonomasia. 2º.- Las flores que decoran la sala de conciertos del Musikverein son un regalo de la ciudad de San Remo (Italia). 3º.- Las preciosas imágenes del propio teatro y de la ciudad de Viena que acompañan siempre la maravillosa retransmisión, un ejemplo de buen gusto para todo el mundo. 4º.- La manera de repartir las entradas, adjudicadas por sorteo. Desde el dia 2 hasta el 23 de enero de cada año, los interesados presentan su solicitud, especificando el concierto al que desean asistir Año Nuevo, San Silvestre o Ensayo General (30 de diciembre). Concluido el periodo de solicitud se realiza el sorteo. Los precios de las localidades para el concierto de 2012 oscilaron entre los 30 y los 940 euros para el concierto de Año Nuevo, y entre 130 y 380 para el ensayo general. No deje de pinchar aquí si desea Vd. participar en el próximo sorteo que será ya para la edición del 2014. Y 5º por encima de todas ellas, la de concluir el concierto con la Marcha Radetzky (y también con el Danubio Azul), tradición que sin embargo, no se instaura sino en 1958.
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