Religión en Libertad

Creado:

Actualizado:

xml.err

Todo lo experimentó y lo sufrió Cristo. Ha pasado por la prueba del dolor y comprende nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras debilidades. El sufrimiento humano no le es ajeno.

Incluso las terribles enfermedades, llamadas pecados, se han cebado en su carne bendita y, conociéndolas, sabe aplicarnos a nosotros los remedios necesarios para curarnos hasta llegar a un completo restablecimiento. Enfermó por nosotros, Varón de Dolores, para darnos la salud. Desde entonces, no nos olvida.



Este Médico celestial es Luz para las almas, para los ojos del corazón enfermos, incapaces de ver y que hasta la luz les molesta.

El Médico divino y celestial abre los ojos y nos otorga su luz. Sus propias heridas nos han curado. Por eso se puede acudir confiadamente a Él.

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente