Religión en Libertad

Creado:

Actualizado:

xml.err

Dios es justo, tremendamente justo, la justicia misma. En la resurrección del último día, unos recibirán una resurrección de vida y otros una resurrección de juicio y condenación, según sus obras. Son palabras del Señor (Jn 5,39). Simplemente, porque Dios respeta lo que cada cual va eligiendo en su vida, el bien o el mal, el pecado o la gracia, y es consecuente con esa elección libre del hombre. La resurrección para la vida es la consecuencia de vivir en Cristo cada jornada; la resurrección para la condenación es la consecuencia de apartarse de Cristo cada día más lejos y seguir los impulsos y desatinos de nuestra mentalidad carnal. ¿Es posible la resurrección misma, el hecho de resucitar? Uno de los argumentos patrísticos es el cosmológico: se ve en la misma naturaleza y su ciclo de vida donde las semillas han de pudrirse en tierra para luego resurgir en flores, plantas y frutos. Así, una mala semilla brotará para la muerte, pero lo que hayamos sembrado de bien y de bueno y de bello y de verdadero resucitará -nuestro propio cuerpo resucitará- para la vida

El cuerpo merece su recompensa y ser coronado también con la corona de gloria que no se marchita si ha seguido al Espíritu. El cuerpo está llamado al cielo, a la gloria.

Este es el destino final de las bienaventurados, ésta la esperanza.

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente