Veamos qué es el apostolado
Desde el bautismo, cada uno de nosotros, como don precioso participado de Cristo, somos profetas. ¿De visiones, sueños, catástrofes? ¿O de los profetas disidentes que generan una Iglesia "nueva", a su gusto, copiando los modelos sociales? Más bien, profetas como Cristo, voceros de Él, que tienen una Palabra que pronunciar al mundo, anunciando y dando testimonio. El profetismo que nace del ser bautizado recibe un hermoso nombre: apostolado.
El cristiano es un apóstol, un enviado: siempre, en todo lugar, sin condiciones. El apostolado dimana del Bautismo y así ninguno estamos exentos de él, aunque las modalidades del apostolado dependerán de la vocación particular: distinto el apostolado de un sacerdote, el de un misionero, el de un padre o madre de familia, el de un catequista, el de una religiosa en un Colegio, el de un contemplativo en la soledad monástica, etc. Pero, en común, un mismo rasgo: el apostolado.
Un solo texto, de la Constitución Dogmática Lumen Gentium, abre el horizonte:
Un cristiano que no es apostólico en su ambiente, en su lugar de trabajo, familia, amigos, ocio, estará echando a perder la gracia bautismal. Ésta es un impulso a dar testimonio, a ser apóstol en medio del mundo. Dinámicos, valientes, entregados, arriesgados y orantes: así ha de ser un apóstol que, siempre en nombre del Señor, no hace apostolado para sí sino para conducir a Cristo Jesús.
Recordemos un pasaje paradigmático en Jn 1; Andrés y Juan han pasado el resto del día con el Señor. El corazón se les ensanchaba descubriendo en Jesús la respuesta a sus deseos, a lo mejor de su propia humanidad. Felices, han conversado con Él, y de un impacto primero, y una simpatía natural, han pasado a reconocer en Jesús a Aquel que estaba prometido, el Mesías-Salvador. Entonces Andrés, lleno de Dios, se acerca a su hermano y le dice: "Hemos encontrado al Mesías -que significa Cristo. Y lo llevó a Jesús" (Jn 1, 41-42).
¡Ese es el apostolado!: llevar a Jesús. El apóstol ni se detiene en sí mismo ni retiene a los otros en su propia persona. Simplemente, lleva a Jesús.
Con este panorama comenzaremos en el blog, muy poco a poco, en distintos artículos-catequesis a ver el apostolado, su naturaleza, sus tentaciones constantes.