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matrimonio catolico

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San Juan Crisóstomo fue un clérigo cristiano eminente, patriarca de Constantinopla, considerado por la Iglesia católica uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia del Oriente. Este Padre de la Iglesia fue famoso por sus discursos públicos y por su denuncia de los abusos de las autoridades imperiales y de la vida licenciosa del clero bizantino.

El apodo "Crisóstomo " significa "boca de oro" le pusieron este apodo por la elocuencia que lo consagro como el máximo orador entre los Padres griegos.

Primer consejo: “No tengas preocupaciones por el dinero. Ama a tu esposa mas de lo que amas tu propia vida

San Juan Crisóstomo nos recuerda dos pilares espirituales en la vida matrimonial: confiar en la providencia divina y el amor al prójimo. La primera de las ideas, " no preocuparse por el dinero" se centra en el pasaje de Mateo 6,26-33, donde se nos enseña a confiar en la providencia de Dios, esto no significa no trabajar, pero si vivir la pobreza evangélica en el matrimonio, poniendo el esposo y la familia antes que los bienes materiales y que el propio dinero. De otra forma, el dinero pasaría a ocupar un lugar no le corresponde y entonces estaríamos cayendo en avaricia, una clase de idolatría como enseña San Pablo (Col 3,5). La segunda parte, es un recordatorio del mandato de Jesús " amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 13,34). Cristo nos amo hasta el fin, hasta la muerte en la Cruz, y ese mismo amor nos pide a nosotros por el prójimo, y el prójimo más cercano a nosotros es nuestro conyugue. Por tanto es ahí en el núcleo familiar donde los esposos ponen en práctica el mandamiento de Cristo.

Segundo consejo: “Prefiere su compañía en casa por encima de estar fuera. Admirala públicamente y aconsejala pacientemente

Muchas veces suele pasar que preferimos la compañia de amigos o amigas en vez de la de nuestra esposa o esposo, de esta forma estamos poniendo las amistades en un lugar que no corresponde pues ocupan el puesto de nuestro conyugue. Hemos de saber decir que no, que no tenemos tiempo, a nuestros compromisos para tener mas vida familiar. El cristiano se diferencia del mundo porque cultiva la vida familiar, siguiendo el mandato bíblico: Goza de la vida con la mujer amada (Eclesiastés 9,9). También es bueno públicamente alabar a nuestro conyugue, pues estas alabanzas, además de alejar tentaciones, son una muestra pública del amor que le tenemos, que debe ser como el de Cristo con su Iglesia ( Ef 5,25-26).

Tercer consejo:“Oren juntos vayan a la Iglesia y conversen sobre las lecturas y oraciones. Si tu matrimonio es asi, tu perfección rivalizará con el mas santo de los monjes”.

La familia que reza unida, permanece unida, frase que decía el sacerdote estadounidense Patrick Peyton. Ciertamente esta frase esta inspirada en la enseñanza de San Juan Crisóstomo. Todos somos llamados a la santidad, cada uno en su estado y vocación, por eso el matrimonio también puede ser santo, y esta santidad puede rivalizar con los monjes si tienen una vida de oración, de meditación, conversan sobre temas de Dios y no temas mundanos. El matrimonio es una "iglesia doméstica", en donde se hace oración, se conversa de Dios se reflexiona sobre las lecturas o libros espirituales que se leen. Es una "comunidad de amor" pero también" comunidad de fe", es el camino que dos personas toman para alcanzar la santidad, por ello siempre el matrimonio debe acordarse de que "donde dos o más se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos" (Mateo 18,20) es decir, que el matrimonio bien vivido, es cosa de 3, esposo, esposa y Cristo.

Yasmin Oré y Jesús Urones-Evangelizadores católicos.

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