La Sábana Santa vista por la ciencia (I)

La Sábana Santa es una de las grandes reliquias de la cristiandad. Es una tela de lino que los cristianos creen que cubrió el cuerpo de Cristo.
La Semana Santa y la Pascua suponen un buen momento para reflexionar sobre lo que dice la ciencia acerca de la reliquia más importante de la cristiandad: la Sábana Santa. En el pasado congreso de la Sociedad de Científicos Católicos de España, celebrado en Ávila, se dedicó una sesión de cuatro ponencias a este tema. La primera fue impartida por el físico italiano Paolo di Lazzaro:
La Sábana Santa de Turín, también llamada Síndone, es un lienzo muy grande, de 4,4 metros de largo por 1,1 metros de ancho. Contiene dos imágenes, una frontal y otra posterior, de un hombre que ha sido crucificado y torturado exactamente como se describe en los Evangelios. San Juan Pablo II definió la Sábana Santa como "el espejo del Evangelio", y el Papa Pío XI afirmó que la Sábana Santa es "el Quinto Evangelio".
Sin embargo, curiosamente no se pueden ver fácilmente las imágenes a simple vista. Para distinguirlas es necesario tomar una fotografía y aumentar el contraste. Tengamos en cuenta que el lienzo tiene unos 2,000 años y que toda la tela ha envejecido. Con tan solo 100 años, un lienzo de este tipo comienza a adquirir un tono amarillo debido a la oxidación. Por ello, aunque en su día probablemente se apreciaba mejor, en la actualidad la imagen tiene un bajo contraste, lo que dificulta que nuestros ojos la reconozcan fácilmente.
En la Sábana, además de las imágenes, hay varias marcas. Por un lado, hay manchas de agua, probablemente generadas al apagar un incendio ocurrido en 1532, cuando la Sábana se encontraba en Chambéry, Francia. De hecho, hay varios agujeros quemados debido a que estaba guardada en una caja decorada con plata, cuyas gotas fundidas cayeron sobre el lienzo. También hay manchas de sangre en el pecho, en las zonas correspondientes a los clavos, y finalmente marcas de azotes en todo el cuerpo, especialmente en la espalda.
El análisis más completo de la Sábana se realizó en 1978 por un grupo de científicos, en su mayoría estadounidenses, bajo el proyecto Shroud of Turin Research Project (STURP). Durante cinco días y noches trabajaron 24 horas al día con las mejores herramientas analíticas disponibles en ese momento. Esto dio lugar a unos 30 artículos publicados en revistas científicas internacionales de gran prestigio.
El STURP descubrió que la imagen de la Sábana no es una pintura ni una quemadura. No tiene direccionalidad (es decir, no hay sombras) y sus tonalidades no se deben a un color diferente, ya que todas las fibras coloreadas tienen el mismo valor en la escala de color RGB. Las tonalidades dependen más bien de cuántas fibras coloreadas están juntas. Este efecto, conocido como "efecto de halo", contiene información tridimensional posiblemente relacionada con la distancia entre el cuerpo y el lienzo.
La imagen es muy superficial, con una profundidad de color de menos de 0.6 micrómetros, aunque análisis recientes han mostrado una profundidad de solo 0.2 micrómetros. Una micra es la milésima parte de un milímetro, y este espesor es cinco veces menor que esa micra. Si no es una pintura, ¿qué causó la imagen? Es el resultado de un proceso desconocido que oxidó y deshidrató las moléculas de glucosa que forman la celulosa del lino, un proceso de envejecimiento acelerado.