El blog En Cuerpo y Alma, uno de los más visitados en ReligionEnLibertad, atendido por Luis Antequera, ha entrevistado a Alicia Rubio, la filóloga y profesora de instituto que ha enfurecido a los activistas de ideología de género y del feminismo radical con su libro “Cuando nos prohibieron ser mujeres y os persiguieron por ser hombres”. Presiones en su lugar de trabajo, gritos y acosos en lugares de debate público, amenazas de denuncias... Pero esta profesora se mantiene firme y denuncia los daños de esta ideología radical. Reproducimos a continuación su diálogo con "En Cuerpo y Alma".
 

- La ideología de género es un constructo doctrinal, una verdadera ideología con una forma de interpretar la realidad a través de los postulados que impone.

La ideología de género afirma que no hay hombres ni mujeres naturales, sino que hombres y mujeres son fruto de los convencionalismos, aprendizajes sociales e imposiciones. De esa forma, todos podemos ser hombres o mujeres, según decidamos, si no nos lo impone la sociedad.
 
Como estos planteamientosson bastante extremistas y alejados de la realidad y las percepciones de la gente han de imponerse mediante legislaciones y educando a los menores cuanto antes en estos planteamientos.
 
En origen, surge de un feminismo que odia al varón, al que considera causante de todos los males de la mujer, incluso de sus condicionantes biológicos como la maternidad, y al que acusa de haberse creado su rol social, e incluso su propio rol biológico, que para las feministas es “el rol bueno”, el que las mujeres tienen que imitar.
 
Y las tiene, porque esa interpretación de la naturaleza humana en clave de odio al varón y desprecio por la mujer, sus condicionantes biológicos, la maternidad, con una aplicación de la lucha de clases entre los sexos, resulta un instrumento excelente de controlar, e incluso reducir drásticamente, la población, por lo que comienza a ser adoptada por organismos internacionales relacionados con la demografía y a irradiarse a través de una ONU empeñada en ese control poblacional.


 
Sí, porque por si todo ello fuera poco, la ideología de género se ha revelado un negocio de grandes proporciones…
 

- De muchas. A través de la industria del aborto como medio anticonceptivo. A través de los medicamentos para una contracepción que garantiza a la mujer un “rol sexual masculino”. Y también, como estratagema idónea para la consecución de fondos, generalmente públicos, supuestamente dirigidos a resarcir a las mujeres en “situaciones estructurales de inferioridad”, los cuales, en realidad, sólo van a parar a las manos de unas feministas que se abrogan la representación de todas las mujeres. De parecida manera, por cierto, a los lobbies homosexualistas, que también reciben cuantiosos fondos para resarcirles de agravios ancestrales que para nada se producen hoy día.
 

- Dependiendo del lugar que se ocupe en el protocolo de implantación, la finalidad es el dinero y los privilegios. En el caso de la ONU, a la recepción continua de fondos y su reparto para imponer esta visión, se unen otros dos objetivos: la reducción de la población y la creación de generaciones manipulables que no objeten esta concepción del ser humano.
 

- A una visión de la sexualidad hiperactiva y sin tabúes pero no procreativa; de la naturaleza como un lugar donde el ser humano es un depredador a eliminar; y de la vida humana como algo sin dignidad intrínseca, cuya existencia y defensa sólo se someten a criterios de utilidad y productividad.
 

- Así es. Hay países a los que yo llamo “cobaya”, en los que las distintas políticas de género se han ido implantando mediante todo tipo de imposiciones y manipulaciones de la opinión pública. Según se comprobaba el funcionamiento de tales estrategias, éstas se utilizaban en otros países. En algunos países en los que la agenda del género está completamente asentada, se ha pasado ya a la fase de los despropósitos, donde una población noqueada acepta cualquier aberración legal. En otros, en cambio, la cosa está menos avanzada, y como se intenta recortar etapas para igualarlos con los pioneros, la población está rebelándose. En esos países la presión está siendo extrema y sin disimulos.
 
Hay países en Hispanoamérica que están intentando frenar las legislaciones de género, impuestas por gobiernos de todos los colores que siguen los dictámenes de la agenda del género al margen de los deseos de unos ciudadanos a los que se ignora. Pero la rebelión más efectiva está viniendo de los países que pertenecieron a la antigua URSS, víctimas de la reingeniería social comunista y que ha detectado en esta nueva ideología alarmantes semejanzas con el totalitarismo que ya vivieron. Así, Hungría, Polonia, Croacia…intentan defenderse de las imposiciones de organismos internacionales para establecer las políticas de género.

Claramente sí: la ONU y la Unión Europea. Y una serie de países cuyas políticas exteriores están centradas en ello. Era el caso de EEUU hasta la llegada de Trump, es el caso de Canadá, el de Holanda…
 

Luego están las fundaciones y ONG’s internacionales cuya imagen es de benefactores de la humanidad pero que, tras entrar en los países bajo esa apariencia gracias a dinero público aportado por entidades supranacionales, se dedican en realidad a crear bastiones nacionales “económicamente autosuficientes” de fomento de la ideología de género. Estas fundaciones dejan a sus “descendientes” en ambientes política y económicamente favorables. En su forma de supervivencia, me recuerdan a los huevos de los “alien”, que viven de los “cuerpos sociales” que les albergan y a los que destruyen para alimentarse.


 - Es el caso de las fundaciones de Soros, Planned Parenthood Internacional, movimientos internacionales feministas y LGBTI, asociaciones pro-eutanasia…
 
             
- Muchos. La ocultación de sus intenciones reales con falsos objetivos buenistas y nobles que ni consigue ni pretende conseguir. La manipulación a través de los medios de comunicación, a los que “agradece los servicios prestados” mediante dinero público, siempre dinero público. El adoctrinamiento de los menores en las aulas con un único mensaje, acallando, con cada vez mayor contundencia, la discrepancia. Finalmente, la promulgación de leyes que vulneran derechos fundamentales e imponen sus postulados y la creación de castas privilegiadas y grupos que reciben dinero público y que están dispuestos a luchar a muerte por un negocio muy rentable.


 

-Aún a pesar de ser conscientes de que vulneran derechos fundamentales, crean castas privilegiadas y generan más injusticias que las presuntas injusticias que pretenden resolver, existe hoy día un consenso internacional entre los partidos del ‘establishment’ para la implantación de las políticas de género. Respondiendo a tu pregunta, sí: en este momento, los planteamientos falsos y buenistas con los que la ideología de género envuelve sus verdaderos objetivos son aceptados por todos los partidos políticos españoles, porque son conscientes de los beneficios económicos y de privilegios que estas legislaciones les producen.
 
 Fondos públicos para erradicar violencias que nunca se erradican y que también permiten campañas publicitarias destinadas a medios de comunicación afines, dinero para grupos de presión de los propios partidos, fondos para cursillos, estudios, ayudas, políticas de fomento de la ideología de género…el dinero público se invierte en todas las causas y necesidades que esta ideología va creando. Además todo tipo de privilegios y neoderechos para los grupos que, por su propio interés implantan esta mentira.
 
A nivel personal, hay políticos menores que no tienen ni idea de lo que nos están trayendo como sociedad y lo aceptan como progreso, derechos, igualdad para todos…
 

- No, la ideología de género sólo supone, como ya he dicho, vulneración de derechos, criminalización de colectivos, inversiones desmesuradas de dinero público en falsas alarmas sociales y manipulación de adultos y menores para que acepten una ideología que, en realidad, les enfrenta, les engaña y les hace infelices.
 

 - Muchos, demasiados en realidad. El derecho a la igualdad entre los ciudadanos al margen de sus condiciones, pues los colectivos reconocidos como víctimas por esta ideología (mujeres y LGBTI)  tienen discriminaciones positivas que se convierten en negativas para el resto; el derecho a la libertad de pensamiento, expresión y opinión; el derecho a la libertad de culto; el derecho de los padres a educar a sus hijos en las propias creencias, valores y convicciones; la presunción de inocencia, pues muchas leyes instauran la inversión de la carga de la prueba; la seguridad jurídica, ya que hay “delitos” como el de “machismo” o el de” homofobia” que no están claramente tipificados y dependen del criterio del “agredido” o del juez; finamente el derecho a la vida en el caso del aborto, ya que se eliminan personas por el simple hecho de que su nacimiento “no le viene bien a la madre”.
 
Sí, pero no se llega a ningún lado. Los partidarios de la ideología de género niegan toda evidencia y toda estadística; sólo argumentan con consignas o con insultos, descalifican “ad hominem” y con todos los medios de los que disponen; inventan argumentos absurdos que intentan hacer creer que son los que defienden los adversarios. No aceptan un verdadero debate de ideas, y en su lugar, sólo trabajan para convencer a la opinión pública de que llevarles la contraria o discrepar de ellos es producto de extrañas fobias y odios, hacia ellos o hacia determinados colectivos, con lo que descalifican al adversario “por mala persona”, justificando finalmente su oposición a debatir con gente tan despreciable y “odiadora”.
 
Pueden pasar dos cosas. Que al final triunfe y vivamos una sociedad donde la vida humana solo valga en función de su utilidad, donde los seres humanos se compren y se vendan, donde los niños sean del Estado, donde la heterosexualidad constituya una anormalidad legalmente perjudicial, donde la procreación sea cara, excepcional y a cargo del Estado. O que triunfe la libertad, el sentido común, la dignidad humana en todas las etapas de la vida y los padres sigamos siendo garantes de la educación y la inocencia de nuestros hijos.
 
Por lógica, y aunque sé que la batalla va a ser dura, larga y dolorosa pues luchamos contra un enemigo muy poderoso y con todos los medios a su favor, creo que terminaremos erradicando esta ideología, y que, con el tiempo, será sólo uno más de esos grandes errores de la humanidad de los que deberá aprender para no repetir la historia.      

(Versión original de la entrevista y otros temas interesantes en el blog En Cuerpo y Alma)
 


Varias entrevistas en vídeo a Alicia Rubio sobre estos temas