El obispo Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, representará a los obispos chilenos en el encuentro del 21 de febrero en el Vaticano sobre la lucha contra los abusos en los entornos de iglesia. El actual presidente de la CECh, Mons. Santiago Silva, es investigado por presuntos encubrimientos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero local.

Entrevistado en el diario chileno La Tercera, Fernando Ramos ha lamentado la lentitud de las investigaciones de la Fiscalía, al menos en la región de O'Higgins, que es la que conoce bien.

"Me puedo referir a la Fiscalía Regional de O’Higgins. No sé cuántos son los casos que se llevan. Tenemos conocimiento de entre 14 y 17, y hasta el momento no han formalizado a ninguno. Sus procesos de investigación comenzaron a fines de marzo, incluso aplicando una serie de medidas intrusivas, que son usar toda la capacidad investigativa, y hasta el momento no hay nadie formalizado. A uno le queda la pregunta de hasta qué punto están actuando con la celeridad y poniendo toda la capacidad para ir resolviendo estos casos, tanto para que sean sobreseídos como para que sean formalizados. Creo que sería momento de que empezaran a actuar con mayor rapidez", ha exhortado.

El obispo cree que en apenas un año, la jerarquía eclesial y su estrctura ha cambiado mucho.

"Creo que no es verdad que sea la misma Iglesia de hace un año atrás. Se han cambiado administradores apostólicos, varios obispos, se ha iniciado un proceso de reflexión muy profundo de nuestras comunidades, que apunta a que tengamos en el 2020 una Asamblea Eclesial donde se puedan ir cristalizando una serie de orientaciones pastorales para la vida de la Iglesia", ha afirmado.

Sobre las estadísticas que señalan que son menos los chilenos que se declaran católicos, explica: "Veo que este decrecimiento va acompañado de un proceso de profunda transformación de la sociedad chilena, en donde afloran formas de expresión cultural de mayor individualismo y materialismo. En todo ese escenario, se está pasando de un catolicismo cultural a uno más personal. Antes, por el hecho de nacer en Chile, mucha gente se autocalificaba como católica sin tener una práctica extendida y frecuente. Ahora, muchas de esas personas que no participaban, sencillamente han transparentado su no condición de católico. También los casos de abusos y el mal manejo que hemos tenido como Iglesia, ha acelerado ese proceso de desafiliación. Debemos hacer una autocrítica respecto de que no hemos sabido responder bien a este tipo de situaciones, y eso ha afectado la afiliación a la Iglesia".