“Interpretar La Pasión de Cristo destruyó mi carrera”, confesaba en 2012 el actor Jim Caviezel, que interpretó a Jesús en la película dirigida por Mel Gibson. Hollywood le hizo pagar caro el bien que hizo con este filme, al igual que al director, pero siempre dijo que nunca se ha arrepentido de haberlo hecho ni de haber dejado de ser protagonista de otras películas de éxito. Hacer de Jesús “reforzó mi fe”, aseguraba entonces.

Ahora está ya a la vista la secuela de La Pasión. Mel Gibson ha confirmado que rodará La resurrección y 13 años más tarde Caviezel habla de la posibilidad de interpretar de nuevo a Jesús. Lo ha hecho en una interesante entrevista en la publicación polaca Polityce, en la que habla de estas películas y del papel que también han tenido en su vida la Virgen María y San Juan Pablo II.


Jim Caviezel tiene claras sus intenciones de cara a La Resurrección: “Quiero trabajar con Gibson de nuevo. Esta vez será una película sobre la resurrección. Si La Pasión de Cristo inspiró a tanta gente a hacer el bien, ¿por qué no lo intentamos de nuevo? Siento que hay un propósito en mi vida otra vez”.


Caviezel explica el precio que tuvo que pagar por interpretar a Jesús en La Pasión de Cristo


Sobre su interpretación de Cristo, Caviezel confiesa que “fue el esfuerzo más difícil” que ha llevado a cabo puesto que “no hay nada más glorioso y al mismo tiempo más humillante” que este papel.  En su opinión, no hay “nada” que hubiera podido enseñarle de mejor forma la “humildad”.

Ante esta nueva oportunidad que podría presentársele, Caviezel asegura que “la idea de hacerlo de nuevo se siente como una pesadilla. Sin embargo, cuando vengo a un país como Polonia y veo los lugares de martirio y sacrificio, me doy cuenta de que solo el amor puede salvar el mundo. El amor de Cristo”.

El actor era uno de los de mayor proyección en Hollywood antes de La Pasión de Cristo y él mismo cuenta en la entrevista que después de este filme “de repente” dejó “de ser uno de los cinco actores más populares del estudio” sin “haber hecho nada malo”.


Sobre esta situación, Jim Caviezel cuenta que “sólo interpreté a Jesús. ¿Fui afectado personalmente por este rechazo? Bueno, cada uno tiene una cruz que llevar. El mundo cambia…pero no estaré en este mundo para siempre. Tampoco los productores de Hollywood. En algún momento, todo el mundo tendrá que responder por lo que han hecho”.

De este modo, indica que pese a haber sido arrinconado en Hollywood nunca ha olvidado que “el nombre de Jesús está por encima de todo”.

El actor hace una confesión de fe e indica que el de Jesús “es también el nombre más polémico de todos los tiempos. El amor es controversial y Él es el amor encarnado. Jesús hablaba a los romanos sobre el amor y lo mataron por eso. Fue traicionado por su propio pueblo y abandonado por todos, mi deber no era únicamente mostrarlo en la pantalla, sino vivir de acuerdo con el Evangelio todos los días y dar testimonio de la verdad”.




Hacer de Jesús era mucho más que un papel para él. Era una misión. Y lo mismo ocurriría si volviera a ser el protagonista de la secuela que prepara Mel Gibson. “Cuando interpreté a Jesús, recé mucho. Le pedí a Dios que me mostrara cómo podía presentar a Jesús de la manera más precisa, cómo hacer que los espectadores se sintieran más cerca de él. Ha sido un viaje interior que no ha terminado todavía. Mientras trabajaba en La Pasión de Cristo, Mel se reservó el derecho a dejar de filmar en cualquier momento. Necesitaba estar 100% listo en un sentido espiritual. Esta historia sólo se podía contar con una entrega absoluta. Totus tuus. Yo no habría podido terminar este proyecto tampoco si no fuera por la Virgen María”.

Caviezel confiesa que vive inspirado por  el “Totus Tuss” (“Todo tuyo”), el lema del pontificado de San Juan Pablo II. “Esta es la esencia de mi fe. Mi relación con Jesús es gracias a ella. Me trajo a Jesús”.

Y es en este punto donde se mezcla para él la Virgen María y el santo polaco como partes esenciales de la fe católica que profesa en la actualidad. “Un amigo mío evangélico me preguntó una vez por qué no llegué directamente a Jesús. Creo que es una buena pregunta. En aquel entonces no sabía cómo responderle. Sin embargo, mirando a Juan Pablo II, encontré la respuesta. Es por eso que Polonia, como ningún otro país, está estrechamente vinculado a Jesús. Oriente y Occidente juntos. El Diablo lo odia, aunque ya ha perdido. Jesús y María ya lo han aplastado. Un solo hombre polaco aplastó el comunismo. ¿Cómo logró esto Juan Pablo II? Con amor.


Precisamente, su fe es la que le hace perseverar en un ambiente completamente hostil. Durante la entrevista afirma que “la gente en Hollywood me pregunta por qué no puedo separar mi carrera como actor de mi fe católica. En realidad, mi fe me ayuda”. Indica que es consciente de que es “perezoso, pero esa es la razón por la que trabajo tan duro para superar mi debilidad. Mi fe me ayuda a tomar las decisiones correctas”.


Esta fe abarca todos los ámbitos de su vida y de su familia. Es así como adoptó junto con su esposa a tres niños con cáncer.  “Fueron abandonados y no deseados. Dos de ellos tenían un tumor cerebral. El tercero, sarcoma. Mi esposa decía que no importa si los niños habían sido queridos o no. Son personas al igual que nosotros”, contaba Caviezel.

Además, añade en la entrevista que “nunca lo habría podido hacer sin mi esposa. Ella personifica la belleza y la bondad. Ella reza para que no abandone el camino correcto. Jesús dijo que todo lo que hacemos por sus pequeños, con Él lo hacemos. Quiere estar con nosotros y en todas las acciones más simples”.