Con el título «El magno evento», el escritor Rafael Sánchez Ferlosio ha escrito un artículo en el diario El País muy en la línea del que escribió hace una semana el también escritor Javier María y que entonces títulaba «Excomuniones de quita y pon».

ReL ya destacó en su día el citado artículo en una noticia que tuvo mucha repercusión y debate por el tono faltón e irrespetuoso del autor de la novela «Corazón tan blanco»: Marías llama al Papa «Sumo Hechicero de una tribu» y atribuye a la JMJ «pérdidas de salud mental»

Sánchez Ferlosio señala en El País que «en otro país, el exceso de fastos, ritos, ceremonias, procesiones y desfiles de falleras de la reciente visita del Papa habría llevado a la población a pensar que la Iglesia estaba haciendo el ridículo. Pero no en España».

El autor de «El Jarama» subraya que la JMJ fue una «descomunal, estrepitosa, delirante y grotesca semana de agosto con el Papa», y «la Iglesia sobre España se ha formado un tremendo y sinérgico palimpsesto entre la compulsión laudatoria de lo eclesiástico y un rasgo muy señalado de los nativos del país: los españoles están en permanente disposición adulatoria, tienen la adulación a flor de labios».

«Casi en cualquier otra nación de este triste Occidente que no sea la nuestra –escribe el escritor–, ante tan desmesurado exceso de fastos, de ritos, de ceremonias, de procesiones, de desfiles de "deprimentes y falleras efigies, que para muchos no son más que tótems", como dice Javier Marías, la población podría haber pensado que la Iglesia estaba haciendo el ridículo ante el mundo, e incluso haber pasado vergüenza los creyentes por el total desmadre de la vida alegre de su Santa Madre sin un solo segundo para mirar a sus hijos, a quienes se proclama consagrada». Y remata la idea con una frase: «A ella nada parecen importarle ni los fieles ni Dios mismo, sino tan solo su propia pervivencia».

«La actual situación de la Iglesia, con obispos, cardenales y Papas marcadamente afásicos, ha podido incitar a agigantar la magnitud del fasto, y aquí en especial a su no interrupto programa de sesión continua, de manera que el gran Festival (nuestro arzobispo no ha dejado de subrayar su índole de fiesta ni de imponer la alegría propia de la juventud) bien podría haber sido un sustituto -Ersatz- de la palabra que les falta».

Por último, Ferlosio la toma con Benedicto XVI al decir que «ha sido el Papa, justamente, el que haciendo excepción a la afasia ha desatado todos los demonios con la decisión más grave, gravísima, para los católicos: restablecer reforzado el antiguo "Extra Ecclesiam nulla salus", lo que comporta nada menos que la capitidisminución de derecho de todos los creyentes que no sean eclesiás».

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