El gobierno francófono de Canadá estableció a mediados de diciembre de 2010 la prohibición de la enseñanza religiosa en escuelas maternas estatales y en instituciones privadas que reciban algún tipo de financiamiento público.

Al dar el anuncio, la ministra de Quebec para la familia, Yolande James, explicó a CBC Radio Canadá que la nueva normativa ayudará a «no crear inseguridad  de modo que los niños no entren en contacto con nociones religiosas de cualquier confesión».

La ley prevé sanciones para quién no la respete: la más dura es perder el subsidio del gobierno.  En sus aspectos más prácticos quedan vetadas las figuras religiosas como sacerdotes, pastores, imanes y rabinos.  De acuerdo a informaciones de Avvenire (19.12.2010), «símbolos confesionales como crucifijos o la menorah (el candelabro de siete brazos) están consentidos pero no pueden ser usados como instrumentos de educación».

En su reciente mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2010, Benedicto XVI recordaba que «toda persona ha de poder ejercer libremente el derecho a profesar y manifestar, individualmente o comunitariamente, la propia religión o fe, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, las publicaciones, el culto o la observancia de los ritos».