Un grupo de doce trabajadores filipinos y un sacerdote francés fueron detenidos por los muttawas, la policía religiosa saudita, por celebrar una misa en el distrito de Nadeem el pasado uno de octubre.
 
Según informa el Departamento de Asuntos Exteriores de Filipina, el 2 de octubre pasado 11 de los trabajadores filipinos fueron puestos en libertad temporalmente a sus empleados hasta el momento en que tengan que asistir a la corte para responder a los cargos.
 
Posteriormente, la embajada de Filipinas en la ciudad de Riad, capital de Arabia Saudita, informó al Departamento de Asuntos Exteriores del país asiático que el trabajador filipino que aún estaba en prisión había sido liberado y puesto bajo la custodia de su empleador el 3 de octubre, después de que representantes Embajada negociaran su liberación con el empleador.
 
Mientras tanto, la embajada aclaró que no puede emitir una kafala (garantía para la liberación temporal) para los trabajadores filipinos.
 
"A diferencia de las Filipinas, en virtud de la ley saudita, los garantes sólo pueden ser los empleadores del empleado extranjero acusado ya que es el empleador el que patrocina el iqama (permiso de trabajo o visado) del empleado", explicó el cónsul general filipino Ezzedin Tago.
 
"Esto es lo que explicaron los representantes de la embajada que les han ayudado para su liberación", añadió.
 
El caso sigue siendo investigado por la Fiscalía, y la embajada sigue de cerca la evolución del caso.
 
La realización de las actividades religiosas de otras religiones distintas del Islam está estrictamente prohibida en Arabia Saudita.