Por cercanía, afinidad y disposición generosa, Polonia es el país de la UE que ha sentido con más fuerza la Guerra de Ucrania y se ha volcado en ayudar a los ucranianos, refugiados o en su país.

Durante un año, 9 millones de ucranianos, sobre todo mujeres con niños, entraron en las fronteras polacas huyendo de la guerra. Muchos pasaron unos días o semanas y luego encontraron acogida en otros países. La mayoría pasaron muchos meses en Polonia. Al estabilizarse el frente en el Dombass, ya muchos ucranianos ha vuelto a su país (aunque no a sus casas, muchos son hoy desplazados internos). Aún queda un millón y medio de refugiados en Polonia.

La Iglesia Católica en Polonia considera que por sus instituciones -sobre todo por Cáritas- han pasado en el último año más de 2 millones de ucranianos.

Medir la ayuda a los ucranianos de una iglesia grande como la polaca no es fácil, pero el digital católico Ekai.pl lo intenta con cifras y ejemplos en un reportaje firmado por María Czerska.

Por las Cáritas polacas pasaron más de 2 millones

Según el presidente de los obispos polacos, Stanislaw Gadecki, Cáritas Polonia y las Cáritas diocesanas ayudaron de diversas formas a más de 2 millones de refugiados, con:

- alojamiento y sustento,
- paquetes de alimentos,
- ayuda en especie, dinero, objetos,
- orientación para el asilo en Polonia.

Esta ayuda de Cáritas a ucranianos llegados a Polonia equivaldría a 337 millones de eslotis (71,3 millones de euros). Es una cantidad gigantesca y el mayor esfuerzo de Cáritas en la historia de Polonia. Sólo el primer mes de guerra, Cáritas Polonia recaudó de donativos de fieles y personas alarmadas 17 millones de euros.

Para comparar, Cáritas en España recaudó a lo largo de un año 20 millones de euros para apoyar a los ucranianos, de los que envió 5 ya a programas en Ucrania. La diferencia de Polonia con España es que Polonia ha recibido a esos 9 millones (y aún mantiene 1,5) mientras que por España han pasado 160.000 ucranianos.

Cáritas Polonia movilizó unos 31.000 voluntarios, incluyendo 1.300 que colocó en las fronteras para orientar a refugiados. Sus 32 centros para migrantes ayudaron a muchos miles a tramitar documentación y ayudas.

Además, Cáritas Polonia envió ayuda humanitaria a Ucrania por valor de 42 millones de euros. Se calcula que a lo largo de 2022 Cáritas envió unos mil camiones cargados de ayuda.

Vídeo de 6 minutos (en polaco, subtitulado en inglés) resumiendo un año de acción de Cáritas Polonia apoyando a los refugiados de Ucrania.

El mensaje de Gadecki al Patriarca Kirill

La Iglesia polaca desde el primer día aseguró su oración y apoyo a los ucranianos. En una carta sin precedentes, el 3 de marzo de 2022, Gadecki, como presidente de los obispos polacos, pidió públicamente al Patriarca Kirill, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que hiciera un llamamiento a Putin para que retirara las tropas rusas de Ucrania. Kirill no hizo nada similar en todo este año.

A finales de marzo, Gadecki recibió al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, para asegurar su colaboración también con redes ortodoxas. Después, en mayo, Gadecki y otros obispos polacos visitaron Leópolis, Kiev, Bucha e Irpin, escenarios de batallas y masacres.

Los ucranianos de rito latino son pocos, unos 400.000, y buena parte de ellos son étnicamente polacos y descendientes de polacos. Polonia tiene en Ucrania 253 sacerdotes, incluyendo 4 obispos de rito latino. También aporta a Ucrania 22 religiosos y 126 religiosas. Todos han ayudado a canalizar ayudas que desde Polonia y toda Europa han llegado a sus refugios y asilos en parroquias y monasterios.

El obispo de Lodz (Polonia) prepara uno de los 83.000 paquetes de ayuda para familias que  la Iglesia polaca hizo llegar a Ucrania.

Un sistema peculiar de ayuda en el que colaboraron católicos de todo tipo (diócesis, familias, colegios, congregaciones) fueron los "Paquetes para Ucrania". Se pedía a familias, parroquias, asociaciones que rellenaran cajas con materiales de ayuda (comida, objetos de higiene, etc...) y los entregaran en puntos de recogida para enviar en esos camiones. Cada paquete debía llegar a ayudar a otra familia. Las Benedictinas del Sacramento de Varsovia se organizaron para rellenar más de 100 de estos paquetes.

En total, se han enviado 83.000 paquetes a Ucrania, por valor de 6 millones de euros. 

Este vídeo muestra como preparaban los "paquetes para Ucrania" en Lublin.

Las órdenes religiosas

No toda la generosidad de los católicos polacos se canalizó a través de Cáritas. Según estimaciones de las órdenes religiosas polacas, ellas aportaron a los afectados de la guerra ayuda por valor de 3,4 millones de euros (16 millones de eslotis).

También fue común que monjes de congregaciones activas, sanitarias, educativas y sus ONGs relacionadas organizaran furgonetas cargadas de ayuda en especie (mantas, comida, generadores, ropa de invierno).

Con los donativos de los peregrinos al santuario de la Virgen Negra de Jasna Góra, los monjes paulinos compraron 125 generadores eléctricos que enviaron a Polonia. Las congregaciones masculinas polacas calculan que así hicieron llegar a Ucrania ayuda por valor de 2,7 millones de euros. En colaboración con Orange Polonia, los religiosos masculinos repartieron 3.000 tarjetas telefónicas para refugiados.

En la foto, voluntarios polacos reparten los paquetes de ayuda en Ucrania.

Los Caballeros de Colón y los de Malta

Caballeros de Colón, asociación católica masculina de laicos, que cuenta con unos 7.000 miembros y 160 sedes en Polonia, hizo llegar a Ucrania 42 camiones llenos de ayuda a lo largo del año, por un valor calculado de casi 3 millones de euros (14 millones de eslotis).

Una tienda de acogida de Caballeros de Colón polacos en la frontera ucraniana.

Los miembros y sedes polacas de los Caballeros de Malta se organizaron sedes logísticas y médicas en Polonia, y también muchos transportes para desplazados y refugiados. Con el apoyo de las organizaciones internacionales de la Orden de Malta han dedicado unos 21 millones de euros a las víctimas de la guerra, tanto en Polonia como en Ucrania.

Abrir parroquias... y hasta monasterios contemplativos

Según el obispo Krzysztof Zadarko, responsable de Migraciones, no hubo parroquia en Polonia que no ayudara a los refugiados. Polonia tiene unas 10.000 parroquias. (España, con una población un poco mayor, 22.000, pero muchas son rurales y muy pequeñas).

Con 9 millones de ucranianos en el país, la Iglesia abrió sus seminarios, residencias, casas de retiros y convivencias y, por supuesto, muchas casas de los fieles. Varios obispos colocaron familias refugiadas en su propia casa, como es el caso del arzobispo Marek Jedraszewski, en Cracovia, o el obispo Andrzej Jez, en Tarnow.

En la hospedería del santuario de Jasna Góra llegó a haber 100 refugiados en cierto momento, y aún siguen allí varias docenas, incluyendo niños. A 31 de diciembre, las congregaciones religiosas masculinas seguían alojando en sus centros 1.600 refugiados ucranianos, sobre todo madres con hijos y personas discapacitadas, dependientes y mayores.

El informe establece además que 37 monasterios contemplativos abrieron sus puertas para alojar refugiados durante varios meses. Las 7 monjas benedictinas de Staniatki alojaron a 480 refugiados durante una temporada. Las benedictinas de Jarosław acogieron a 80 personas durante 6 meses. A veces, pero pocas, los refugiados eran religiosos: las monjas carmelitas de Járkov y Kiev fueron acogidas en Polonia por las Hermanas Josefitas y los jesuitas de Czestochowa.

En general, a inicios de 2023 seguían alojados en centros de congregaciones y de Cáritas unos 5.000 refugiados. Aún quedan 41 personas en 7 monasterios contemplativos.

Religiosas en su casa de Przemysl (Polonia) con niños refugiados y almacenando materiales de ayuda.

Polonia: trampolín de la ayuda internacional

A partir de cierto punto, es difícil medir toda la ayuda y distinguir cuál es puramente polaca y cuál es internacional. Por ejemplo, toda la ayuda de entidades benéficas benedictinas del mundo, organizada en la Comunion Benedictina Internacional, llega a Ucrania y a Polonia canalizada por las Benedictinas del Sacramento en Varsovia, que a su vez lo distribuyen a través de conventos benedictinos. Un grupo local puede ser así canal para ayuda que llega de muchos países.

En los últimos 4 meses, a medida que muchos refugiados han vuelto a Ucrania, muchas ayudas católicas que llegaban de Occidente a Polonia han ido reduciéndose, porque ahora se entregan directamente a Ucrania. Pero aún en muchos casos Polonia, por su cercanía y su año de experiencia intensa, sigue siendo un núcleo logístico, un paso previo, para la ayuda que finalmente llega a Ucrania.

El esfuerzo de los católicos de Europa del Este

Con motivo del aniversario de la guerra, este viernes se han difundido datos sobre el esfuerzo de las Cáritas de Europa del Este.

Hay que tener en cuenta las diferencias entre países: Polonia, con 39 millones de habitantes, casi todos católicos, tiene unas Cáritas potentes. En cambio, Rumania es pobre, Bulgaria es pobre y pequeña, Moldavia es el país más pobre de Europa, y los tres países tienen pocos católicos (son de mayoría ortodoxa).

Es distinto el caso de Hungría (9 millones de habitantes) y Eslovaquia (5 millones), dos países de tradición católica, no especialmente pobres. República Checa no es pobre, pero de sus 10 millones de habitantes sólo 1 es católico.

Las Cáritas de estos países juntos -grandes y pequeñas- atendieron a 5,3 millones de personas golpeadas por la guerra: 3 millones ayudadas en Ucrania misma, 2 millones en Polonia, 300.000 en los otros países de Europa Oriental.

La pequeña Cáritas Rumania aún mantiene 6 centros de servicios sociales para refugiados de Ucrania en Bucarest y otras cinco ciudades. Allí atendieron a miles de personas:

- unas 11.900 personas han recibido alimentos y artículos no alimentarios;
- 2.700 han recibido productos de higiene;
- 2.600 han encontrado refugio;
- 2.500 han recibido servicios de protección; y 537 beneficiarios han recibido servicios de educación.

Un voluntario de Cáritas Moldavia acoge refugiados ucranianos, colaborando con Naciones Unidas para los Refugiados; Moldavia es el país más pobre de Europa y casi no tiene católicos.

Caritas Moldavia operó desde la capital, Chisinau, y sus alrededores, donde muchos refugiados encontraron refugio. Apenas hay 20.000 católicos en toda Moldavia. Su Cáritas dispensó:

- servicios de protección a 135.000 personas;
- 34.300 recibieron alimentos y ropa;
- 22.600 recibieron asistencia sanitaria y psicosocial;
- 10.900 recibieron refugio;
- 2.700 recibieron artículos de higiene.

Cáritas en la República Checa proporcionó:

- protección a unas 9.000 personas;
- educación a casi 1.000 estudiantes;
- asistencia sanitaria a 1.200 personas.

Cáritas en Eslovaquia, país católico fronterizo con Ucrania, aportó:

- protección a 3.500 personas;
- más de 66.000 comidas;
- educación a casi 8000 estudiantes.

Cáritas Bulgaria, país donde apenas viven unos 50.000 católicos, a través de sus servicios parroquiales, ofreció:

- servicios de protección a 13.700 refugiados de Ucrania;
- asistencia sanitaria a 1.350;
- alojamiento a 870;
- servicios educativos a 670 estudiantes.

En Ucrania misma, las dos Cáritas del país -Caritas Ucrania, de rito griego, y Caritas-Spes, de rito latino- atendieron a unos 3 millones de personas (paquetes de alimentos, alojamiento para 637.000 refugios; atención sanitaria y psicosocial a 192.000, dinero en efectivo para más de 100.000...). Para ello, lograron animar a 5.000 voluntarios nuevos en sus acciones.

A finales de enero, el presidente de Cáritas Europea, Michael Landau, canónigo en Viena, visitó Ucrania y explicó que las Cáritas de Europa han hecho llegar ya 20 millones de euros a la red caritativa católica en Ucrania.