El pasado domingo, festividad del Corpus en la Iglesia, Barcelona asistió a un evidente signo de esperanza para la ciudad y para todo el pueblo cristiano: en plena ola de calor se contaron por cientos los fieles que abarrotaron las calles, procesiones, adoraciones y misas que se celebraron en esta fiesta grande de la Iglesia.

El portal Germinans Germinabit se hacía eco de una imagen que, aunque puntual, cada vez es más frecuente: "Mucha gente joven, muchos matrimonios con hijos; todas aquellas franjas de edad que no se suelen ver en otras comunidades. Y todos asistiendo con devoción y fervor, arrodillados en su inmensa mayoría al paso de Jesús Eucaristía".

El pistoletazo de salida lo dio la vigilia que celebró el cardenal Omella en la Basílica de la Sagrada Familia, finalizando a las 23:00 horas. Sin embargo, "el acto más emotivo" y multitudinario vino minutos después, al comenzar la Adoración Nocturna que concluiría a las 8:30 de la mañana del domingo.

"Cinco turnos, con más de más de 500 personas en total, que representaban las cinco iglesias con capilla permanente de adoración. La de Pomar aportó 173 adoradores; la del Espíritu Santo (esa que pretenden demoler) 118 junto con la capilla de Campos Eliseos; Santa Isabel y Santa Inés 90 apuntados. Luego la AN sección Tibidabo 89 y la ANFE 66", enumera el portal.

Todos ellos quedaron sorprendidos con la asistencia del obispo auxiliar de Barcelona, mons. Javier Vilanova Pellisa, que llegó a las 5:30 de la mañana y comenzó a confesar de manera ininterrumpida hasta el fin de la adoración.

"Cuando bajó el párroco Turull, quedó alucinado", recuerdan.

La Adoración Nocturna superó las expectativas de asistencia, pero los actos celebrados el domingo sorprendieron aún más a organizadores y asistentes, como fue el caso de la parroquia de San Gregorio Taumaturgo, la popularmente conocida como Iglesia redonda: en la misa de las 11,30 horas no cabía un alfiler. Los bancos a rebosar, los feligreses de pie por los laterales o siguiendo la celebración desde el atrio.

Minutos después, más de 600 personas asistirían a una solemne procesión de Corpus que iba a transcurrir por la plaza donde se halla ubicado el templo. Una procesión eucarística que fue cortejada por la banda militar del Cuartel del Bruch.

Junto a los cientos de jóvenes y familias que abarrotaron las calles, peatones y curiosos contemplaban "con tremendo respeto y con un silencio reverencial" la procesión y las bendiciones de las calles de la ciudad; "incluso se veía en la gente de balcones y terrazas, que simplemente observaban la procesión desde sus casas, santiguándose o inclinando la cabeza con reverencia".

Así fue la procesión del Corpus en San Gregorio Taumaturgo.

Igualmente concurrida fue la misa de las 20:00 horas que comenzaba a cerrar los actos programados para el Corpus barcelonés, celebrada -en castellano- por el sacerdote de 32 años Carlos Pérez Laporta.

"Ahí estaba el fiel pueblo católico. El pueblo llano.  Ahí se congregan fieles que vienen de todos los barrios de Barcelona. Ahí está el verdadero Sínodo. Donde hay juventud está el futuro de la Iglesia en Cataluña", concluye el portal.

Una de las paradas de la procesión en la basílica barcelonesa de Santa María del Pí, en una calle abarrotada por los asistentes.

Semejantes valoraciones emitieron desde el sitio web Dolça Catalunya, al valorar con esperanza que "algo está cambiando" y que esta fiesta del Corpus lo ha hecho "evidente": "la piedad popular vuelve a las calles y florece espontáneamente de nuevo".

Los eventos recogidos por este portal con una cifra aproximada de asistentes muestran los motivos para la esperanza que surgen de no pocos católicos en Barcelona:

Cientos de personas acompañaron al Santisimo procesionado bajo palio en Barcelona el día del Corpus. 

"Tras más de 50 años de esfuerzo titánico por apagar la vida espiritual de los catalanes, algo sopla y aviva las brasas de la fe cristiana en Cataluña independiente de ideologías . Algo está despertando. Algo libre de nacionalismo y capaz de construir unidad, hermandad y cultura. Algo que formó el corazón de la verdadera Cataluña", concluyen.