Antonio Moreno Ruiz, periodista y portavoz de la diócesis de Málaga, ha entrevistado a Emilio Martín Gómez, que es el director de un "hotel" muy especial, el Centro de Ocio y Tiempo Libre "Cristo Rey", en Torrox, popular localidad playera de Málaga.

Se trata de una residencia especial: pertenece a Cáritas Córdoba, es una empresa de inserción de Cáritas y en los meses de verano el lugar se llena con niños y jóvenes de campamentos de Cáritas y ONGs que trabajan con chavales, especialmente en exclusión social.

Al llegar la temporada de verano, "el cambio más evidente es que pasamos de tener 30 o 40 a tener más de 100 personas alojadas en el establecimiento. Esto da pie a conocer a mucha gente, a saber de sus vidas y a crear lazos que se van manteniendo en el tiempo", asegura el director del centro.

Chavales con vidas complicadas

"Cuando vienen los grupos de niños en situación de exclusión social, llama la atención que muchos de ellos lo que traen es una bolsa de plástico con tan solo una muda de ropa interior. En otra ocasión, uno de los responsables de un grupo me contaba que el padre de uno de los niños que traía había agredido al padre de otro de los participantes y estaba en la cárcel. Él tenía que estar pendiente para que convivieran los niños en paz esos días. Todo esto me ayuda a ver a las personas, sus vidas y realidades como las ve Dios Padre, con mucho cariño", detalla.

Casado y miembro de la comunidad parroquial de Santa María de la Amargura, a Emilio Martín le gusta citar la carta a los Filipenses: “No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás”. Esas palabras, dice, son "un faro que guía mi día a día. Me encanta dedicar un rato sosegado a hablar con el Señor Jesús y, el resto del día, ¡qué bien sienta estar ayudando a que todos pasen un día fantástico!"

Su trabajo, piensa, puede ser otra forma de evangelizar. "¡Me encantaría que todo lo que hago ayudase a transmitir el Evangelio!. No siempre lo consigo, pero me empeño en ello. Que todo esté limpio y ordenado, que la comida esté bien hecha y les guste, que se sientan como en casa... ¡Cuánto me gustaría que vean en esa acogida y trato cariñoso que doy, la ternura y la acogida con que Dios Padre nos acoge y ama a cada uno de sus hijos!"

Así presentaban hace unos años el obispo de Córdoba y el de Málaga las obras que darían paso al nuevo centro (ya en el anterior se acogían niños).