En este día tan señalado de los Santos Inocentes no puedo por menos de dedicar un artículo y una oración a los millones de niños abortados, que nos son cientos, ni miles, ni cientos de miles sino millones. Parece que 10 muertos por la viruela del mono es una alerta terrible, pero 10 millones de muertos por el aborto, pues nos pasa desapercibido.

Hoy es un día de rezar, pero creo que no principalmente por los niños abortados, que también, puesto que existe una misa de exequias por niños muertos sin bautismo que es la propia en estos casos (no, no se les puede bautizar, los sacramentos son de vivos y no se puede bautizar a los muertos). Tenemos que rezar por la conversión de los todos los que participan en el aborto, no solo los que abortan, sino quien las convence de que es lo mejor, o las presiona, o las chantajea, de los sanitarios que participan, de los políticos que aprueban las leyes, de los partidos que lo defiende, de los votantes de los partidos que la defienden que cierran los ojos porque piensan que lo importante es la economía o lo importante es lo social o porque son los míos de siempre y punto. Y también por todos los católicos adormecidos que nos escandalizamos y 10 minutos después seguimos pensando en la fiesta de nochevieja y en el roscón de reyes.

Hace falta rezar porque cuando una persona sabe que esta matando un bebe, y ciertamente lo saben, y le da igual porque es su derecho, o su trabajo o su ideología entonces esta fuera del alcance humano, es un oscurecimiento de la conciencia y una dureza del corazón tal que solo la acción de Dios puede abrirles los ojos, como ya lo ha hecho con abortistas conversos (Nathanson, Abby Johnson, Patricia Sandoval, María del Himalaya...)

Hoy es un día para pensar en cómo hemos llegado hasta aquí. Cuando pensamos en el aborto tenemos una serie de ideas preconcebidas en la cabeza de por qué la gente aborta que no se corresponde con la realidad.

Creo que se me ha quedado corto el articulo para comentar todas las ideas falsas que tenemos en la cabeza y aun me quedan las verdaderas, por eso dejo pendiente una segunda y quizá tercera parte. Hoy es un día de duelo y de oración, eso sí, esperanzada, porque la victoria es de nuestro Dios y la Vida triunfará, pero que duro es ver todos los muertos que el aborto se lleva por delante, muertos físicos y muertos espirituales.