Según encuestas serias, la homosexualidad afectaría a un 3% o 4% de la población mundial (Cf. Encuesta Spira France 1992). Sin embargo, la sodomía se ha convertido en una causa con tintes políticos que impone su agenda como prioridad inaplazable. Las diferentes leyes que van saliendo en distintos lugares del mundo hacen cuestionarse a más de uno sobre el servicio que la política le está brindando a la causa gay.
 
Muchos perciben que detrás de las leyes impulsadas hay condicionamientos e incluso amenazas. Otros hablan de intereses y acuerdos. Aquí trataremos de evidenciar que hay vinculaciones entre algunos grupos e individuos políticos, sobre todo de izquierdas, socialistas y liberales, y los lobbys de poder gay. Está claro que las palabras y las acciones de todos estos tienen repercusión en el campo legislativo.
 
Los lobbys gay están presentes en las políticas internas de varios países y organizaciones. LifeSiteNews.com denunció en julio de 2007 que el primer ministro británico, Gordon Brown, apoyaba la agenda gay que promueve el lobby Stonewall y pretendía erradicar toda oposición a la homosexualidad, especialmente en las escuelas religiosas.
 
En una columna de Brown publicada en la web pro gay PinkNews, el premier declaró que se debe combatir la homofobia en las escuelas. En el mismo artículo Gordon prometió que la Comisión para la Igualdad y Derechos Humanos, entonces de reciente creación en el Reino Unido, sería utilizada para cambiar las actitudes hacia la homosexualidad.
 
La agenda homosexual también figura en las prioridades de Amnistía Internacional (AI). Después de anunciar que AI defendería el “derecho” al aborto, la organización se ha volcado en presiones hacia gobiernos que no “amparan” los “derechos” de los homosexuales.

En septiembre de 2007 AI organizó manifestaciones fuera de las embajadas de Nicaragua en países como Canadá, Islandia, Chile, México, Suecia, Paraguay y Taiwán. Nicaragua mantiene penada la sodomía desde 1992 en el artículo 204 del Código Penal.

La ABGLT de Brasil (asociación que reúne homosexuales, lesbianas y transexuales) ha intentado silenciar a quienes no piensan como ellos. En Brasil existe un proyecto de ley que prohibiría las críticas de todo género a la homosexualidad aunque, en opinión de varios, se procede como si ya existiera. De ser aprobada, la doctrina cristiana sobre la homosexualidad quedaría prohibida. En palabras del editor de la revista Medios sin Máscara, los grupos de presión homosexual “quieren mucho poder porque el movimiento homosexual no es independiente. Es parte de la maquinaria izquierdista”.

Lo sucedido en Brasil no es más que una manifestación de la penetración del lobby gay en el gobierno. En diciembre de 2007 el presidente Luis Ignazio Lula da Silva convocó la primera Conferencia Nacional de homosexuales, bisexuales, travestis y transexuales, un polémico evento que se celebró en mayo de 2008. Pero no es todo. El evento fue solo un paso en la implementación de políticas públicas para reforzar el programa “Brasil sin homofobia”; políticas que ya han tomado forma, por ejemplo, con el establecimiento de operaciones para “cambio de sexo” cuyos costos son asumidos por el Estado brasileño.

En Argentina la Legislatura de Buenos Aires condecoró a 20 mujeres en el día internacional de la mujer, de mayo de 2008. Los reconocimientos hubiesen pasado desapercibidos pero se incluyó entre las 20 mujeres a un activista transexual quien tuvo una operación de “cambio de sexo” y actualmente se desempeña en el área jurídica de la comunidad homosexual de Argentina.

Un representante del gobierno socialista español estuvo impulsando la agenda gay en Latinoamérica y, de hecho, asistió a la exposición de la iniciativa e incluso llegó a declarar: “pedimos a la presidenta Kirchner que sea valiente para llevar a la Argentina al futuro”, para, momentos después, señalar: “A esta ley se le van a oponer los mismos que en España no querían que nada cambiara. Pero no me preocupa ver a la derecha y a la Iglesia en la calle”.

Noruega se integró en 2008 al grupo de países que han reconocido el así llamado “matrimonio” homosexual y la adopción de niños (los otros son España, Holanda, Bélgica, Canadá y Sudáfrica). Pero no ha sido todo. Dado que hay religión oficial en el reino, cuya máxima cabeza es el mismo rey, el parlamento a través de la ley obliga a los ministros a “casar” personas del mismo sexo también. La reglamentación alcanzada en Noruega regula incluso la inseminación artificial de las mujeres lesbianas y los vínculos entre la madre biológica, su mujer y el hijo de ambas.
 
El homosexualismo político cuenta con abiertos exponentes. Algunos gobiernos afines colocan en la cúspide del poder a quienes puedan impulsar los postulados de base. Es el caso de la administración de Barak Obama. Según un informe el Instituto Efrat, recogido en Hispanidad.com (cf. 19.01.2009), el presidente de Estados Unidos inculcará a través de la educación las ideas necesarias para promover la “cultura del género”.
 
Islandia es el primer país que cuenta, desde finales de enero de 2009, con una jefa de gobierno abierta y declaradamente lesbiana. Se llama Johanna Sigurdardottir, tiene dos hijos nacidos de un matrimonio heterosexual en la juventud. De 66 años, pertenece políticamente a los socialdemócratas y, desde 2002, vive en unión con la periodista Jonina Leosdottir. Ya se ha convertido en la bandera de algunos grupos. Antes de Sigurdardottir, en 2002, el noruego Per-Kristian Foss fue el primer homosexual en ocupar el puesto de primer ministro, aunque sólo fue por un periodo breve. Fue por esas fechas cuando contrajo “matrimonio” con el magnate de la prensa Jan Erik Knarbakk.
 
¿Hay más homosexuales que afiancen o hayan consolidado con su presencia el homosexualismo político? Según Pablo Ginés (cf. Nueva primera ministra lesbiana de Islandia, otro ladrillo en el edificio del lobby gay, ForumLibertas.com 06.02.2009), sí. Ahí está el caso de Roger Karoutchi, actual ministro francés de relaciones parlamentarias; o Matthew Parris, diputado conservador en Reino Unido de 1979 a 1986.

Ciertamente no son sólo las personas, sino también las iniciativas políticas, las que buscan robustecer la aceptación pasiva de la homosexualidad. El ayuntamiento de Barcelona anunció a inicio de febrero de 2009 que para 2010 construiría una biblioteca especializada en temas del homosexualismo. Según el concejal de derechos civiles de la ciudad condal, se trata de una necesidad social. La Generalitat de Cataluña forma parte de la Internacional Gay (ILGA) desde hace un par de años y no es la primera iniciativa de este tipo.
 
De hecho, las bibliotecas públicas de la red de la diputación y el ayuntamiento de Barcelona, han ofrecido sesiones de personas que narran cuentos para niños con personajes homosexuales como protagonistas. Los folletos que han promovido la iniciativa tienen frases como la siguiente: “¿De quién te enamorarás, de Marta o de Andrés? No lo sé”.
 
¿Cuáles son concretamente los lobbys de presión y de dónde les viene la ayuda económica para impulsar sus iniciativas?

Il Giornale publicó en septiembre de 2009 un artículo de Luigi Mascheroni (cf. La lobby omossesuale non é “diversa” dalle altre, 03.09.2009) donde quedaba respondida la interrogante (la traducción es mía):

En Estados Unidos existe una asociación, Out&⩵, con sede en San Francisco que promueve el derecho a la igualdad de los homosexuales en los lugares de trabajo. Y en todos los bancos, en IBM, en Johnson&Johnson, existen grupos organizados de “GLBT”, el acrónimo utilizado para referirse a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Y es a través de organizaciones como éstas que la comunidad homosexual “hace network”, es decir lobby.

Un lobby poderoso y rico. De hecho, según un dossier del 2006 de la revista Tempi, riquísimo: el lobby homosexual internacional, que tiene su roca fuerte en Nueva York, Washington, San Francisco y Bruselas, es siempre más influyente. Recibe financiamiento sea de las grandes corporaciones americanas, sea de los gobiernos y las instituciones internacionales, bajo la forma de donaciones a ONG´s o fondos para la lucha contra el SIDA. Uno de los grupos más influyentes que apoyan la batalla por los “derechos” de la comunidad gay y bisexual en los Estados Unidos como en América Latina y en Europa es el de las Catholics for a Free Choice, una organización que junto a la International Lesbian and Gay Association (presente en 90 países con más de 400 organizaciones afiliadas) trabaja en Bruselas para hacer presión sobre los legisladores para que actúen contra los Estados que no reconocen la homosexualidad”.

Y agrega Mascheroni:

Justo para captar el poderío económico, el grupo Catholics for a Free Choice dispone de un budget anual de 900 mil dólares y está financiada por muchos poderes fuertes, entre los cuales Playboy Foundation, la MacArthur Foundation, la Open Society Institute, de George Soros, y la Rockefeller Foundation. Las mismas fundaciones, con la ayuda de colosos de la industria mundial –de Kodak a American Airlines, de Apple a Toyota– financian con decenas de millones de dólares la más importante organización gay con sede en Washington: la Human Rights Campaign. Y sólo por citar otro coloso, SONY está entre los fundadores de MTV Gay Channel…”.

Revelador. Revelador porque sin una fuente de recursos no hay posibilidad de llevar adelante el proyecto de reingeniería social.

Ciertamente no es la única fuente ni el único dato. El 14 de mayo de 2009, la American Family Association dio a conocer los resultados de una investigación sobre las empresas que brindan su apoyo al activismo homosexual. ¿Cuáles son? McDonalds, IBM, Procter&Gamble, Motorola, Intel, American Airlines, American Express, Microsft, L´Oreal, Xerox, Kodak, Toyota, etc. (datos obtenidos del estudio de AFA y la revista Fortune 30-11-06). Buena parte de ellas son incluso miembros de la Cámara de Comercio de Gays y Lesbianas de los Estados Unidos en calidad de fundadores, socios corporativos o aliados y empresas “gay friendly”. Como reportó NoticiasGlobales, “no se trata de empresas que evitan cualquier discriminación injusta de los homosexuales, sino que activamente se dedican a impulsar un modo de vida contrario a la naturaleza”.

En 2004 Gavin Newson, alcalde de San Francisco, comenzó a dar licencias municipales de matrimonio a parejas gays. El 15 de mayo de 2008, contrario al deseo popular, el Tribunal Supremo de California dictaminó (4 votos contra 3) que “casarse” también era un derecho entre personas del mismo sexo. La inconformidad no se hizo esperar. Numerosas organizaciones lograron que se llevara a las urnas nuevamente el asunto con una Proposición, la 8, que buscaba revertir la decisión del Tribunal.

Los colectivos homosexuales estuvieron apoyados con 30 millones de dólares invertidos en propaganda a favor de la Proposición número 8. ¿De dónde venían los donativos? De gigantes como la energética Pacific Gas and Electric Co (250 mil dólares), Apple (100 mil dólares) o el Partido Demócrata de California (100 mil euros), hasta particulares como Brad Pitt y Angelina Jolie (100 mil dólares), el presidente de Google, Sergey Brin (100 mil dólares), el multimillonario Jon Stryker (1 millón de dólares), George Lucas (100 mil dólares), Steven Spielberg (100 mil dólares) o el millonario David Maltz (1,1 millones de dólares).

Recientemente el presidente de la American Family Association expresó su malestar por la postura de Pepsi, quien, según el mismo Donal Wildmon, “se niega a dar dinero a cualquier organización a favor de la familia que se oponga a la agenda homosexual”. En los últimos años, Pepsi ha dado más de un millón de dólares a grupos que promueven la homosexualidad.

La investigación y palabras del periodista de Il Giornale, Luigi Mascheroni, no son afirmaciones gratuitas. Un ejemplo: el 17 de septiembre de 2009, el Parlamento Europeo emitió una condena contra Lituania, un pequeño país báltico del noreste europeo con poco más de 3 millones de habitantes. ¿El motivo? Los legisladores lituanos aprobaron en junio de 2009 una ley de protección de menores que incluye la prohibición de la promoción de las relaciones homosexuales, bisexuales o poligámicas, entre niños menores de 18 años. Aunque inicialmente el presidente lituano la vetó por las presiones de países occidentales, en julio del mismo año la Seimas –parlamento lituano– levantó el veto, informaba Catholic Family Human Rights Institute (cf. boletín telemático 25.09.2009).

La condena del Parlamento Europeo solicita también que la Agencia de Derechos Fundamentales valore si la ley se opone a los estándares antidiscriminación de Europa. Grupos como el de la Alianza de los Demócratas y Liberales pretendía iniciar demandas para suspender a Lituania de la Unión Europea, mientras que otros la incriminaron de promover la homofobia. La ley de protección al menor entrará en vigor en marzo de 2010, reveló InfoCatolica.com (cf. 19.09.2009).

James Nsaba Buturo, ministro de Estado para la ética y la integridad, en Uganda, denunció en abril de 2009 la pretensión de la ONU por imponer a través de misiones encubiertas la aceptación de la homosexualidad en países soberanos: “En las Naciones Unidas hay intentos de algunos países por imponer la homosexualidad en otros países como el nuestro […] es deber de los ugandeses estar alerta porque se están utilizando todas las mentiras y engaños para hacer daño a nuestra sociedad”, afirmó en declaraciones recogidas por ForumLiberta.com (cf. 04.04.2009).

Y matizó también: “Una bien organizada y financiada maquinaria homosexual se está desarrollando en un país tras otros para despenalizar las prácticas homosexuales y legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo”.

Uganda es uno de los países que ha logrado revertir las infecciones de VIH gracias, sobre todo, a las campañas de abstinencia y fidelidad.

¿Son verdad las palabras de Nsaba Buturo? Juan Claudio Sanahuja revelaba en Noticias Globales (cf. 12.06.2009) las palabras e intenciones del presidente de Estados Unidos, quien declaró el mes de junio de 2009 como el “mes del orgullo lésbico, gay, bisexual y transgénero”.

“Queda mucho camino por recorrer en la aceptación del movimiento homosexual”, dijo Barack Obama en un documento oficial que circuló a inicios del mes de junio de 2009. ¿Cuáles están siendo las medidas? Las decía el mismo Houssein Obama: 1) en el plano internacional, en las Naciones Unidas, se ha unido a los esfuerzos para despenalizar la homosexualidad en el mundo; 2) En el país, “seguiremos con medidas de apoyo a la igualdad de derechos de los LGBT norteamericanos”. Estas medidas incluyen: a) mejorar las leyes sobre los crímenes de odio; b) apoyar las uniones civiles y los derechos federales que prohíben la discriminación en el lugar de trabajo para las parejas LGTB; c) comprometerse en la lucha contra la epidemia de VIH/SIDA, para reducir el número de infecciones y aumentar la prestación de servicios de atención y apoyo a las personas enfermas de VIH/SIDA.

La medida número uno de Obama parece que halló prontamente eco en la ONU. El 27 de agosto de 2009 se hizo pública la “Guía de educación sexual para el empoderamiento de los jóvenes” o “Directrices Internacionales para la Educación Sexual” (98 páginas), elaborada por la UNESCO, en trabajo conjunto con la UNICEF, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

La guía o directriz mentaliza en los roles de género como apologías de la homosexualidad, a partir de que los niños cumplen cinco años; a los nueve años se les insiste machaconamente en luchar contra la homofobia.

Fue también el director de Noticias Globales quien unas semanas después (cf. boletín telemático 02.07.2009) dio a conocer las palabras que el 29 de junio ofreció el presidente de Estados Unidos a los líderes de la comunidad gay, en lo que ha tenido a llamarse “día del orgullo gay”: "Todos somos testigos de los cambios monumentales que se están operando en este país. Esto nos da esperanza, pero no podemos descansar. Hay que seguir avanzando –paso a paso, ley por ley, cambiando cada conciencia–”.

Y añadió casi al final de su discurso: “Quiero que sepan que yo en esta tarea no sólo seré su amigo, voy a seguir siendo un aliado y un campeón, un presidente que lucha con ustedes y para ustedes”.

Las obras fueron antes que las palabras: el 17 de junio de 2009, el presidente de Estados Unidos firmó un decreto presidencial otorgando a los empleados federales que conviven maritalmente –ya sean parejas heterosexuales u homosexuales– los mismos beneficios sociales que a los agentes de la administración casados legalmente. Y en las palabras del día del orgullo gay se comprometió a revocar la Defence of Marriage Act (DOMA), a derogar la prohibición de que sirvan en el ejército homosexuales declarados y a impulsar la legislación antidiscriminatoria en el trabajo y la nueva legislación federal sobre crímenes de odio, entre otras cosas.
 
En Argentina, el 13 de noviembre de 2009 una jueza autorizó que los registros civiles permitieran el homomonio. Pero el último día del mismo mes, otra jueza del Juzgado Nacional en Primera Instancia en lo civil pidió nulidad al gobierno porteño sobre ese fallo judicial.

La Cámara Nacional en lo Civil ratificó la suspensión y pospuso el fallo definitivo. “Nos imaginábamos que la Justicia iba a funcionar de manera democrática, sabiendo que existirían oposiciones, pero esto indica que está manejada por un grupo que puede lograr en tiempo record decisiones que a cualquiera le demandarían meses”, declaró Alex Freyre, de la pareja que se iba a “casar”, al diario La Nación (01.12.2009). No pasaron muchas semanas cuando, ya en 2010, el gaymonio fue aprobado definitivamente en Argentina, pese a las multitudinarias manifestaciones de la sociedad civil en la mayor parte de las capitales de provincia. Las palabras de Freyre encontraban ahora sí su justa aplicación: imaginábamos que la Justicia iba a funcionar de manera democrática.
 
En opinión del abogado argentino Guillermo Cartasso, “cuanto más relativista sea la legislación que avanza, más será el desenfoque de nuestra sociedad globalizada. El progrelaicismo relativista intentará avanzar por medio de falacias con políticas de este tipo […] Además buscará fondos del gobierno demócrata de los Estados Unidos y todo ello constituye una forma de dependencia” (cf. zenit, 26.07.2010). Lo de la ayuda estadounidense no es retórica hueca, como se verá.
 
El 17 de diciembre de 2009, el gobierno luso dio luz verde para el gaymonio civil. El proyecto de ley no contemplaba la posibilidad de adopción por parte de estas personas. La iniciativa fue promovida por el bloque de izquierda, los verdes y los socialistas portugueses. En los primeros días de enero de 2010 la ley fue ratificada por el parlamento. El 17 de mayo del mismo año, el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva la rubricaba.
 
En Ciudad de México, una de las urbes más populosas del mundo, fue aprobado el gaymonio, incluyendo la posibilidad de que puedan adoptar, el 21 de diciembre de 2009. La iniciativa fue ampliamente respaldada por los dos partidos de izquierda, el PRD y el insignificante Partido del Trabajo.
 
Semanas más tarde, ya a inicios de 2010, el presidente brasileño Lula ofreció apoyar el programa nacional de derechos humanos, especialmente la página 38 donde se pide “apoyar el proyecto de ley que disponga la unión civil entre personas del mismo sexo”.

En noviembre de 2009, después de la lucha de miles de ciudadanos contra el pensamiento único, fue protegido en California el matrimonio auténtico entre personas de sexos diferentes. Sin embargo, el 4 de agosto de 2010, el juez federal Vaughn Walker anuló la defensa del matrimonio tradicional que forma parte de la Declaración de Derechos del Estado de California y que masivamente votó el pueblo californiano. Walker es un activista-homosexual confeso.
 
En otra parte del mundo, en Islandia, el parlamento aprobó el viernes 11 de junio de 2010 el homomonio. En Costa Rica, por último, estaba previsto un referéndum para que el pueblo decidiera si quería regular o no las uniones civiles entre homosexuales. Sorpresivamente la Sala Constitucional anuló la medida y prácticamente anunció lo que sucederá: “apoyo de los poderes públicos para el reconocimiento de sus derechos constitucionales”. El referéndum estaba previsto para el mes de diciembre de 2010. El 71% de los costarricenses se opone, según sondeos extra oficiales, a este tipo de uniones.
 
A finales de noviembre de 2009, Stonewall, el lobby de presión gay más importante de Gran Bretaña, recibió el apoyo del líder de los demócratas liberales de aquel país con un video puesto en youtube.com.

En España el ministerio de justicia subvencionó a la federación de gays y lesbianas a través de la fundación “pluralismo y convivencia”, con recursos que deberían ir destinados a la promoción de la libertad religiosa y a dar a conocer las diferentes confesiones religiosas (cf. ReligionenLibertad.com, 14.01.2010). En Ciudad de México la ley que dio luz verde al gaymonio fue aprobada únicamente por legisladores de izquierda, especialmente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, es quizá el político que mayor apoyo ha brindado a la comunidad gay y menos a otros grupos humanos, como se ha probado. Lo volvió a dejar claro en su extensísimo “Discurso del estado de la Nación de 2010”: “Este año trabajaré con todo el congreso y con el ejército para revocar la ley que niega a los ciudadanos homosexuales el derecho a servir al país que aman por ser quienes son”. No sólo fueron palabras. Con un decreto presidencial volvió a declarar el mes de junio (esta vez de 2010) como el del orgullo gay, lésbico, bisexual y transgénero.
 
En Perú, las embajadas de siete países (Australia, Bélgica, Estados Unidos, Holanda, Reino Unido, República Checa y Suecia) apoyaron manifestaciones públicas para pedir la legalización del gaymonio en ese país.

Como se puede ver, los “logros” impuestos apuntan a una relación estrecha entre fuerzas políticas y lobbys homosexualistas.