León XIV evoca a Francisco y San Francisco: la fraternidad es «un rasgo esencial del cristianismo»
El Papa recordó la matriz cristiana de la idea de fraternidad universal. En la imagen, León XIV bendice a un religioso durante la audiencia.
La fraternidad centró la catequesis del Papa en la audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro.
León XIV continuaba así avanzando en la predicación del Jubileo, Jesucristo, nuestra esperanza, done en las últimas semanas está reflexionando sobre el impacto de la Resurrección de Cristo en "los desafíos del mundo actual".
En particular, el pontífice glosó el mandamiento de Jesús "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12), que da origen a una "fraternidad" inspirada por "la espiritualidad pascual".
Necesidad de la relación
Esa fraternidad "es uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea, como vio claramente el Papa Francisco", de quien citó su encíclica Fratelli Tutti de 2020.
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Y añadió: "La fraternidad nace de un dato profundamente humano. Somos capaces de relacionarnos y, si queremos, sabemos construir vínculos auténticos entre nosotros... Nuestra humanidad se realiza mejor cuando estamos y vivimos juntos, cuando somos capaces de experimentar vínculos auténticos, no formales, con las personas que tenemos al lado".
Además la relación evita la "soledad" y también el "narcisismo" que "se preocupa solo de los demás por interés", viendo al otro como "alguien de quien tomar" sin dar nunca nada, sin "entregarnos".
A pesar de los conflictos y las guerras, precisó el Papa, "la fraternidad no es un hermoso sueño imposible" ni un deseo de "unos pocos ilusos". Solo que, para ejercerla, "hay que ir a las fuentes y, sobre todo, obtener luz y fuerza del único que nos libra del veneno de la enemistad".
Un rasgo cristiano
La palabra "fraternidad" proviene de la palabra "hermano", de raíz muy antigua, continuó el Papa Prevost, pero para entenderla bien hay "necesidad, hoy más urgente que nunca", de volver a tener en cuenta el saludo que San Francisco de Asís dirigía a todos: "Omnes fratres [Hermanos todos]". Con él "ponía en el mismo plano a todos los seres humanos, precisamente porque les reconocía en el destino común de dignidad, de diálogo, de acogida y de salvación".
Como cada miércoles, los obispos presentes en Roma hicieron cola para saludar brevemente al Papa.
La "fraternidad universal" así entendida "expresa un rasgo esencial del cristianismo, que desde el inicio fue el anuncio de la Buena Noticia destinada a la salvación de todos, nunca de forma exclusiva o privada".
Y tiene su fundamento en la Redención, pues "gracias a Él, que nos amó y se entregó por nosotros, nosotros podemos, a su vez, amarnos y dar la vida por los demás, como hijos del único Padre y verdaderos hermanos en Jesucristo".
De hecho, en el caso de los apóstoles, justo al reconocer al Resucitado y recibir el Espíritu Santo es cuando "los discípulos se convierten plenamente en hermanos" y "testigos".
"La fraternidad que nos brindó Cristo muerto y resucitado", concluyó León XIV, "nos libra de las lógicas negativas de los egoísmos, de las divisiones, de las prepotencias, y nos devuelve a nuestra vocación original, en el nombre de un amor y de una esperanza que se renuevan cada día".
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