Jueves, 25 de abril de 2024

Religión en Libertad

De niño soñaba con ser militar, pero también sacerdote: esta última vocación ha prevalecido

«Abandoné el sable para elegir el hisopo»: de oficial del Ejército a ser ordenado sacerdote

«Abandoné el sable para elegir el hisopo»: de oficial del Ejército a ser ordenado sacerdote
Etienne Portalis fue ordenado el pasado 21 de junio en Vannes (Francia) / CARF

ReL

Estas semanas las diócesis de todo el mundo están ordenando a sus nuevos sacerdotes en un tiempo excepcional marcado por la pandemia mundial de coronavirus y las iglesias de medio mundo cerradas. Y en este contexto acaba de ser ordenado en Vannes (Francia) Étienne Portalis, que abandonó su carrera como oficial del Ejército, cuya vocación será muy necesaria en un país con gran necesidad de sacerdotes.

Portalis tiene 28 años y se ordenó el pasado 21 de junio. Durante estos años se ha formado en el Colegio Eclesiástico Sedes Sapientiae de Roma gracias a una beca del Centro Académico Romano Fundación (CARF). Y será sacerdote en la Bretaña, una región tradicionalmente católica y tradicional colindante a la Vendeé, y que en parte también se rebeló contra el odio anticatólico durante la Revolución Francesa.

Después de seis años de formación en Roma, recibió la ordenación diaconal en septiembre de 2019 por imposición de manos de Monseñor Raymond Centène, el mismo obispo que le ha ordenado sacerdote, única ordenación este año en la diócesis.

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Étienne nació en Toulon en agosto de 1992 y al igual su hermano mayor, al recibir el bautismo fue consagrado a Notre Dame. “Crecí en Cherburgo hasta el verano de 2005, cuando nació mi séptimo hermano y mi familia al completo se estableció en Lorient”, cuenta este nuevo sacerdote.

Su sueño de ser oficial militar

Su familia es profundamente católica y en la importancia de esta fe fue educado. Junto a todos sus hermanos y sus padres iban a misa los domingos y rezaban por las noches. Además, aprovechaban las vacaciones para visitar distintas abadías benedictinas.

Étienne Portalis asegura que “cuando era pequeño pensé en ser sacerdote, luego militar. La lógica infantil me hizo decidir con bastante rapidez. ¡Seré un capellán militar!”. Ahí quedaron de manifiestos sus dos grandes vocaciones. Quedaba por ver cuál prevalecería sobre la otra.

En la universidad de Saint Louis en Lorient descubrió otras realidades cristianas. Al final de su tercer año universitario, su padre le animó a participar en un camino vocacional en la casa de Jean-Paul II en Sainte Anne d’Auray, “pero me negué categóricamente. Yo quería seguir siendo militar”, señala.

Sin embargo, experimentó una fuerte llamada al sacerdocio durante una misa en Belle-Île, mientras acompañaba a un grupo de estudiantes universitarios en una actividad parroquial. Aún así, en septiembre de 2010 comenzó a prepararse para las pruebas de ingreso en la más prestigiosa escuela militar de Francia: San Cyr.

Gracias al clima espiritual que me transmitió el capellán militar de la escuela, los dos años de preparación me ayudaron a crecer en mi fe y a discernir que la vida de un soldado no era para mí. Después de una peregrinación desde Asís a Siena y un primer contacto con un formador de la diócesis, abandoné el sable para elegir el hisopo en agosto de 2012”, relata Étienne.

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Étienne Portalis pronunció unas palabras tras finalizar la ceremonia de su ordenación sacerdotal. Su familia le ha apoyado en su camino vocacional. Tiene seis hermanos. Sus padres le educaron en la fe católica y todas las noches rezaban juntos en familia. La Bretaña es una región un tanto especial: de lengua céltica, con tradiciones muy antiguas y arraigadas, cuenta con un porcentaje de católicos más elevado que la media nacional.

Campamentos de verano

Su familia le apoyó en su decisión y en el nuevo viaje de su vida. En septiembre de 2013, Mons. Centène le envió a Roma, al Colegio Eclesiástico Sedes Sapientiae.

“Durante estos años de preparación y estudio, también he participado en la vida de mi diócesis, sobre todo durante los veranos. Entre otras actividades, he colaborado en los campamentos y en las misiones. ¡Desde los ocho años he ido a campamentos todos los veranos y no sé qué haría sin uno de ellos!”, comenta.

Este nuevo sacerdote francés pide a todos los benefactores de CARF oraciones para que “Dios termine en mí lo que comenzó”. Desde 2010, Mons. Centène ha enviado a varios seminaristas al Sedes. Étienne es el cuarto que recibe la ordenación sacerdotal. Le han precedido Jean (2015), David (2018) y Johann (2019).

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