Los hermanos son monjes benedictinos: «Si yo no estaba bien, él tampoco»
Monjes y mellizos: los austriacos Thomas y Regina Hessler eligieron juntos la vida contemplativa

Los dos hermanos comenzaron su vida de fe en los Focolares, hasta que encontraron la vocación.
Thomas y Regina Hessler son mellizos y ambos eligieron la vida contemplativa como forma de entregarse a Dios. "Tenemos una buena conexión", dice Regina Hessler, monja benedictina en la Abadía de Frauenwörth, a orillas del lago Chiemsee (Austria). Katholisch.de cuenta su historia.
Los dos hermanos nacieron en Baja Austria, en 1968, y fueron bautizados como Regina y Richard. "Nuestros padres pensaron que sería bueno que tuviéramos un nombre que empezara con 'R'", dice la monja riendo.
Fue de adolescentes, cuando los hermanos conocieron a los Focolares. "Un conocido nos invitó a un campamento de verano y allí aguantamos", recuerda la hermana Regina. Tras superar el colegio, Thomas se salió de la comunidad y decidió ingresar en un monasterio. Se hizo agustino e ingresó en la Abadía de Reichersberg en Alta Austria.
Conexión entre hermanos
Por su parte, Regina siguió formando parte de los Focolares. Fue al terminar el colegio, cuando asistió a una escuela de negocios y trabajó en el taller mecánico de sus padres. Pero, quería involucrarse aún más con los Focolares y "entregar su vida por completo a Dios". Por eso, a los 24 años, se convirtió en monja de este movimiento y marchó a Loppiano, para su formación.
Permaneció en Italia durante doce años. Pasado un tiempo, se trasladó a otro grupo de los Focolares en Stuttgart (Alemania) y, desde allí, fue "enviada" a Viena donde se unió a una comunidad que gestionaba un hotel.
Hasta que la muerte de su padre la afectó profundamente. Se sentía "quemada y agotada por dentro". La hermana Regina tenía 50 años cuando se dio cuenta de que necesitaba un respiro. Se tomó un descanso de los Focolares, mientras lo comentaba todo con su hermano mellizo. "Si yo no estaba bien, él tampoco lo estaba", dice Regina.

La hermana Regina durante sus votos perpetuos.
Su hermano gemelo, Thomas, le ofreció entonces la oportunidad de quedarse en su monasterio por un tiempo. En ese momento, él ya no vivía en la Abadía de Reichersberg, sino en una nueva comunidad. "Me di cuenta de que había entrado en el monasterio demasiado pronto, me estaba perdiendo experiencias vitales importantes", explica el monje sobre su propio recorrido vital.
Thomas decidió estudiar Teología tras dejar el monasterio y comenzó su formación como profesor de educación especial en Múnich (Alemania). Hasta que conoció a un grupo de monjes benedictinos que deseaban establecer una nueva comunidad en el Monasterio de Gut Aich, en Sankt Gilgen, a orillas del lago Wolfgangsee.
Thomas se convirtió en cofundador de este nuevo monasterio. Hoy en día, diez monjes pertenecen a la comunidad llamada Monasterio Europeo. El hermano Thomas es su prior y es quien gestiona los negocios y talleres, así como a los casi 50 empleados. El monje también es artista y pinta y diseña vidrieras para iglesias.
Regina en cambio vive junto a catorce mujeres, muchas de ellas mayores de 80 años, en la Abadía de Frauenwörth, a orillas del lago Chiemsee. Vivir según la regla de San Benito le da una sensación de estabilidad para su vida. En 2024 ingresó en este monasterio y prometió a la abadesa vivir con Dios en esta comunidad.
La vida en un monasterio de clausura no la limita en nada, asegura la hermana Regina. Al contrario: experimenta allí una gran libertad. También dice que ha asumido tareas dentro de la comunidad que le ayudan. Además de la tienda del monasterio, las hermanas dirigen un centro para huéspedes, del que Regina es su responsable.
Personajes
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J. M. C. / ReL
"Quien busque paz y tranquilidad está en el lugar adecuado en nuestra isla", enfatiza la hermana melliza. Esta monja de 57 años se alegra de haber podido asentar por fin su vida.
Cada día se sienta con sus hermanas en la capilla del coro de Frauenwörth, frente a las vidrieras diseñadas por su hermano mellizo. "¿Quién hubiera pensado que un día ambos seguiríamos el mismo camino y viviríamos en un monasterio benedictino?", ríe Regina.