El (los) problema(s) de la expresión «católico LGBTIQ+»
Richard Neuhaus, antiguo pastor protestante, converso al catolicismo en 1990 (año en el que fundó 'First Things') y ordenado sacerdote en 1991, fue un gran defensor de la libertad de mercado.
El sacerdote Richard John Neuhaus (1936-2009) tenía una relación de amor-odio con el New York Times.
Richard era un defensor apasionado de Nueva York, a la que describía a veces como un anticipo de la Nueva Jerusalén. Sin embargo, el provincianismo de la Dama Gris [Gray Lady, apodo del New York Times] lo llevó a despreciar en ocasiones al diario más prestigioso de Nueva York calificándolo de "boletín parroquial". Solía criticar los editoriales del Times por su aire de petulante infalibilidad. Y luego estaba la incomodidad (y más que incomodidad) de Neuhaus con el visceral progresismo del Times, que, al abrazar todas las causas imaginables del centro-izquierda, aceleró la deriva de la política progresista hacia la promoción del libertinaje como estilo de vida. Richard se adelantó así años a Joseph Ratzinger al advertir sobre la dictadura del relativismo, inevitable consecuencia política del giro cultural del Times hacia la izquierda.
Por otro lado, Richard Neuhaus no podía imaginarse una mañana sin el New York Times, así como tampoco podía imaginarse empezar el día sin numerosas tazas de café, un tazón de Honey Nut Cheerios y un cigarrillo.
Esa relación de amor-odio cristalizó en un incidente durante la época de Richard como pastor luterano en el entonces empobrecido barrio de Bedford-Stuyvesant en Brooklyn, cuando el Times se negó a referirse a un pastor negro local (de la subdivisión protestante empresarial del cristianismo) como "obispo" Fulano. Enfadado, Neuhaus escribió a A.M. Rosenthal, entonces director del Times, preguntándole qué estaba pasando: el hombre se definía a sí mismo como "obispo", su gente lo llamaba "obispo", el letrero en la fachada de su institución eclesiástica lo identificaba como "obispo"... ¿Quién se creía el Times que era y qué creía que estaba haciendo al negarle a este hombre el título que él y su gente usaban?
Abe Rosenthal acabó escribiéndole a Richard una desabrida carta donde afirmaba que, tras una minuciosa deliberación propia del periódico de referencia del país, el Times se referiría al caballero en cuestión como "obispo" Fulano. La carta concluía con una frase que haría reír a carcajadas a Richard Neuhaus durante décadas: "Así pues, pastor Neuhaus, puede estar satisfecho al saber que, al llamar nuestra atención sobre este asunto, ha hecho una pequeña contribución a la historia de nuestra época".
'O palabras similares [Or words to that effect]', si se me permite citar al repugnante Richard Rich en Un hombre para la eternidad.
En más de treinta años de amistad y colaboración, debo haber escuchado a Richard contar esa historia una docena de veces, pero no creo haber pensado en ella más de una o dos desde su muerte en 2009. Pero recientemente leí un artículo que señalaba que este mismo clérigo al que admiro, quien mostró cierta simpatía por la acusación de que la Iglesia católica en Occidente está "obsesionada" con cuestiones de moralidad sexual, usaba el término "católico LGBTIQ+".
Por ser cuestión de cortesía, coincido con el fondo de la queja de Richard a Abe Rosenthal: las personas deben ser denominadas tal como se denominan a sí mismas, y en cualquier caso, no le correspondía al New York Times decidir quién es obispo y quién no.
Pero que un clérigo utilice el término "católico LGBTIQ+" para referirse a un miembro de la Iglesia católica me parece un asunto distinto.
- En primer lugar, me parece incoherente dar un mínimo de credibilidad a la acusación de que ciertos sectores de la Iglesia mundial están obsesionados con la moralidad sexual... y luego utilizar el término hipersexualizado "católico LGBTIQ+", que, cualquiera sea su procedencia, reduce al individuo a sus deseos o a sus confusiones sexuales, o a ambos.
- En segundo lugar, como se señaló en varios sínodos, comenzando por el de 2018 [sobre los jóvenes], el término carece de fundamento en la historia católica, pues la Iglesia nunca ha identificado a sus miembros por la libido. Esto significa que es tan inapropiado hablar de "católicos heterosexuales" como de "católicos LGBTIQ+". ¿Por qué? Porque "todos sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3, 28), y subdividir a los católicos de esta manera fractura la unidad de la Iglesia.
- Finalmente, en este momento político y cultural, el término "católico LGBTIQ+" implica un programa teológico (la transformación de conceptos católicos bien asentados sobre la persona humana y la vida moral) y es un emblema de diversas causas políticas: causas no exentas de la amenaza de la "dictadura del relativismo" de Ratzinger. El término "católico LGBTIQ+" no es neutralmente descriptivo; más bien tiene una gran carga teológica y política.
Todos somos pecadores, necesitados constantemente de la gracia redentora de Cristo, como nos recuerda con vehemencia el Papa León XIV. Al recordarlo, quizás seamos menos propensos a tolerar que nos definamos unos a otros (y a nosotros mismos) por el deseo, la orientación o la práctica sexual.
- Publicado en Denver Catholic.