Es domingo fue asesinado en Filipinas el padre
Richmond Nilo, de 40 años, cuando se disponía a decir misa en el altar de la capilla de Nuestra Señora de la Nieve en
Zaragoza, provincia de Nueva Écija, a cien kilómetros al norte de Manila.
Según recoge Aciprensa, unos desconocidos
dispararon cuatro veces contra él a través de una ventana de la capilla. Es el
tercer sacedote católico asesinado en el país desde diciembre, según recordó el presidente de la conferencia episcopal filipina, monseñor
Rómulo Geolina Vallés, arzobispo de Dávao.
El 29 de abril también
dispararon y mataron al padre Mark Ventura, de 37 años, tras celebrar misa en la provincia de Cagayan, y el 4 de diciembre
fue el padre Marcelito Páez quien murió durante un ataque en la ciudad de Jaén, también en la provincia de Nueva Ecija, tras haber facilitado la liberación de un detenido. Hace menos de una semana, otro sacerdote resultó herido en Calambia, provincia de Laguna, al sur de Manila.
Según señala
L’Osservatore Romano, en “los últimos ocho años,
desde 2010 hasta la primera mitad de 2018, en el mundo han sido asesinados 125 sacerdotes. Casi la totalidad de ellos ha pagado con su propia vida la opción de querer vivir en medio de los más pobres, débiles e indefensos”.