Protestante él e hinduista ella, llegaron juntos a la fe a tiempo de entender la muerte de su bebé

En la India, para la boda.
El pequeño Ezra murió dos días después de la fecha prevista para su nacimiento. Anumeha supo que algo iba mal porque dejó de moverse. Luego supieron que se había estrangulado con el cordón umbilical. Ella y su marido, Ryan Galloway, pudieron al menos tenerlo un tiempo en brazos cuando los médicos provocaron el parto. Era la primera gran prueba para su fe católica, pocas semanas antes de su ingreso formal en la Iglesia, en la Vigila Pascual de esta última Semana Santa. Pero la superaron: no acogieron la tragedia con ira o desesperación, sino con una certeza en medio del dolor: "En lo más hondo de nuestro corazón creemos en la resurrección. Un día volveremos a ver a nuestro hijo", confiesan en un vídeo donde dan a conocer su itinerario espiritual.
Dos itinierarios distintos hasta que confluyeron
Él nació en Sioux City (Iowa, Estados Unidos) en el sendo de una devota familia baptista. Su abuelo había sido misionero en África y sus padres le llevaban a la iglesia los miércoles y los domingos, le apuntaban en campamentos cristianos de verano y siempre que podían acudían a escuchar al célebre predicador evangélico Billy Graham. "Se destilaba veneno contra la fe católica", recuerda Ryan, que tiene ahora 30 años, porque los católicos rezaban a los santos y practicaban rituales supuestamente sin base bíblica.
Anumeha Jhunjhunwala, que tiene ahora 27 años, vivía en Calcuta (India) y era, como todos los suyos, de religión hinduista, y rezaba al levantarse y al acostarse a sus antepasados en el pequeño templo doméstico. Proveniente de una familia de clase alta, asistía a un prestigioso colegio privado protestante, así que conocía bien el Padrenuestro, así como himnos clásicos como Amazing Grace. En cuanto a la Iglesia, había oído hablar de la Madre Teresa.
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El día más feliz. Ambos jóvenes se encontraron en Estados Unidos, en un café de la ciudad de Des Moines (Iowa), en 2009, en torno a un interés común. Ryan trabajaba para la auditora Ernst & Young y estaba haciendo un posgrado en la Universidad de Drake, donde ella quería aprender lo mismo que él: cómo ayudar a los más necesitados mediante microcréditos para emprender sus propios negocios. Empezaron a hablar de su fe y de su común vocación, y buscaron una iglesia cristiana no-denominacional, donde ella empezó a vivir un sentido de la comunidad en la fe distinto al más privado que se practicaba en su hogar. "Pesadillas"... ¡vestida como la Madre Teresa! Cuando Anu le dijo a sus padres que se iba a hacer cristiana, para ellos fue "devastador". Las llamadas de teléfono desde la India se hicieron menos frecuentes, las conversaciones se acortaron, se hizo una distancia entre ella y sus progenitores: "Tenían pesadillas viéndome vestida como la Madre Teresa", recuerda la joven. Su madre lo corrobora: "La verdad es que pensé que había perdido a mi hija para siempre". Por eso no les hizo mucha gracia ver aparecer a ese largirucho pelirrojo de Ryan en su puerta, cuando volvió con él en 2009 para poner en marcha un proyecto de microcréditos en Calcuta. Pero pronto les gustó la tranquilidad y amabilidad del chico, y en 2010, en una segunda estancia, la madre de Anu fue al grano: "¿Cuándo os vais a casar?".
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