El padre Santiago Martín comenta una de las promesas de Nuestro Señor como fuente de esperanza en estos momentos difíciles para la Iglesia. Sus enemigos siempre creen que van a asestarle el golpe definitivo, porque confían en su poder. Y siempre fracasan, porque la Iglesia reposa sobre el poder de Dios y el amor de Cristo. Con esa esperanza nos invita a cerrar el año el fundador de los Franciscanos de María.