Jesús está vivo

A pesar de lo ridículo que le parecía esto, un grupo de creyentes de la Renovación Carismática le impuso las manos y oró, al tiempo que sentía un fuerte calor; era el calor del amor de Jesús que le estaba tocando y curando, no sólo su enfermedad, sino también su sacerdocio y todo su ser. Durante la oración tuvo una profecía: "Yo haré de ti testigo de mi amor". Desde entonces comenzó para él un nuevo y apasionante ministerio de evangelización acompañado de signos, milagros y curaciones. Y así empieza esta maravillosa lectura, muy recomendable, ya que nos mueve a alabar a Dios, que es lo que yo debería estar haciendo constantemente. Porque aquí se palpa al Señor, se le reconoce casi en cada párrafo, y no solo por los milagros, sino también por su Palabra, imprescindible en todo cristiano. He disfrutado de cada uno de los milagros del Señor que describe Emiliano, cada viaje, cada conferencia, cada oración de curación. Lo he vivido como si hubiese estado allí, con él. Y merece la pena, de verdad. Susana Sancalma/ReL