Martes, 19 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Tenía 49 años, de los obispos más jóvenes de España

Monseñor Antoni Vadell, auxiliar de Barcelona, «el obispo de la sonrisa», ha fallecido de cáncer

Don Antoni Vadell abraza a una chica, tras recibir el sacramento de la confirmación.
Don Antoni Vadell abraza a una chica, tras recibir el sacramento de la confirmación.

Fernando de Navascués / ReL

En el día que la diócesis de Barcelona celebra a su patrona Santa Eulalia, el 12 de febrero, ha fallecido el obispo auxiliar de Barcelona monseñor Antoni Vadell i Ferrer. El prelado, con apenas 49 años, ha fallecido hoy tras una larga enfermedad “en la que hasta en ella, cada día, supo ser luz para cuantos estuvieron cerca de él”, ha explicado uno de sus más cercanos colaboradores.

Con su pérdida desaparece uno de los obispos más queridos de la Iglesia en Cataluña del que se recordará su continúa sonrisa, su cercanía a todos y su celo pastoral.

En un comunicado difundido por la archidiócesis de Barcelona, piden a toda la feligresía “que lo encomienden a la misericordia del Señor”, a la vez que señalan que en breve se informará de la celebración de las exequias en Barcelona y de los posteriores actos cultuales que tendrán lugar en Mallorca, su tierra natal. 

Don Antoni, un pastor

Su ministerio episcopal ha sido muy breve, llegó a Barcelona en 2017, pero en poco tiempo ganó muchas simpatías, especialmente trabajando con los jóvenes y las personas más volcadas en la nueva evangelización, entre otros ámbitos.

Especialmente reveladora fue la entrevista que concedió a la revista Fons Vitae, de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. En ella explicó que su vocación sacerdotal despertó cuando tenía unos 12 o 13 años, en Mallorca, y en ella dos aspectos influyeron particularmente: la familia y la parroquia. “En familia vivíamos la fe, íbamos a Misa el Domingo, rezábamos en casa. Y en la parroquia fue muy importante la experiencia con los niños y especialmente el grupo de oración y amistad en el que empecé a tener experiencia de la oración, oración que me llevó a ir intuyendo que el Señor me llamaba a ser sacerdote”, recordaba entonces Vadell. Desde su experiencia de seminarista menor señaló que “estoy convencido que muchas vocaciones se despiertan en la niñez”.

En la misma entrevista también tuvo unas significativas palabras para sus formadores del Seminario: “Nos ayudaron a entender al sacerdote como enamorado de Jesucristo, hombre que encuentra la fuente de su vida sacerdotal en la Eucaristía”.

Recuerda que las parroquias mallorquinas de Corpus y San José que tenían colegio parroquial. “Los sábados teníamos la Misa con las familias del colegio. Eran celebraciones bellísimas cuyo recuerdo me caldea el corazón. La experiencia en la Unidad de Pastoral de la Mare de Déu, en unos pueblos del centro de la isla fue maravillosa, sobre todo en el trabajo en equipo”.

Monseñor Vadell, el día en que fue nombrado obispo auxiliar de Barcelona.

Un cura de isla en la Roma universal

Especial importancia tuvieron en su vida sus estudios en Roma de Pastoral Juvenil y Catequética. “Roma me cambió -explicaba en la entrevista-. Llevaba ocho años de cura. Me enamoré de la Iglesia. Venía de una iglesia pequeña, de una iglesia de una isla y descubrí la Iglesia Universal, la iglesia de los carismas, de los movimientos, como el Espíritu Santo genera tanta vida. Después tuve que volver a la iglesia particular sabiendo que no podía dejar de respirar desde la Iglesia Universal”, detalla.

Un evangelizador

“Evangelizar significa vivir en este mundo sin contemporizar, haciendo nuestra propuesta con toda su belleza y radicalidad: sin proselitismo, pero con mucha alegría. Se trata de ser testigos de una manera nueva de vivir la realidad, viviendo y anunciando el Kerigma que es que Cristo cambia la vida. Y todo esto realizarlo desde la vida de fraternidad. No podemos anunciar el Evangelio solos”, añadía.

En su cercanía, siempre tuvo a los jóvenes y a los adolescentes muy cerca.

Obispo a los 45 años

A los 45 años le nombran obispo auxiliar para Barcelona. “No me lo esperaba para nada. En mi caso no había habido ni ‘quinielas’. Me sorprendió la llamada del nuncio. Y ¡obispo auxiliar de Barcelona!… siendo de un pueblo. A lo largo del verano antes de la ordenación me entró el miedo y me ayudó la palabra de un sacerdote amigo: ‘El Señor te ha llamado, fíate’. Me serenó mucho esta palabra del sacerdote. Me preocupaba perder la “cercanía con la gente”.

Y ciertamente no la perdió, sino que la mantuvo con ilusión y celo pastoral. Ahí están esas tapas nocturnas que tomó con alumnos de las facultades Blanquerna de la Universidad Ramón Llull de Barcelona en las que hablaba con ellos sobre sus dudas e inquietudes. O como muchos también recuerdan el hecho de que antes de impartir el sacramento de la Confirmación a jóvenes, una semana antes, solía tener un encuentro con ellos, respondía a sus inquietudes, explicaba el sacramento y lo preparaba con ellos.

Apóstol de la Nueva Evangelización

Muchos son los encuentros que se podría referir del obispo fallecido, pero uno que dejó especial impronta en los que asistieron fue su reunión con los catequistas y responsables de LifeTeen llegados de toda España y distintos países europeo, y que se reunieron en Montserrat el 3 de marzo de 2019.

LifeTeen, como método, puede ser la bomba, pero la clave está en los catequistas”. Vadell tenía claro que lo importante no son las estructuras, sino las personas. Y se preguntaba: “Si envías gente a la periferia pero sin fe, ¿de qué sirve? No hay que hablar de un Señor teórico, sino del Señor que está aquí, amándote en presente. Hablamos del Señor que toca mi corazón hoy. Se trata de hablar del encuentro con el Señor… y contagiarlo”.

Un obispo que soñaba

En ese mismo encuentro, Vadell animó a todos a soñar a lo grande y perseguir los sueños, porque a veces se cumplen, y para muestra les confesó una experiencia personal: “Un día, en Mataró, en misa, tras la comunión, sentí como un sueño: deseé llenar la basílica de Santa María de Mataró, muy grande, con jóvenes. Y resulta que hace unas semanas, con la JMJ de Panamá, logramos hacer un encuentro allí con jóvenes de la diócesis, llenándola. ¡Mira, ha sucedido!, pensé. Yo invito a soñar”.

Pero eso requiere sentir pasión por Dios y la evangelización: “Hay que recordar obviedades: si no está el catequista enamorado del Señor, no funcionan los métodos”. Lo importante es el amor con que se viven las cosas: “No hay nada más atractivo que una comunidad que se ama”.

También los adultos fueron confirmados en la fe durante su ministerio pastoral.

Perfil biográfico

La diócesis de Barcelona ha aportado el siguiente perfil biográfico de don Antoni Vadell.

Monseñor Vadell nació en Llucmajor (Mallorca), el 17 de mayo de 1972. A los 14 años ingresó en el Seminario Menor de Mallorca, pasando después, en 1990, a cursar la filosofía y teología en el Seminario Mayor. Fue ordenado diácono el 4 de octubre de 1997 en la Capilla del Seminario Nuevo de Mallorca, y sacerdote el 31 de mayo de 1998 en la parroquia del Beato Ramon Llull en Son Cotoner (Palma). Obtuvo la licenciatura en Teología, especialidad en Pastoral de la Juventud y Catequética en el Pontificio Ateneo Salesiano (2006-2009).

Su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Mallorca. Ha combinado la labor parroquial con la pastoral catequética y educativa. Inició su actividad pastoral en la parroquia del Beato Ramon Llull en Son Cotoner (1998-2006) y posteriormente asumió la responsabilidad de rector del Seminario Menor de Mallorca (1999-2006). Ha sido profesor del Centro de Estudios Teológicos y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Mallorca (ISUCIR), y ha sido profesor invitado en la Escuela Universitaria Alberta Giménez, de las Islas Baleares. Ha sido delegado diocesano de Pastoral Vocacional, y formador del Seminario Mayor de Mallorca (2002-2006); así como también delegado diocesano de Pastoral Catequética y Litúrgica (2009-2013), vicario parroquial de las parroquias de Sant Josep Obrer y de Corpus Christi y responsable pastoral de los respectivos colegios parroquiales (2009-2014).

Ha sido vicario episcopal para la Evangelización (2013-2017), rector de la Unidad Pastoral de la Mare de Déu de las parroquias de Santa Maria la Major, Sant Domingo y Crist Rei de Inca, de Sant Llorenç de Selva, la Immaculada Concepció de Caimari, Sant Joan Baptista de Mancor, Santa Tecla de Biniamar y la Nativitat de la Mare de Déu de la Lloseta, y miembro del Colegio de Consultores (2014-2017) y miembro del Consejo Presbiteral al Obispado de Mallorca ( 2014-2017).

El 19 de junio de 2017 se hizo público su nombramiento como obispo auxiliar de Barcelona. Recibió la ordenación episcopal el 9 de setiembre de 2017 en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.

En el seno de la Conferencia Episcopal Tarraconense es Presidente del Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Catalunya y Baleares (SIC).

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