Religión en Libertad

Creado:

Actualizado:

Leo en el periódico “La Verdad” de Murcia esta carta tan entrañable que habla de “dos amigos” unidos en el Señor, que el Papa Francisco ha querido mantener unidos en la aprobación de los milagros que hicieron. He querido traerla al Blog porque todo lo que se dice de corazón merece ser destacado y conocido El Papa francisco aprobó, el pa­sado día 5 de julio, al Papa Juan Pablo II y a don Álvaro del Por­tillo -que fue prelado del Opus Dei-, los milagros que canoni­zarán al primero y beatificarán al segundo.

Tengo una foto de Juan Pablo II, cuyo reverso es una estampa de don Álvaro. Un bricolaje ca­sero, hecho por mí, para enco­mendarles cosas a los dos sin per­der tiempo. Y la verdad es que me funciona. Les digo a veces con prisas: «Ahí tenéis tal asun­to, resolvedlo entre los dos, que yo, ya no se qué hacer»... y que­do confiada, a sabiendas de que me van a conseguir lo mejor. Precisamente, don Álvaro, en su día fue uno de los interceso­res -porque muchísimos le re­zamos- para que me fuera de­vuelto sano y salvo un hijo de cuatro años que sacaron aho­gado de un depósito de agua. Yo, siempre pedí que interce­diera para que mi hijo volviera a la vida o se nos diera la ayuda sobrenatural suficiente para po­der vivir sin su presencia. Hoy, este hijo sigue con nosotros sano y feliz. Me habían contado que la amistad de Juan Pablo II y don Álvaro era muy buena y que cuando éste murió, justo a la vuelta de un viaje a Tierra San­ta donde celebró su última misa, Juan Pablo II manifestó que quería ir a su casa para acompa­ñar a los suyos. Alguien de su alrededor le debió decir que no era protocolariamente correc­ta la visita, a lo que el Papa con­testó que él iba a ir, porque don Álvaro era su amigo. También he oído que el secre­tario de Juan Pablo II había re­cibido una postal desde Tierra Santa, en la que don Álvaro, en­tre otras cosas, le decía que ha­bían rezado mucho por él y que le hiciera llegar su deseo de ser fieles hasta la muerte. Hoy pienso que estarán muy felices. El Papa Francisco elige el mismo día para aprobar sen­dos milagros que ponen de ma­nifiesto su santidad. La lucha por ella la demostraron en vida cada uno en su sitio y hasta el final de sus días, como todos sa­bemos. Ahora más que nunca, con esa amistad que les unió en vida, la Providencia ha querido que sigan juntos dos fieles amigos, empeñados en ser santos y fieles hasta la muerte. Mercedes Poco (Murcia)

Comentarios

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente

tracking