Von Balthasar citado por el Magisterio
No suele ser habitual que el Papa cite a los teólogos en una audiencia general, en un discurso o en un documento escrito, como una Exhortación Apostólica. Los Papas contemporáneos lo suelen hacer en contadas ocasiones, destacando así a un teólogo como una fiel referencia.
Ya Pablo VI, por ejemplo, citó a De Lubac, a Journet; lo mismo vemos en Juan Pablo II y en Benedicto XVI. Lo hacen en contadas ocasiones y supone un gran respaldo del Magisterio al pensamiento de un teólogo. Balthasar tiene el honor de ser citado por ellos, y no precisamente para refutarlo o rechazarlo, sino para exponer el Papa su pensamiento guiado por las reflexiones de von Balthasar. Para nosotros es una garantía de solidez eclesial y, por ello, Balthasar es un teólogo sano, digno de ser leído, estudiado, asimilado, sin sospecha de ningún tipo. Otra cosa distinta será que su estilo, al escribir, es profuso, a veces opaco, y cuesta seguir el hilo conductor de sus reflexiones sobre todo en su gran trilogía "Gloria", "Teodramática" y "Teológica" (con varios volúmenes por sección...). Benedicto XVI fue el Papa que más citó a Balthasar en su magisterio pontificio. Cita a Balthasar sobre la centralidad de la fe en su discurso a la Asamblea eclesial de Roma:
Argumentando sobre la centralidad del Misterio cristiano, que es la Encarnación en vistas al Misterio pascual, o iniciándose el Misterio pascual con la Encarnación (que es otra forma de decirlo), Benedicto XVI emplea palabras también de Balthasar:
En sus audiencias generales sobre los Padres de la Iglesia y escritores eclesiásticos, Benedicto XVI cita a Balthasar y se apoya en la reflexión de éste sobre los Padres. Balthasar estudió en profundidad a los Padres y, entre otros, destacan sus estudios sobre Orígenes y sobre Máximo el Confesor. La editorial fundada y dirigida por Balthasar, Johannesverlag, ofreció muchas traducciones de las obras de los Padres, traducciones hechas por el mismo Balthasar, con amplias introducciones, así como estudios monográficos a algunos Padres. En las audiencias dedicadas a cada uno de estos Padres, Benedicto XVI se apoyó en lo escrito por Balthasar. Sobre Orígenes, por ejemplo:
Y también sobre Máximo el Confesor:
Von Balthasar fue desarrollando una verdadera y propia teología de la santidad, fascinante, con sus múltiples conexiones. La santidad era el nudo donde converge todo. ¡Qué páginas más hermosas escribió! Las hallamos en sus Ensayos teológicos "Verbum caro" y "Sponsa Verbi", así como en un libro delicioso a más no poder: "Teresa de Lisieux. Historia de una misión". Recogiendo las intuiciones claves de Balthasar, Benedicto XVI lo citó en una Audiencia general:
Al igual que el propio Ratzinger en su etapa docente, Balthasar dedicó también su reflexión a qué es la teología en sí, cómo realizarla, cómo elaborar una teología que sea digna de tal nombre, profesando la fe y adorando a Dios, con rigor en la búsqueda de la Verdad. Benedicto XVI lo reconoce y cita así a Balthasar para explicar qué es la teología:
Por último, y no menos importante, Benedicto XVI cita a Balthasar en lo que éste tiene de gran aportación en su sistema teológico: la estética teológica, su pasión por el pulchrum como forma de la Gloria que seduce por Amor y así se revela. La Belleza marcó la teología de Balthasar así como la del propio Ratzinger, que también realizó incursiones en este trascendental. Como Papa, Benedicto XVI, en su encuentro con los artistas, citó también la teología de Balthasar referente a la Belleza:
Como se puede ver, quien quiera ver, quien lea sin prejuicios, no son citas de obligado cumplimiento, sino es más bien la abundancia del corazón hablando por la boca. Benedicto XVI, grande, cita a Balthasar como un referente; asume sus intuiciones y pensamientos y, como Papa, en su Magisterio ordinario, lo cita de modo que refuerza y muestra la eclesialidad de la teología de von Balthasar. Con esto se puede disipar las dudas de algunos y, ojalá, suscitar el deseo de otros de empezar a leer y trabajar la bellísima y casi inabarcable, por su amplitud, de von Balthasar. Sirva para ello las entradas que aquí se le han ido dedicando.