Religión en Libertad

Creado:

Actualizado:

El complejo mundo en que vivimos, sin lugar a dudas, nos plantea nuevos retos y, por tanto, la búsqueda de respuestas evangelizadoras.

Las raíces de la situación de descristianización o de secularización son raíces ya muy hondas, que vienen de lejos. Conozcámoslas. A veces los análisis de esta secularización son simplistas y las respuestas más simplistas aún con una pizca de ingenuidad. Se oye (o se lee) en ocasiones que el problema fue que el latín se abandonó en las iglesias y la gente huyó en masa de una liturgia que no era en latín y no la acercaba al Misterio; otras veces, igual de simplismo, se atribuye a que la doctrina debemos modernizarla, ponerla al día, porque ahora mismo resulta chocante para los oídos contemporáneos; respuesta ingenua es soñar con que cambiando el libro de catequesis, organizando algún teatro infantil y una convivencia, se evangeliza eficazmente y para siempre a los niños y a sus padres. Los ejemplos se podrían multiplicar. Pero hemos de ir más lejos, porque las causas son muy hondas. Europa fue un logro del cristianismo que fecundó este continente elevándola a altas cotas. El Evangelio, oriental y con lenguaje semita, halló con la primera generación cristiana su gran expansión en lo que hoy es Europa.

La modernidad, en el siglo XVIII, supuso el racionalismo, la emancipación de la razón al arbitrio de sí misma, encerrada al final en sus propios límites, y una mirada al hombre nueva. Dios se convierte o simplemente en un Motor que pone en marcha el mundo -teísmo-, en el garante necesario de la ley y la moral, o en el adversario y enemigo del hombre (nihilismo). La razón exaltada sólo en sí misma genera el ateísmo en sus distintas variedades que logra una gran difusión. Europa quiere llegar a "la mayoría de edad" relegando a Dios a la superstición que debe ser salvada por la ciencia y el humanismo antropocéntrico (sólo el hombre y nada más que el hombre)... pero de ahí a las nuevas ideologías sólo hubo un paso, dramático y cruel: nazismo, fascismo, comunismo, las ideologías totalitarias (paganas) que arrasan y destruyen.

Muchas buenas semillas del cristianismo están plantadas en Europa: hay que revitalizarlas, regalarlas con la nueva evangelización para que haya un florecimiento nuevo. Pero, para ello, hay que mirar bien dónde regar y dónde volver a sembrar, sabiendo los influjos que la cultura actual ha recibido de tiempo atrás. Las respuestas evangelizadoras no pueden ser simplistas. Los problemas son hondos y debemos conocerlos para ofrecer respuestas suficientes y adecuadas. La Iglesia toda está llamada a afrontar una nueva evangelización de calidad:

La nueva evangelización será un gran bien para Europa, revitalizando este continente que se agota en sí mismo.

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente