Religión en Libertad

Creado:

Actualizado:

xml.err

El lugar del teólogo es la Iglesia; en ella habita, en ella sirve, de ella recibe el don de la fe y de la vida sobrenatural y para ella ha recibido una vocación peculiarísima que es la de la reflexión y el pensamiento del tesoro de la fe.

Situado fuera de la Iglesia, o por encima de la Iglesia, el teólogo dejará de ser teólogo para convertirse en ideólogo, aunque se justificase pretendiendo ser una "voz profética" en la disidencia. La Comunión de la Iglesia es el centro hacia el cual todos convergemos, incluido el teólogo, el hombre de estudio, ciencia, reflexión, oración y pensamiento. Hemos de saber apreciar, valorar, acompañar, la vocación del teólogo en la Iglesia, tan personal y tan única, tantas veces incomprendida; y un criterio cierto para discernir una teología y un teólogo es el criterio de su inserción amorosa en la Iglesia. Quien está en paralelo con la Iglesia, o en contradicción con la Iglesia, no merece el nombre de teólogo ni tampoco sus obras merecen ser leídas para quien quiera edificar su propio pensamiento católico.

En la Iglesia hoy deberíamos saber leer más teología sana y fundamentada, apoyar y respaldar a los buenos teólogos, orar por ellos, comprender esta vocación, digamos, intelectual y facilitar su labor, que siempre es a largo plazo, en el seno de la Iglesia y por el bien de la Iglesia.

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente