Catequesis familiar (inexistente)
Con el mes de mayo, o para ser más precisos aunque se nos olvide, con el tiempo de Pascua y en razón de ser la cincuentena pascual, muchos niños se acercan a participar de la Eucaristía por primera vez. Las Últimas Comuniones, perdón, ¡qué digo!, las Primeras Comuniones.
No falta nunca quien después de una celebración litúrgica (bastante pueril, en plan festival, con poca unción y fervor), comenta cómo los niños han "participado", lo que les "ha gustado a los padres"; después de dos años de catequesis infantil, una hora a la semana, y coloreando muchos recuadros y dibujos del libro de catequesis, creen ilusionados, ingenuos, que los han preparado y que como les ha gustado mucho la Misa "tan bonita", han sembrado algo.
Faltan a la verdad de las cosas. Primero, esos niños han ido a Misa durante el año porque era "obligatorio" para la Primera Comunión: ver las iglesias llenas por esa razón no puede dar pie a pensar que están evangelizados padres y niños y van a incorporarse a la vida de la Iglesia. Segundo, esos niños (y sus padres) desaparecen en cuanto acaba la Primera Comunión. ¿De verdad soñamos que los hemos evangelizado, han descubierto a Cristo? ¿De verdad se puede llegar alguien a creer que, manipulando la liturgia para convertirla en una fiesta infantil donde cada niño "ha hecho algo", "han cantado muy bien", estos niños han descubierto la grandeza del Misterio?
Urge revisar ese tipo de pastoral de fuegos artificiales, ser mucho más moderado en sus expresiones (tanto en la catequesis como en la liturgia), abandonar el triunfalismo de ver tanta gente en las Misas con niños y en las celebraciones de la Primera Comunión.
Los niños serán evangelizados si los padres están evangelizados. Donde hay que buscar un nuevo método, una nueva forma es en la evangelización de los padres y de las familias.
A esto se llama "catequesis familiar". Y es que los padres son los primeros educadores de la fe, no los catequistas ni los profesores. A los padres, a las familias, a los adultos, es donde hay que dirigir la propuesta del Evangelio porque padres cristianos engendran hijos cristianos; familias cristianas viven la fe y la transmiten con normalidad.
Palabras del papa Benedicto XVI:
Seamos realistas con los esfuerzos y el escaso fruto recogido con estas catequesis de Primera Comunión, y pongamos todo el esfuerzo e interés en la evangelización de los adultos y de las familias: éstos serán los que transmitan la fe aunque hoy la cadena de transmisión se haya visto tan dañada por la secularización.
P.D. La foto la encontré en Internet: me parece reveladora de lo que muchas veces hacemos. La buena voluntad a veces carece de luces.