SENTIR RECHAZO Y RELACIONES SEXUALES

  Como motivar a los hijos esta semana en la radio 

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TEMOR AL RECHAZO Y SEXO

Una de las manifestaciones del ser humano en todas las edades, pero que se manifiesta fundamentalmente cuando se es joven, es el miedo a ser rechazados, a que nos digan que no, a que nos den de lado. Antes que eso pueda ocurrir, es muy probable que uno haga aquello que no quiere.

Muchas veces se es capaz de tirar por la borda todas las creencias que uno tiene, ante la posibilidad del rechazo. Este pavor a no ser como los demás es, desde mi punto de vista, una de las causas por las que se tienen relaciones sexuales que de otra manera no se habrían tenido.

Cuanto más adolescente es una conducta, ese temor se agranda, se siente de una manera fuerte. Muchas veces las personas que lo están sufriendo lo niegan. No está bien visto aceptar, que uno hace lo que no quiere porque le falta libertad. Con frecuencia, este recelo a no ser normal, hace que no se diga lo que se piensa. Que no se comporte uno como es. Que se acepte en silencio aquello con lo que no se está de acuerdo. Este temor al rechazo se hace más profundo en las cuestiones que están de moda, “que hace todo el mundo”.

Cuanto sufrimiento trae lo que hace todo el mundo. Cuando uno va por donde va todo el mundo, habría que pararse a pensar, quizás esté uno equivocado. Hay que plantarle cara y enseñar a hacerlo, por parte de padres y educadores.

Un buen modo de seleccionar por qué se te acerca alguien, es su comportamiento cuando le dices que no. Si intenta seguir contigo, es que le gustas. Esa autonomía afectiva que necesitamos para ser libres, y vivir de acuerdo con lo que se piensa, tiene mucho que ver con la madurez personal. Uno tiene que aprender a decir que no, sin sentirse mal. No es necesaria la aprobación de los demás para sentirse bien. Si no se lucha contra el miedo al rechazo, ese temor se va haciendo mayor en cosas cada vez más pequeñas.

Si todos dijéramos lo que realmente sentimos y pensamos, probablemente, habría menos sufrimiento evitable y emocionalmente seríamos más felices. Genera gran satisfacción, el hacer lo que debemos, impedientemente de la opinión de los demás. Es la frescura de la libertad