Viernes, 19 de abril de 2024

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El Dolor del Papa Francisco

por Creo, Señor, aumenta mi fe

El papa Francisco ha publicado el mensaje del día del enfermo del año 2015, que coincide con el día de la Virgen de Lourdes.

   En muchas Parroquias es un día significativo porque se realiza la celebración pública del sacramento de la Unción de Enfermos.

   El lema de este año, hace alusión al texto de Job 29,15: “Yo era ojos para el ciego, yo fui pies para los cojos”. El Papa quiere meditar el texto desde la sabiduría del corazón. Una sabiduría, que no llega por razonamientos teóricos, sino infundida por el Espíritu Santo. Y por lo mismo es: “La sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera”.  (Sg. 3, 17)

   Nos abre al sufrimiento de nuestros hermanos, haciendo nuestra la plegaria del salmo 90, 12. “Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato”.

     Divide el Papa esta sabiduría del corazón en varios apartados qe abarcan toda la realidad del enfermo y nuestras relaciones con él.

     Sabiduría del corazón es servir al hermano y salir a su encuentro.  Job era un hombre ejemplar entregado al servicio de los demás. Hoy también tenemos cristianos que son ojos para el ciego y pies para el cojo. “Persona que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. El servicio, especialmente cuando de prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses durante años, incluso cuando ella no es capaz de agradecer. Y, sin embargo, ¡qué gran camino de santificación es este! En estos momentos se puede contar de modo particular con la cercanía del Señor, se es también un apoyo especial para la misión de la Iglesia”.

   Sabiduría del corazón es estar con el hermano. El santo tiempo que se pasa junto al enfermo nos conforma con la imagen de Jesús. Pues yo estoy a la mesa como el que sirve”. (Lc 22, 27) “Pidamos con fe viva al Espíritu Santo que nos otorgue la gracia de comprender el valor del acompañamiento, con frecuencia silencioso, que nos lleva a dedicar tiempo a estas hermanas y a estos hermanos que, gracias a nuestra cercanía, y a nuestro afecto, se sienten más amados y consolados. En cambio, qué gran mentira se esconde  tras ciertas expresiones que insisten mucho en la calidad de vida para inducir a creer que las vidas gravemente afligidas por enfermedades no serían dignas de vivir”.

    Con frecuencia nos olvidamos de dedicar tiempo a nuestros hermanos enfermos, por el trabajo, la prisa, el producir.  Nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad.

   Sabiduría del corazón para ser solidarios con el hermano sin juzgarle. Los amigos de Job se sentaron junto a él siete días y siete noches sin decir palabra. El dolor era inmenso. “Pero los amigos de Job escondían dentro de sí un juicio negativo sobre él: pensaban que su desventura era el castigo de Dios por una culpa suya. La caridad verdadera, en cambio, es participación que no juzga, que no culpar al otro; es libre de aquella falsa humildad que en el fondo busca la aprobación y se complace en el bien hecho”.

   El papa termina con una invocación a la Virgen. Nos avisa con palabras hermosas de que también cuando no podamos donarnos, la experiencia del dolor es un lugar privilegiado para el apostolado. “También cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser un lugar privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente para lograr reforzar la sapientia cordis. Se comprende así cómo Job, al final de su experiencia, dirigiéndose a Dios puede afirmar: <> (Job 42, 5) De igual modo, personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido con fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia de hombre no sea capaz de comprender hasta el fondo”.

 

 

      

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