La universidad es uno de los grandes periodos de cambio. La persona se abre al mundo para más tarde lanzarse a por él. Sin embargo, a veces, esta preparación para la vida se puede torcer entre alcohol, drogas y fiestas desenfrenadas. Pasarlo bien no es nada malo, pero sí lo es excederse y pasar de estudiar.

La universidad enseña muchas cosas, pero hay otras que hay que llevar aprendidas de casa. El portal de consejos para padres (en inglés) AllProDad enseña las 10 cosas más importantes que tu hijo no aprenderá en la universidad.


Es imperativo para el futuro que los hijos comprendan, por lo menos de forma básica, lo que está bien y lo que está mal. Lo mejor es enseñar esto con el ejemplo. Los hijos necesitan saber que sin honestidad e integridad no tienen nada.


Una de las cosas más difíciles de enseñar a una persona joven es que el fracaso no es malo. Su limitada experiencia les impide comprender que el éxito puede estar a la vuelta de la esquina, en el siguiente intento. Siempre habrá problemas, y la perseverancia consiste en no arrugarse ante ellos. Hay que enseñar que siempre habrá una luz al final del túnel.




Todo el mundo tiene inseguridades. Si permitimos que los complejos dominen nuestra vida, perderemos grandes oportunidades. La confianza crece cuando entendemos nuestras limitaciones, y también sabiendo cuales son nuestras capacidades. Incluso las debilidades se pueden convertir en un punto fuerte cuando se las conoce bien. Hay que asegurase de que el hijo desarrolle su autoestima.


La forma más sencilla de enseñar esto es obligarle a entender el valor del dinero. Es bueno que tengan un presupuesto determinado, y obligarles a vivir conforme a él. Si no aprecian el dinero y lo que cuesta ganarlo, acabarán endeudándose rápidamente. Ayuda que hagan tareas de la casa por dinero, por ejemplo.


Lo más importante en este sentido es que sean ellos mismos, y que esperen lo mismo de sus amigos. Si uno de los amigos no es aceptado por como es, entonces la amistad no es verdadera. Los amigos son muy diversos, hay que tener una mente abierta para recibirlos y un corazón amable para mantenerlos.




¿Podrá tu hijo decir no, aunque esté bajo presión? Con el tiempo, cada persona se responsabiliza de sus propios actos, éxitos y fracasos. La autodisciplina determina también el futuro de los hijos. Aunque depende mucho del ejemplo que den los padres.


La mayoría de las veces, la salida más fácil es la incorrecta. El buen camino suele ser largo, solitario y oscuro. La valentía y la fe ayudan a seguir por ese camino pese al miedo o las dificultades. Enseñarle a un joven el valor de la fe es cada vez más complicado, pero si se consigue, la huella queda para siempre.




Si quieres que tu hijo se preocupe solo por sí mismo, no hay más que dejarle solo y ver como la cultura moderna le influye. Sin embargo, si se quiere subir el listón, se le debe enseñar lo contrario siempre que se presente la oportunidad. La generosidad es la habilidad para sacrificarse en favor de la felicidad o el beneficio de otro, y la lealtad es la piedra angular de toda relación.


Si en la historia no hubiera habido personas únicas, con personalidad propia, la humanidad no hubiera salido de las cavernas. Todo el mundo tiene dones especiales que el resto de personas necesitan. Descubrir esos talentos y desarrollarlos es esencial, no solo en lo personal, sino también en lo social.


El respeto es fundamental en esto. Si no hay un respeto mutuo entre marido y mujer, el matrimonio fracasará. Hay que enseñar a los hijo a escoger un compañero de vida adecuado, al que no solo amen, sino respeten. Alguien con el que compartan valores y tiempo. Con unos cimientos sólidos basados en el respeto, serán capaces de capear cualquier tormenta que ocurra durante sus vidas.