José Luis Gadea y su esposa Magüi (abreviatura familiar de María Luisa) pueden expresar que la Virgen María salvó su matrimonio y que la teología del cuerpo de San Juan Pablo II les ha abierto caminos para evangelizar a las familias y ayudar a muchas de ellas.
 
Hoy difunden esta espiritualidad para matrimonios con sus grupos de Proyecto de Amor Conyugal (www.proyectoamorconyugal.es). Han contado su testimonio en los encuentros Asalto al Cielo, en Colmenar del Arroyo (Madrid) y también en diálogo con ReligiónEnLibertad.  
 

En septiembre de 1990 José Luis y Magüi se casaron. “Descubrimos lo enormemente diferentes que éramos. Hoy sabemos que Dios, en los matrimonios, une a personas diferentes. Pero entonces era causa de ruptura”, explica José Luis.
 
“Ella era muy ordenada, yo entendía el orden a mi manera… Ella era de salir mucho, yo era casero. Yo era puntual, ella no tanto. Yo era ahorrador, era más bien generosa. Todo eso generaba discusiones. Cada uno quería llevar al otro a su terreno. En el cursillo prematrimonial que nos dieron en la parroquia… bueno, sólo recordamos de él que fue rápido y cordial”.
 
Fue una relación dura, de incomprensiones, reproches y conflicto, durante diez años.
 
José Luis da más datos. “Yo pensaba que amar era intentar que el otro deje de cometer errores. Todo el rato la quería corregir y me enfadaba porque ella no cambiaba. Eso me hacía ser dominante. Yo pensaba, además, que el amor consistía en estar juntos todo el rato: así que yo era absorbente. Pensaba que uno debía estar solo para el otro. Así que era celoso. Yo la quería muchísimo... pero con esas actitudes malas. En cuanto a la fe, íbamos a misa los domingos, pero nada más”. 
 

En una excursión a Fátima con gente de su parroquia hubo un cambio fuerte. Estaban los dos rezando juntos, rezando el Rosario de rodillas, no en ninguno de los espacios del santuario, sino simplemente en la capilla del hotel. Les acompañaba una amiga soltera. Pero ahí experimentaron, cada uno en su interior, por separado, de forma independiente, que la Virgen se comunicaba con ellos.
 
“A Magüi la Virgen le dio esperanza para seguir luchando por nuestra relación. Salió con ganas de comerse el mundo. En cambio, yo tenía la sensación de que Ella nos pedía una tarea, que tenía un encargo para nosotros”.
 
Eran como unas palabras, muy claras. Pedí a la Virgen que me diera una muestra de que no era producto de mi imaginación. Y me quedé como mudo, como atónito, absorto, no reaccionaba. Como Zacarías en el Evangelio. Entonces me llamó el responsable de la peregrinación. Aunque éramos 250, me había seleccionado como uno de los cuatro hombres que llevarían a la Virgen al altar mayor. Lo vi como esa confirmación que pedía. Ese día no llevé ‘una estatua’ sino a la Virgen”. 

 


De vuelta a casa, sus ritmos eran distintos. Él rezaba el rosario, sentía que la Virgen estaba cerca, estaba a la vez emocionado y algo absorto, meditativo. Ella también rezaba mucho el rosario y además iba a misa diaria. Estaba muy activa. Demasiado, de hecho. “Yo le dije: "no me he casado con una monja", recuerda José Luis.
 
Ella entendió que debía adaptarse al ritmo de su marido. Buscó formas de acomodarlo todo. “Ella rezaba el rosario mientras veíamos una peli, por mí. O iba a la Eucaristía en horas que le permitiesen estar luego conmigo. El caso es que yo veía que ella tenía más paz, le gritaba menos a los niños... y decidí que yo quería vivir como ella”. 
 
Pasada esa etapa meditativa, de meses absorto, José Luis dio por confirmado que, de alguna manera, la Virgen les llamaba a trabajar por los matrimonios. "Primero, el nuestro", dijo.
 
“Hablábamos con sacerdotes llenos de hambre de Dios. Leíamos el Evangelio, rezándolo juntos a diario. Nuestro párroco nos animó a colaborar preparando cursos para novios, y nos enfrascamos en leer libros sobre el matrimonio, lo que nos daba, lo que caía en nuestras manos. Y lo que leíamos no nos parecía mal… pero no respondía a lo que vivíamos”.
 

Fue entonces cuando descubrieron las catequesis de San Juan Pablo II que durante 5 años hablaban del sexo, el cuerpo, el matrimonio y la pareja. Es la llamada “Teología del Cuerpo”. Fue, para ellos, una revelación.
 
“¡El universo se creó para servir de contexto al matrimonio, a la unión de hombre y mujer, para  reflejar en la carne quién es Dios! Y, sin embargo, veíamos que en lo cotidiano nuestro matrimonio era ‘un churro’. Pero nos reuníamos en el salón de casa con velitas, y leíamos en voz alta, con otras personas, esas catequesis de San Juan Pablo II. La primera fue complicada. Yo entendía conceptualmente. Pero Magüi lo explicaba e ilustraba con cosas que le habían pasado el día antes, en lo cotidiano. Así descubrimos que juntos lo interpretábamos mejor. Juntos nos complementábamos”.
 
“Iban llegando matrimonios y ya no podíamos darles charlas de psicología, sino de San Juan Pablo II. Luego fuimos a otra parroquia y decidimos formarnos más en el Máster del Instituto Juan Pablo II. No queríamos seguir solo nuestras intuiciones. ¡Recomendamos este máster! Aprendimos en él acerca de los 5 ámbitos del matrimonio: el moral, el teológico, el antropológico, el psicológico y el jurídico. Era una visión muy rica y amplia”. 
 
“Pero veíamos que el Pontificio Consejo de la Familia decía que el matrimonio necesita un camino específico permanente de formación... y tal cosa no existía en España”.
 

“Hablamos con el obispo Reig Pla, con el Consejo para la Familia, con nuestro obispo de Málaga, monseñor Catalá, que nos introdujo en la Pastoral Familiar diocesana... Pero el caso es que ese itinerario para matrimonios no existía. Así que tomamos las audiencias de Juan Pablo II de Teología del Cuerpo, sus 5 años de catequesis semanal, ordenadas, riquísimas. Decidimos subrayarlas, traducirlas a un lenguaje más sencillo y añadirle un caso práctico por tema”.
 
Así nacieron los actuales grupos del Proyecto Amor Conyugal (www.proyectoamorconyugal.es), con grupos de matrimonios que se reúnen mensualmenye con esas catequesis, rezan y comentan casos prácticos. Hoy hay 5 grupos en Málaga, otro en Madrid y otro en Córdoba, y más gente quiere conocer cómo funcionan.
 
“Empezamos con una oración. Leemos la catequesis, la explicamos. Es en parroquias. Nosotros enviamos los materiales y hablamos con el coordinador de cada reunión. Después vamos al Sagrario: cada pareja en una esquina distinta, rezando en pareja ante el Sagrario, para pedir que Dios ilumine. Luego nos reunimos otra vez, presentamos un caso práctico, cotidiano y hablamos de lo que nos dice. Por último, ponemos un objetivo relacionado con el tema: el objetivo del mes, para llevarlo a la vida. Y finalizamos con una oración a la Virgen”. 
 

Cada una de estas sesiones tiene, por lo tanto, tres partes: formación, oración y vida práctica. Además, animan a hacer oración diaria en el matrimonio. “Enviamos el evangelio del día en wasap a cierta hora, y todos, cada uno desde su casa, envían sus respuestas. Rezamos simultáneamente cada día, cada uno desde su lugar. Ahora publicamos en web un link al Evangelio del día comentado por nosotros para matrimonios.  Nos basamos en los comentarios de autores de confianza. El caso es que los que lo reciben suelen reenviarlo y se rebota a mucha gente”.
 

“Hemos echado de menos que no haya itinerarios para matrimonios en las parroquias. Las parroquias hoy no ofrecen un camino específico para la vocación matrimonial. A veces vemos que un cónyuge, más religioso, se refugia en Dios y deja de lado a su esposo, pero Dios no quiere eso. También vemos que incluso en movimientos matrimoniales que llevan años funcionando desconocen la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II. Hemos visto llorar a personas que llevan años en la vida cristiana, buscando ser santos, con misa diaria… pero que nadie les orientó en su vocación matrimonial y lloran con estas catequesis, emocionados.”
 
“Nuestra experiencia es que esto es un proyecto que la Virgen nos inspira como algo misionero, que se ha extendido en el boca a boca. No hemos hecho publicidad. Si alguien me escribe pidiendo "quiero algo así para mi parroquia" le invitamos a un retiro de un fin de semana, muy experiencial. O bien, nos ofrecemos a ir nosotros y anunciarlo en su parroquia y explicar las claves a unos matrimonios, y le proponemos iniciar ese itinerario. En Córdoba hemos empezado así”.
 
José Luis se ofrece a atender a quien quiera más información, y ofrece también el e-mail
proyectoamorconyugal@gmail.com y la web www.proyectoamorconyugal.es  para los interesados.

 José Luis y Magüi cuentan su testimonio en Asalto al Cielo