George Weigel es un influyente analista social católico, miembro del Ethics and Public Policy Center, famoso por su biografía sobre Juan Pablo II “Testigo de la Esperanza”; en español ha publicado además “El coraje de ser católico”, “Política sin Dios” y “Cartas a un joven católico”, entre otros. 

Mientras Estados Unidos celebra (o lamenta) sus 40 años de aborto liberalizado por la sentencia Roe vs. Wade, que parecía blindar el aborto como un derecho para siempre en el gigante norteamericano, Weigel ha publicado en la revista “First Things 10 indicios de que a medio o largo plazo la victoria estará del lado pro-vida.

1. Hace ya 40 años que se practican abortos de forma generalizada pero la sociedad norteamericana, aunque es individualista y práctica, sigue sin aceptarlo ni verlo como algo normal; el aborto es algo feo, molesto y en la profesión sanitaria sigue viéndose con muy malos ojos.

2. En estos 40 años, los avances científicos sobre la gestación y la reproducción humana han dejado obsoletos los argumentos “pseudocientíficos” que se usaron en la sentencia Roe vs. Wade.

3. Los sonogramas permiten ver al feto dentro de la madre; casi todas las familias han visto ya las ecografías de hijos, nietos, sobrinos; hay fotos de ellos en los álbumes antes de que nazcan. Eso cambia la cultura.

4. En 1992 el Tribunal Supremo de EEUU, en el caso “Casey vs. Planned Parenthood” venía a pedir que se acabase el debate sobre el aborto, que se diese al aborto como algo consagrado en la ley norteamericana para siempre. Pero la sociedad –incluyendo los obispos de EEUU- no se calló, “y el movimiento provida ha crecido más que nunca”.

5. Con el tiempo, los lobbies y asociaciones pro-aborto se han hecho cada vez más rígidos, y empiezan a parecer histéricos y exagerados ante la opinión pública. “En ciertos círculos políticos el aborto parece tratarse como una especie de sacramento secular”, señala Weigel. La gente ve que los abortistas se oponen a todo: a las leyes de consentimiento informado, a las notificaciones a padres de menores, a los periodos de reflexión, a las inspecciones, al uso de monogramas, etc, etc…

6. Los pro vida cada vez son más jóvenes y son más entre los jóvenes, mientras los abortistas envejecen. La Marcha por la Vida de Washington cada 25 de enero tiene más y más jóvenes año tras año, lo mismo pasa en las protestas locales, las asociaciones, los grupo pro-vida universitarios, los grupos de médicos y enfermeras… “El movimiento pro vida en EEUU está en su momento más robusto y revitalizante”, considera Weigel.

7. “Los pro vida han ido consiguiendo más y más éxitos a nivel de las leyes estatales en los años recientes y se puede esperar que tengan aún más a ese nivel en el futuro inmediato”.

8. La argumentación legal que se usó en Roe vs. Wade, con el paso de los años, se hace cada vez menos plausible; uno de los jueces que emitió un voto discrepante, Byron White, dijo que era un ejercicio de “poder judicial crudo”. “Pocos académicos legales serios defienden el razonamiento legal de Roe vs. Wade”, dice Weigel.

9. Estados Unidos se ha llenado de centros de asistencia a la embarazada que han demostrado, caso a caso, una y otra vez, que el movimiento pro vida es un movimiento de compasión y apoyo. Weigel no lo dice, pero se entiende que el bando abortista queda, simplemente, como un negocio a costa de la embarazada.

10. En las estadísticas se nota: una encuesta Gallup de 2012 encontró que ya la mitad de los norteamericanos se autodefinen como “pro vida”.


Cuarenta años después de la liberalización del aborto en EEUU hay razones para pensar que dentro de otros 40 años la situación será muy distinta.