La segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad, que se celebra estos días en el Vaticano, tuvo lugar este viernes 6 de octubre. Durante la rueda de prensa posterior, el presidente de la Comisión de Información y prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, expuso los temas abordados en los círculos y durante las intervenciones.

Algunos de ellos fueron la revisión de las estructuras eclesiásticas, los abusos, el diálogo interreligioso, la formación, el papel de las mujeres, de los laicos, de los ministerios ordenados y no ordenados; la centralidad de la Eucaristía; la importancia de los pobres; los dramas de la emigración, de los abusos, y de los cristianos que viven en condiciones de persecución y sufrimiento.

Superar ciertas "lentitudes"

"Haremos todo lo posible cada día para darles todo lo que tenemos", adelantó Ruffini. El trabajo de los 351 miembros de la Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad, divididos en 35 Círculos Menores, se dispuso en dos partes: la primera con 18 informes de los relatores de los distintos grupos a la asamblea; una segunda con 22 intervenciones individuales.

Tres minutos fue el tiempo asignado a cada una en esta fase, "un poco más comprimida que los módulos posteriores, en los que la duración de cada intervención será de 4 minutos". Cada cuatro intervenciones hubo una pausa para el silencio y la oración.  

Ruffini enumeró a los periodistas algunos de los temas que habían surgido en estas dos últimas sesiones, destacando en particular la reflexión sobre "la Iglesia como familia que acoge a todos". El Prefecto de Comunicación explicó que en un Círculo se hizo hincapié en "una revisión de las estructuras de la Iglesia, como el Código de Derecho Canónico, la dimensión de la Curia y, de nuevo, la formación".

También se centró en el tema de la relación Oriente-Occidente, citando a Juan Pablo II y su histórica frase sobre que la Iglesia debe respirar con "dos pulmones". En cuanto al fenómeno de las migraciones, se reiteró la necesidad del acompañamiento de los migrantes y el servicio del obispo como pastor, "fundamental en este acompañamiento".

Mientras que sobre el papel de la mujer, se volvió a insistir en la importancia de "potenciar la figura femenina en la Iglesia" y su "participación activa en los distintos procesos". La misma preocupación se dirigió a los jóvenes y a los pobres, a los que se instó a superar ciertas "lentitudes".

Durante la sesión informativa se formularon varias preguntas sobre la participación ayer del cardenal Gherard Ludwig Müller, Prefecto emérito del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en un programa de televisión estadounidense para hablar de los trabajos sinodales.

Algunos periodistas presentes asumieron que esta aparición chocó con la instrucción del Papa a los miembros del Sínodo de observar un "ayuno de la palabra pública" durante estas semanas. En este sentido, alguien preguntó si estaban previstas "sanciones". Ruffini en broma, dijo: "¿Por quién, por mí?", y luego explicó que hay "discernimiento en el silencio".

Puedes ver aquí la rueda de prensa de la segunda jornada del Sínodo.

"No hay ningún gendarme que te castigue... Es una asamblea de hermanos y hermanas que se han dado un tiempo de reflexión. Hay un discernimiento personal que el Papa pide a los miembros y también a ustedes al explicarles de qué estamos hablando", amplió el prefecto.