Raul Ukareda es uno de los guitarristas de blues más famosos del Báltico. Fue miembro fundador de la banda de blues más famosa de Estonia, Compromise Blue, y guitarrista en la Tanel Padar Blues Band, creada por Tanel Padar, ganador de Eurovisión en 2001. Es además el organizador desde 1993 del mayor festival de blues de su país, el Augustibluus (www.augustibluus.ee).

Respetado como músico y como persona, Ukareda es uno de los pocos católicos de Estonia. Pero sólo desde 2010. Hace unas décadas era ateo, materialista, hedonista y estaba metido en asuntos realmente turbios con gente peligrosa.

Infancia "de buenos comunistas, ateos convencidos"
De niño, en su infancia en la República Socialista Soviética de Estonia, nunca recibió formación religiosa. "Éramos buenos comunistas, ateos convencidos y materialistas prácticos", recuerda.

Sólo su abuela tenía cierta creencia vaga en un "Ser superior". Un día, con 10 años, Raul encontró una Biblia en un cajón.

- ¿Qué es esto, abuela?

- Un libro antiguo -dijo ella riéndose - pero no lo abras y déjalo donde estaba. ¡No te vaya a pasar como a uno de mi pueblo, que lo leyó y se volvió loco!

Y esa fue su única relación con la palabra de Dios de niño: un consejo de la abuela desanimándole.

La gran pregunta, contra lo recibido
A los 11 años se cayó de un árbol altísimo que estaba trepando. Durante unos instantes, tras la caída, pensó, más allá del dolor y las fracturas: "¿Me iré al Cielo? "Era una pregunta extraña, mis padres y maestros me habían dicho que tras la muerte no había nada".

Sin embargo, desde entonces, la pregunta por el Más Allá quedó presente siempre en el fondo del alma de Raul.

La músico y el éxito
A los 12 años murió su padre y él se volcó en el rock y el blues. Y su grupo triunfó. Él tenía 18 años y conseguía cosas increíbles en la Unión Soviética, como un permiso para ir con el grupo a tocar a Finlandia, donde pudo beber vodka y tomar drogas hasta perder el conocimiento. Era un triunfador de 18 años que podía hacer "lo que quisiese".

"Me introduje en el mundo del alcohol, las drogas y las chicas fáciles. Hice cosas de las que prefiero no hablar, porque a nadie le gusta recordar su pasado criminal. Nos hicimos famosos. Las chicas se ponían histéricas en nuestros conciertos. Con 20 años, yo ganaba 5 veces más que cualquier profesional de tipo mediano".



Raul Ukareda en un solo de guitarra con Compromise Blue (7 min.)

Escondido de los matones chechenos
Algo cambió cuando se metió en "un lío" a causa de un coche pasado de contrabando y una banda de matones chechenos que querían recuperar el coche.

"Amenazaron a mi familia y sentí por primera vez un miedo indescriptible. Me refugié en casa de mi tía donde pasé varios meses encerrado sin salir a la calle, sin hablar por teléfono y sin asomarme a la ventana. No soportaba estar escondido todo el día".

Una noche, en ese retiro forzoso y angustiante, tuvo una experiencia de lucidez mística.

"Me siento incapaz de describirla. Estaba tumbado en la cama, profundamente abatido, cuando comprendí que aquí no se acaba todo: hay algo más grande. ¿Qué estoy haciendo con mi vida?, me pregunté. Concluí, con una lucidez extraña, que las cosas materiales en vez de saciar, aumentan la sensación de vacío. Y decidí buscar un sentido para mi existencia".

Como había una Biblia en la casa, la hojeó y trató de leerla, pero no entendía nada de ella, y la dejó.

Rezando al Dios desconocido
Después, consiguió llegar a casa de un pariente en Inglaterra. Allí sintió la necesidad de rezar, pero como tantos "hombres soviéticos" no sabía a Quién ni como. Rezó, no sabía por qué, pero rezó. "¿A Quién, a Dios? No sabía nada de Él. Pero tenía la certeza, en el fondo de mi alma, de que Alguien me escuchaba".

Necesitaba rezar para seguir viviendo, explica, aunque él mismo dudaba: "¿no serán todo esto fantasías?"

Pero en la oración a veces llegaba sabiduría. Por ejemplo, una vez, mientras rezaba, entendió que la vida era demasiado hermosa para malgastarla en noches de sexo y alcohol.



Cayó el comunismo... y buscó en el esoterismo
Cuando cayó el comunismo en Estonia y desapareció la URSS, legalmente, cara a la policía, él esta "limpio" en el nuevo país. Volvió a Estonia con 27 años y logró encontrar "un trabajo, la primera ocupación completamente honrada de mi vida".

Era un alma que rezaba al Misterio, que sabía que las cosas materiales -que había tenido en grado extremo- no llenan, que necesitaba Algo que le salvase y diese sentido a su vida...

Buscó en libros de esoterismo, en la filosofía hindú de los Hare Krishna, reflexionó sobre el karma, cantó matras, buscó en el mundo del chamanismo, leyó autores que mezclaban estudios con alucinógenos con rituales (supuestamente) precolombinos, pasó a las religiones orientales... fueron dos años de búsqueda intensa, y seguía en el mismo sitio: "desorientado, solo y sin razón para vivir".

Buscaba lejos por la propaganda anticristiana
Buscaba lo sagrado, el Misterio, muy lejos, en lo exótico... porque le habían educado en el desprecio al cristianismo. "En la Estonia comunista el cristianismo tenía muy mala fama, y desde pequeño me habían dicho que era una superstición, un conjunto de mitos en los que no creía nadie salvo tres o cuatro ancianas".

Pero ahora descubría, leyendo desde su país, considerado el menos creyente de Europa, que había millones de cristianos, incluyendo grandes genios creativos. Bach, Beethoven, Miguel Ángel... los clásicos antiguos fueron cristianos. "¡Hasta Tolkien, que triunfaba durante esos años con El Señor de los Anillos!", recuerda.

Tenía que averiguar más, y fue a una librería.

- Quiero un libro sobre el cristianismo -pidió.

- Pero, ¿ortodoxo, protestante o católico? -preguntó la dependienta.

Raul quedó desconcertado. ¿Cuál era la diferencia? ¿Era importante? Buscó en Internet, y lo que veía no era muy edificante. Unos defendían al Papa, otros decían que era el anticristo. ¿Qué pensar de esta desunión?

Buscando en distintas iglesias
Empezó a ir a una iglesia allí, otra allá... sin darse cuenta que eran de confesiones distintas. Y sus amigos ateos se reían de él. Esperaban que sus manías espirituales se le pasarían.

En el año 2000 su carrera musical estaba bien asentada y pensó que podía dedicar tiempo y esfuerzo a estudiar en serio el cristianismo. Se apuntó a unos cursos en la universidad, con profesores baptistas y luteranos. No había católicos. Asedió a preguntas a un pastor luterano, un viejo amigo que había vuelto a encontrar.

Y el amigo pastor luterano un día le dijo:

- Raul, eres un rebelde, buscas una respuesta racional para cada pregunta. Tu sitio es la Iglesia Católica.



Y fue entonces cuando acudió al catolicismo por primera vez, hablando con el obispo Philippe, un francés formado en la espiritualidad del Opus Dei (aquí el obispo habla de su pastoreo en Estonia). Pudo profundizar en la fe, entenderla, aceptarla. Se bautizó, y en 2010 se casó por la Iglesia con su mujer, con la que llevaba 20 años, y bautizaron a sus hijos.

"Ahora pienso que mi abuela tenía razón: quien lee la Biblia corre riesgo de volverse loco... pero de alegría", concluye.

(Este testimonio, redactado por ReL, lo tomamos del interesante libro de José Miguel Cejas "El baile tras la tormenta; relatos de disidentes de los países bálticos y Rusia", que recomendamos por sus numerosos testimonios de fe).



Lea también: 


Terry Chimes, el batería punk de Black Sabbath... hasta que leyó a CS Lewis y su reflexión sobre la soberbia

«El único pecado es rendirse»: Te Deum de Ben Weasel, católico y líder punk, canta a la esperanza