El Papa Francisco tiene intención de viajar a Sudán del Sur, un país que lleva desde 2013 en guerra civil y que ha dejado ante la indiferencia de muchos decenas de miles de muertos y refugiados.

Sin embargo, su intención no es ir solo sino que quiere ir junto al arzobispo de Canterbury, el anglicano Justin Welby, en un gesto ecuménico similar al que realizó durante su viaje a la isla griega de Lesbos, lugar conocido por la llegada masiva de refugiados, junto al patriarca ortodoxo de Constantinopla.

Este posible viaje lo anunció el propio Papa Francisco durante su visita a una iglesia anglicana de Roma este domingo. La idea del viaje a Sudán del Sur fue una sugerencia que partió del propio país: “Vinieron a verme el obispo anglicano, el obispo presbiteriano y el católico, y me dijeron: ‘¡Vaya usted! Pero no solo, vaya con el arzobispo de Canterbury'”, contó Francisco.

De llevarse a término este viaje, sería un gesto fuerte por la paz en un país que alcanzó la independencia en 2011, y que se ha visto prácticamente desde entonces envuelto en enfrentamientos motivados por la lucha de poder entre el entonces presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, y los partidarios del vicepresidente, Riek Machar, de la etnia Nuer.

El vídeo del Papa, iniciativa de la Red Mundial de Oración del Papa, lleva a cabo una iniciativa conjunta por la liberación de los niños soldados con la ong Entreculturas y el Servicio Jesuita de los Refugiados, uno de cuyos focos es precisamente Sudán del Sur.


Al responder a algunas preguntas tras la celebración ecuménica en la iglesia anglicana, el Papa destacó la importancia del ecumenismo en los países del sur, donde este diálogo “es más fácil" por no existir el recuerdo de siglos de agravios, si bien admitió que es también "más sólido en Iglesias más maduras”. “Las dos cosas son necesarias”, dijo, tras recordar su amistad con los anglicanos de Buenos Aires.

El Papa aludió en ese sentido a la situación en las Misiones del Norte de Argentina, donde cuando un católico no puede ir a la celebración católica, acude a la anglicana, o a la inversa. “La Congregación para la Doctrina de la Fe lo sabe que los dos obispos [católico y anglicano] trabajan juntos y las dos comunidades son amigas”, aclaró.

Francisco insistió también en el llamado “ecumenismo de sangre”, y recordó que, entre los mártires de Uganda, Pablo VI hubiera deseado beatificar también a los catequistas asesinados anglicanos, no solo a los católicos, “pero en ese momento no era posible”.