La tarde del pasado miércoles, en plena Jornada Mundial de la Juventud, la Plaza del Comercio de Lisboa albergaba un gran escenario frente a miles de fans que coreaban a pleno pulmón unas de las estrofas más conocidas del artista invitado:

"Hazme oír lo que te gusto.
Que vea que me miras con pasión.
Que a nadie quieres tanto como a mí".

Hakuna
Group Music
se había convertido en algo así como "teloneros del Papa"
y Pasión de Dios fue su hit elegido para comenzar. El viernes el grupo repite y el domingo clausura el macroevento católico.

Un escenario abarrotado y lleno de alegría, pero también muy distinto al que pudieron ver sus integrantes en la JMJ de Río de 2013, hace ahora diez años. Entonces, Hakuna estaba formado por tan solo unas decenas de "pringados" -sus miembros- "de primera hora", y su fundador, el sacerdote José Pedro Manglano.

Pero entonces, seguramente no imaginaban que llegarían a cumplir los diez años con millones de reproducciones en Spotify, agotando miles de entradas semanas antes de tocar en icónicas plazas como el Palacio Vistalegre de Madrid y llevando a 2.500 miembros de este movimiento para ver al Papa a Lisboa desde más de 20 países.

Macarena Torres, responsable de comunicación de la organización, relata a El Independiente que todo empezó al volver de Río, cuando Manglano invitó a que el "grupo de chavales" que lo acompañó a la JMJ grabase un disco con sus temas religiosos. Y sin mayor pretensión aparente, comenzó lo que hoy es una "Revolución" musical y religiosa entre los jóvenes.

¿Qué es lo que les hace lograr tanta química entre los católicos de la Generación Z y los milenials? A Torres, que en su primer encuentro con Hakuna de 2018 estaba algo "despistada" de la fe, le atrapó el hecho de que "rezaban pero también salían de fiesta".

"Me di cuenta que se podían hacer las dos cosas, el cristiano disfruta de todo. Al poco tiempo de volver a Sevilla se montó un grupo de Hakuna y decidí apuntarme", relata.

Concierto de Hakuna en la Plaza de Comercio de Lisboa (a partir del minuto 9.30):

Desde entonces, la joven se reenganchó con la práctica religiosa a través de las horas santas de Hakuna, con música en directo, testimonios y, al acabar, alguna cerveza en el bar "más cercano".

En lo referido a la asistencia, estos ratos de oración son un éxito y reúnen a 10.000 asistentes por semana en sus principales sedes de todo el mundo.

Un movimiento "de los jóvenes" en el que "el cura ayuda"

Para Mauro, de 22 años, hay varios hechos que "marcan la diferencia" en Hakuna. El primero, la aparente ausencia de clericalismo (tema del que a menudo habla el Papa Francisco).

"Lo bueno es que lo movemos nosotros, los jóvenes, el sacerdote nos ayuda pero es nuestro, y lo que más nos mueve es la música y el Señor que está en la eucaristía. El ambiente es buenísimo, se respira vida, alegría", comenta.

También valora algo que, a su juicio, "no se encuentra en otro lugar ": "No pensamos en la Cruz y la pesadumbre de la vida".

Otra joven cercana a Hakuna que estuvo en el concierto de Lisboa, Teresa Cano, valora que "la forma de vivir la religión a través de sus letras no es de un Dios castigador o como tradicionalmente se ha planteado la relación con Dios, sino como un amigo". También cree que si Hakuna atrae a tantos jóvenes, es por un acceso "más fácil" que a otros movimientos y no oculta la importancia de "tomarse algo" después de cada hora santa.

María José Ortiz, de 34 años, contempla Hakuna como "una forma distinta" de acercarse a Dios y rezar, y destaca algunos elementos comunes que le hacen querer acercarse más: "Tienen grupos de Whatspp que avisan de actividades, ayudan a la comunidad fuera del ámbito religioso, representan a Dios como un Padre cercano y no castigador…".

El secreto del éxito de Hakuna

Cada tema de Hakuna es comparable a alguna de sus directrices doctrinales. El pasárselo bien y disfrutar en clave religiosa las pequeñas cosas es uno de ellos, que también deja plasmado Manglano en su libro Viva la vida o el grupo en su nuevo tema, Olor a tostadas.

Así reaccionaba la gente en Lisboa ante el concierto de Hakuna en la Plaza del Comercio:

A Hakuna no le sobra el tiempo. Según concluya la JMJ de Lisboa este domingo 6 de agosto se trasladarán al Tío Pepe Festival, que se celebra en Jerez del 7 al 17 de agosto.

Maca y Álex, responsables de relaciones externas y coordinación musical del grupo respectivamente, explican al Diario de Jerez  el "secreto del éxito" de Hakuna que les permite contar con un asalariado en el sector musical y a más de una decena de ellos en la Fundación Hakuna.

"El éxito se lo atribuimos a Dios", afirman enérgicamente al ser preguntados por sus vídeos y temas más virales. También a considerar las canciones como "oraciones muy personales que escribe cada uno". De hecho, Maca asegura que para Hakuna, "lo de menos es subirse a un escenario".

Tres pilares: horas santas, "don Josepe" y cohesión

"Hakuna es un un grupo de música de adoración eucarística. El momento culmen como grupo es cuando cada semana se pone delante de la Eucaristía en una hora santa y se rezan las canciones. No estás haciendo un ‘hit’ a pesar de que a la gente le llama la atención que en los conciertos todo el mundo se sabe todas las canciones... Y eso es porque cada semana se cantan en las horas santas", explica.

Sin embargo, admiten que algunos elementos materiales que ayudan. Uno es el mismo Manglano, cuya figura  "enriquece mucho a la hora de hacer las letras". De hecho, reconocen que "muchas de las letras del grupo son de `Don Josepe´".

Miles de fans abarrotaron la Plaza del Comercio de Lisboa para ver a esta agrupación surgida en la JMJ de Río de Janeiro. 

Otra de las "claves del éxito" de Hakuna es la fidelidad a su espíritu fundacional y a la identidad de grupo. Por eso dicen que da igual si las canciones se componen en Madrid, Valencia o fuera de España.

"Todos somos parte de esto con independencia de dónde seas y todos como que vamos a lo mismo", explican.

Precisamente por ello, y por querer expresar la "verdad en esencia", prefieren componer su música "con un papel o sentado en tu jardín" y que "nazca de experiencias vitales de un encuentro con Dios" a pedirle ayuda al Chat GPT y la Inteligencia Artificial.

También por este motivo renuncian a elementos técnicos de edición como el "autotune". "Al final le quitas la verdad, la esencia de una voz", admite Maca.   

Hakuna en Instagram celebra sus 10 años y reflexiona sobre ellos.

Una "revolución" con la que se identifican miles 

Otro de los factores que impulsan a este grupo es el saber combinar el estilo del pop más "comercial" y actual con un mensaje que, en resumen, traslada la forma de vivir la fe de jóvenes del día a día.

"Nuestras canciones apelan al sentido de la vida, a tu relación con Dios, al amor o la belleza", cuenta Maca antes de hablar de uno de sus principales temas, Huracán. Por eso, miles de jóvenes pueden identificarse el mensaje.

"Creo que no es por casualidad que sea esa canción. Es muy verdad, pues es una chica que se hace muchas preguntas sobre su vida. Y porque si te asomas al abismo, a veces entras en la desesperación de decir: si Dios existe ¿dónde está? Es muy difícil que no te identifiques con eso en algún momento de tu vida", agrega.

"Estamos reconociendo que en la música católica se está produciendo una revolución y que hay un efecto llamada pues hay otros grupos que también lo están haciendo muy bien. Para nosotros es muy importante que la Iglesia nos apoye", concluyen los miembros de la organización.

"Si nos olvidásemos de Dios, sería angustioso"

Entrevistado recientemente por Vida Nueva, José Pedro Manglano, confiesa que la actual estructura de Hakuna no solo "desborda" a nivel material, sino que  se trata de un éxito no buscado.

"Lo que está pasando me sobrepasa, es muy desproporcionado respecto a lo que uno aporta. La garantía está en que nunca ha habido objetivos o planes, propósitos de conseguir algo, como llegar a otras ciudades o a otros países. Todo ha ido sucediendo sin buscarlo", explica

Sin embargo, menciona algo aparentemente contradictorio, y es que se trata de una situación que "da una gran paz".

"Tener con tanta frecuencia el Santísimo en alto y cantando, te hace tomar conciencia de que toda la vida mana de Él. Eso quita toda la presión. Si nos olvidamos de Dios, mantener una ‘multinacional’ supongo que sería angustioso", confiesa.

Manglano reconoce que en este movimiento hay cantidad de conversiones, "ves que resucita una persona, que aprende a vivir en libertad con una paz profunda y una caridad creciente". Y asegura que eso, más allá de los orígenes de Hakuna o de su terminología, "no es producto del marketing".

"Hay algo que ha entrado en esa persona y es el Espíritu de Dios, la acción de Dios que transfigura. Cuando entró el primer seminarista de Hakuna, vaticinaron que duraría un telediario dentro, y mira, se acaba de ordenar", concluye.