Santa Teresa de Lisieux me ha estado siguiendo siempre. Ella ha sido la patrona de mi familia desde hace mucho tiempo, por lo que, naturalmente, me pusieron su nombre. De hecho, a mis hermanas les colocaron los otros nombres de la familia Martin.

Ella ha mostrado en toda mi vida, una poderosa presencia e intercesión. Me volví a conectar con ella hace un par de años, cuando leí el libro «Historia de un alma», por primera vez desde que tenía siete años de edad.


Antes de tomar las clases, siempre pensaba en ella como uno de  esas santas que están mucho más allá de mí, ¡es una Doctora de la Iglesia, por Dios Santo!, nunca podría compararme con ella. Lo que aprendí leyendo «Historia de un alma», es que ella tiene mucho más en común con nosotros  de lo que yo pensaba, en especial para nuestros tiempos.


Santa Teresa se describió a sí misma como una pequeña alma, la mayoría de nosotros somos pequeñas almas. ¿Por qué? En nuestro mundo moderno, estamos acostumbrados a una vida cómoda.  Son muy pocas las distancias entre nuestra Madre Teresa y Karol Wojtyla. Creo que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que somos demasiado poco y demasiado débiles para convertirnos en santos, y aun así todos estamos llamados a hacer precisamente eso.

Santa Teresa sabía que ella era demasiado débil para convertirse en una gran santa, en otras palaras, ella es exactamente como nosotros. Incluso  ella luchó para rezar el Rosario. Aun así, se convirtió en una de las más grandes santas. Santa Teresa nos muestra cómo lograr la santidad poco a poco, dando pasos de bebé. La clave es una confianza filial a Dios, y sentir un gran amor por Él y por los demás

Aquí te hago conocer 4 consejos para crecer en santidad inspirados por Santa Teresa.


"El buen Dios no exige más de ti que buena voluntad… pronto, movido por tus inútiles esfuerzos, Él descenderá, tomándote en sus brazos, Él te llevará hacia arriba." (Santa Teresa de Lisieux)

La clave para crecer en santidad es que sigamos intentando, incluso si nunca vemos avances en nosotros mismos. Si nos levantamos cada vez que caemos y comenzamos de nuevo, Dios estará contento. Si viéramos nuestro progreso, podríamos pensar que es por nuestros propios esfuerzos que crecemos en virtud. La incapacidad de ver nuestro crecimiento nos mantiene dependiendo de Dios.


"Tengo que buscar… la compañía de hermanas que sean las menos agradables para mí… quiero ser amable con todo el mundo para dar alegría a Jesús." (Santa Teresa de Lisieux)

Pocos de nosotros sabemos cómo amar verdaderamente a  las personas. Si no sabemos cómo, podemos empezar por hacer pequeñas cosas: sonreír a un extraño, ofrecerte a lavar los platos, abstenerte de protestar. Podemos comenzar con pequeños actos de amor, en especial con aquellos con quienes no nos llevamos muy bien, para que nos enseñen «cómo». Aprendemos a amar amando.


"Para mí, la oración es un impulso del corazón; se trata de una sencilla mirada lanzada al cielo, es un grito de reconocimiento y amor,  tanto en la prueba como en la alegría." (Santa Teresa de Lisieux)

Dios es simple. Él es feliz tan sólo con que nos presentemos  y pasemos un tiempo con Él, no tenemos que hacer x, y, z, para que esta sea una buena oración. Si te es difícil o te distraes, intenta mantener la concentración y confía en que aun así es buena,  aún, si no consigues calidez y alegría no recibas los wram-fuzzies.


"Tenemos que amarlo simplemente, sin mirarnos a nosotros mismos, sin examinar demasiado nuestras fallas" (Santa Teresa de Lisieux)

Dios no es un juez que está esperando a que nos equivoquemos, Él nos mira con amor, como sus hijos. Los niños intentan complacer a sus padres, pero algunas veces se equivocan y hacen desastres. Si estamos tratando de ser santos, Dios no nos rechazará por nuestras equivocaciones. Si nos enfocamos en el amor y la bondad de Dios, va a ser más difícil para nosotros desanimarnos.

Santa Teresa me enseñó, que convertirse en un santo no es fácil, pero si es simple. No tenemos que desalentarnos por nada, la debilidad, el fracaso, el pecado, o el sufrimiento. Podemos confiar en que Dios nos hará santos, si tomamos un pequeño paso hacia adelante todos los días.

¿Es Santa Teresa especial para ti? ¿Cómo ha impactado en tu vida, o lo que hizo o dijo?