Esta semana el Parlamento Europeo ha quedado totalmente retratado al negarse a condenar el brutal asesinato de Deborah Samuel Yakubu, la estudiante cristiana que ha sido lapidada y luego quemada por sus compañeros musulmanes tras haber sido acusada de blasfemar. La joven simplemente se había quejado del excesivo número de mensajes religiosos en el grupo de WhatsApp de su clase, lo que fue considerado como una afrenta por los islamistas.

Su muerte provocó además importantes disturbios en Nigeria. Una turba de fanáticos islamistas utilizó este  suceso como pretexto para incendiar iglesias, mientras que en algunas zonas del país africano la situación de los cristianos es ya insostenible.

A pesar de ello, el Parlamento Europeo no ha querido defender a estas personas indefensas, ni siquiera por el hecho de que la víctima sea mujer, viendo la especial sensibilidad feminista de los políticos europeos.

La moción fue presentada por el eurodiputado francés Jean-Paul Garraud, pero fue rechazada con 244 votos en contra, 231 a favor y 19 abstenciones. La mayoría de los votos en contra provino de los partidos de izquierdas, entre los que se encontraban los españoles del PSOE, Podemos o Bildu, entre otros.  Las abstenciones fueron decisivas para la decisión final, y ahí se encontraron los votos de los parlamentarios de Ciudadanos.

Garraud denunció en su intervención que “las comunidades cristianas de algunos países musulmanes sufren numerosos asesinatos y atentados, profanaciones de iglesias y cementerios, ataques a procesiones... Pero esto también está ocurriendo en Europa y en Francia. Sin embargo, la Comisión Europea todavía se niega a nombrar un coordinador para la lucha contra la cristianofobia o a establecer una estrategia europea para combatir este flagelo, mientras que dicho coordinador sí ha sido creado para luchar contra el antisemitismo y la islamofobia”.

De este modo, el eurodiputado agregó: “el Parlamento Europeo debe debatir este importante tema de la persecución de los cristianos en el mundo y, más concretamente, el caso de la joven Deborah Samuel Yakubu. Hacer todo lo posible para evitar tales tragedias es una necesidad absoluta; no hacer nada sería, por el contrario, culpable”.

Pese a su intervención, el Parlamento Europeo no ha querido condenar este asesinato brutal lo que provocó que varios eurodiputados gritaran “¡vergüenza, vergüenza!” cuando se conoció el resultado.

“Europa debería saber el nombre de Deborah Yakubu. Esta oportunidad de denunciar el brutal e injusto asesinato de una adolescente inocente –basado en una falsa acusación de ‘blasfemia’, nada menos– se ha perdido imperdonablemente. Nadie debería ser perseguido por su fe, pero parece que la UE ha hecho la vista gorda”, denuncia Jean-Paul Van De Walle, asesor legal de Alliance for Defending Freedom International (ADF) en Bruselas, organización que defiende la libertad religiosa, la vida y la familia en todo el mundo.

Esta situación es si cabe aún más grave debido a que ese mismo día fueron invitados al Parlamento Europeo Shagufta Kauser y Shafqat Emmanuel, un matrimonio católico paquistaní rescatado del corredor de la muerte en su país tras varios años encarcelados por falsas acusaciones de blasfemia. Ahora están refugiados en Europa.

Estos cristianos relataron su testimonio en el Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Libertad Religiosa y Tolerancia Religiosa. Shagufta Kauser hizo un llamado a quienes están en el poder a tomar medidas para proteger a otras víctimas de la persecución. “Estoy muy agradecido por todos sus esfuerzos de que estemos con ustedes hoy. Pero recuerden que hay muchos más que necesitan ayuda: sabemos de un joven de 18 años que ha estado en prisión durante años por blasfemia. Y está el caso de Stephen Masih: tiene una enfermedad mental y se enfrenta un juicio”, dijo Shagufta, dirigiéndose a los eurodiputados.