1399. 6 de noviembre. Durante la Elevación. "

Cuando hemos llevado bien nuestra cruz, es ella la que nos lleva.

1400. 9 de noviembre. Hora Santa.

Para oír Mi Voz, es preciso ponerse primero en un estado puro; es decir, alejar los pensamientos mundanos, rebajarte ante tu propia estimación, avivar cuanto te sea posible los sentimientos del amor y luego pedir Mi Auxilio con las palabras más íntimas y cariñosas. Así te encontrarás en el aposento de arriba en tu alma, donde se da el intercambio de cariños y allí, humildemente, aguardarás los Favores de tu Rey. Hablando en términos de justicia, El no te debe nada; pero como el Amor sin medida que tiene para ti lo arrastra a todos los excesos, El te poseerá según su manera inefable y divina, tomando todo el 'tú' que El mismo creó.

Entonces dije yo: Señor, ya tienes mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad; ya Te los di, después de haberlos recibido de Tu Mano.

Contestó: Dámelos incesantemente. A cada momento puedes hacerlo de nuevo. Pero sabiendo que esta sujeción voluntaria de todo tu ser Me honra grandemente. Yo os he permitido honrarme así.
¿No reconoces en todos los pasos de tu vida la acción de Mi Amor? Yo Soy el Amor escondido, pero Soy también el Amor ardiente. Soy el Amor silencioso, pero también el Amor elocuente.
Ensaya conocer Mi Corazón en el silencio de los días y de las noches en Mi tabernáculo solitario.
¿Qué es lo que lees en Mi Corazón? Nostalgia por los ausentes, gratitud para los que Me visitan.
Yo Me imprimo en ellos. Quisiera que al salir de Mi Casa tuvieran como suyo Mi Rostro para
presentarlo a los demás. Como cuando Yo enviaba a Mis Apóstoles solos y ellos curaban.

Desea curar las almas de los otros y así curarás la tuya. Y ahora: ¿te he dicho, o no, las palabras que esperabas de Mí?

Y luego añadió con inmensa ternura: Te tengo cautiva y Mi Cariño te envuelve. Nada de ti se Me podrá escapar durante esta hora, la Hora Santa. ¡Oh! Haz de todo lo que queda de tu vida una Hora Santa en Mi Corazón, que es tu 'Aposento de Arriba'."

 

 Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.