Ha empezado este lunes, en la sede de la Conferencia Episcopal Española, su 121ª Asamblea Plenaria, con un discurso inaugural del cardenal Omella (aquí íntegro en PDF) y un mensaje del Nuncio, el filipino Bernardito Auza.

Puede ver fotos de la plenaria y los obispos aquí en Flickr.

El cardenal ha pedido a los obispos "acompañar espiritualmente a los laicos y trabajar codo a codo con ellos y con los consagrados en la misión recibida del Señor de evangelizar y humanizar la sociedad".

"El reto más importante que tenemos ahora es despertar en las multitudes de laicos la vocación que han recibido de Jesucristo para que, unidos a Él, ejerzan su misión de ser sal y luz para el mundo, de ser la levadura que transforme la sociedad para hacerla más humana, digna y fraterna".

En su discurso ha alabado el papel de la familia ("el ámbito más adecuado en el que cada persona llega a ser genuinamente humana y puede desarrollarse"), la educación con sentido ("y no sucedáneos ideológicos programados con otros intereses") y "la importancia de acompañar la vida humana, la vida de cada persona, en todas las fases de su existencia, desde su concepción hasta su muerte natural, aumentando los cuidados cuando la vida es más vulnerable".

También planteó el "cheque escolar" como una posible herramienta para las familias y escuelas.

Contra los abusos sexuales, y no sólo en la Iglesia

Sobre la lucha contra los abusos sexuales a menores en la sociedad, y no sólo en la Iglesia, el cardenal dijo: "La Iglesia quiere liderar la lucha contra esta lacra que afecta a uno de cada cinco niños en Europa. Sin rehuir ninguna de nuestras propias responsabilidades, lamentamos que por el momento no se aborde dicha dolorosa cuestión en su dimensión global y que se insista en analizar exclusivamente este drama en el ámbito de la Iglesia".

Omella no detalló de dónde sale esa cifra de "uno de cada cinco niños", aunque una campaña de 2010 a 2015 del Consejo de Europa usaba esa cifra para abusos a menores en el total de la sociedad.



Omella detalló además que "en cumplimiento de lo establecido por la Santa Sede todas las diócesis españolas tienen establecidos protocolos y oficinas para la protección de menores y presentación de denuncias por abusos cometidos. Además de las 60 oficinas en el ámbito de la Iglesia diocesana (de carácter diocesano, interdiocesano y lugares de acogida), las congregaciones religiosas han abierto 142 oficinas pertenecientes a 121 congregaciones. En total, la Iglesia en España ha abierto en estos dos años 202 oficinas preparadas para la recepción de denuncias de abusos cometidos".

"No basta con pedir perdón, queremos que esa lacra desaparezca de nuestra sociedad. Por ello, seguimos colaborando con los jueces, la fiscalía y el Defensor del Pueblo, aportando toda la información de la que disponemos y activando nuestros protocolos", insistió el cardenal.

Una nueva "Primavera del Espíritu"

El cardenal animó a Evangelizar desde la alegría de la Pascua. Nuestro mundo, dijo, “necesita que los cristianos vivamos, con humildad y sin complejos, el gozo Pascual, regalo del Resucitado”.

"Creemos que estamos viviendo el inicio de una nueva primavera del Espíritu", aseguró Omella. Los obispos en zonas urbanas, dijo, constatan "creciente anhelo de Dios". Si la secularización fue del mundo urbano al rural, “esperamos“ que el deseo de Dios que emerge en las ciudades llegue también al mundo rural.

Para evangelizar, el cardenal Omella anima a leer los “Cuadernos del Concilio” con los que el Dicasterio para la Evangelización acerca –en 34 cuadernillos- las 4 Constituciones del Vaticano II (se pueden descargar en cuadernosdelconcilio.com ).

También recomienda a los laicos el nuevo documento "El Dios fiel mantiene su alianza", que es una referencia a la encíclica Christifideles laici, en la que San Juan Pablo II señala ocho ámbitos en la que los cristianos deben estar presentes evangelizando.

Tres acciones que el cardenal pide a los laicos

Omella, a partir de esos textos, anima a los laicos a trabajar tres temas principales:

1. Proponer la familia como fuente de cohesión social y de vida;

2. Promover un sistema educativo gratuito que respete la libertad de los padres a la educación de sus hijos, sabiendo que la Iglesia defiende "la libertad que tienen los padres de educar a sus hijos en conciencia según sus valores” (como recogen la Constitución en su artículo 27 y también la Declaración de Derechos Humanos). Incluye una buena educación afectivo-sexual. Y plantea Omella: "¿No podría ser el cheque escolar la verdadera neutralidad y libertad que pedimos a la Administración competente?"

3. Acompañar la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural, aumentando los cuidados cuando la vida es más vulnerable. Son situaciones “de especial vulnerabilidad” el inicio de la vida; los refugiados e inmigrantes; la enfermedad mental; la ancianidad; y el final de la vida. “Es una grave equivocación” plantear que “eliminar una vida humana pueda ser solución para algún problema”. Pidió "alternativas reales y ayudas económicas significativas para que las madres que afrontan, muchas veces en soledad, un embarazo inesperado, no tengan que recurrir al aborto”.

Pidió además analizar "el alarmante aumento de suicidios, de manera especial entre los más jóvenes" y expresó el rechazo de los obispos "a la ley que regula la eutanasia", pidiendo "una ley integral de cuidados paliativos y de ayudas dignas a la dependencia que, contando con los recursos necesarios, permita acompañar de manera verdaderamente humana a las personas en la fase final de su vida”.

También animó a los medios de comunicación "a dar una amplia cobertura" a la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, que tiene lugar del 1 al 6 de agosto.

Mensaje del Nuncio: devoción popular, cuidado al migrante

Bernardito Aúza, Nuncio del Papa, recordó la muerte de Benedicto XVI, recordando que visitó España en tres ocasiones como Papa.

Alabó la importancia de la devoción popular en España, que ha podido vivir tras la pandemia en las calles de Madrid, Andalucía y Murcia. "Las imágenes sagradas, tan queridas por los fieles y cuidadas por las diversas cofradías, han vuelto de nuevo a centrarnos a todos en lo esencial del anuncio del Evangelio: “Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra salvación".

Se trata, dijo, "de una valiosa catequesis kerigmática por las calles, enriquecida por la expresiva belleza de las imágenes sagradas. La piedad religiosa, como nos recuerda el Magisterio, constituye un patrimonio vivo de la fe, una teología popular que nos lleva a todos, también a los indiferentes, a una realidad que simultáneamente nos supera y llena nuestros corazones".

También habló de "los dos Visitadores Apostólicos a los Seminarios en España, Mons. Arturo Fajardo, Obispo de Salto y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay, y Mons. Milton Tróccoli, Obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas", que finalizaron su visita a los seminarios de toda España. Asegura que, entre los obispos españoles, "la grandísima mayoría, si no todos, me han expresado profundo aprecio por la simpatía y la bondad de los dos Visitadores Apostólicos".

Alentó los esfuerzos contra los abusos a menores y en defensa de los derechos de las familias y escuelas católicas, el apostolado del Mar, los "corredores de hospitalidad" que preparan las diócesis españolas "y las iniciativas al socorro de los migrantes y refugiados, que están muy en el centro de la solicitud del Santo Padre".

También recordó que desde el 29 de marzo la Iglesia ha renunciado "a las exenciones del Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), y a las exenciones por contribuciones especiales, en el marco del principio compartido por el Estado y la Iglesia Católica en esta cuestión como es el de mantener el principio de igualdad respecto de los beneficios fiscales reconocidos a las entidades sin ánimo de lucro privadas, según el régimen fiscal previsto en la ley de mecenazgo".