El próximo 29 de marzo, Dios mediante, la pontevedresa Lulú Vázquez de Silva cumplirá 109 años, y pese a su avanzada edad sigue empeñada en ayudar a los demás. Lo hace de manera activa a través de RedMadre, una organización provida que ayuda a mujeres embarazadas en riesgo de exclusión y con pocos medios. Es seguramente la voluntaria de mayor edad.

“Ayudar le gusta a cualquiera. Siempre es algo bueno”, afirma esta entrañable anciana al Faro de Vigo. Para ello, ofrece los talentos que tiene y las fuerzas de las que dispone. Ya no puede reunirse con sus amigas en la plaza, pero fue precisamente allí después de ir a misa donde conoció la existencia de RedMadre.

Colaborar sin importar la edad

Una de las voluntarias, Carmela Calvar, transportaba en ese momento cajas para montar canastillas para las madres y explicó a Lulú en qué consistía esta fundación. Quedó fascinada y decidió que quería colaborar haciendo lo que mejor sabía: calcetear.

Y así fue como hace dos años, con 106, empezó a crear artículos para bebés de madres que pese a todas las dificultades han decidido seguir adelante con sus embarazos. Empezó con una toquilla y dos jubones. Después siguió con bufandas, patucos…

"No me lo pensé"

“Me gustó la idea y como me gusta calcetear desde pequeña, no me lo pensé”, explica Lulú, que aunque cada vez tiene más dificultades para seguir fabricando ropa para los bebés está en estos momentos con unos patucos.

Lulú, en una foto de su juventud

Pese a su edad, Lulú no falta a su cita con la iglesia. Ya sea con bastón o si es necesario con silla de ruedas va a misa, aunque ha decidido cambiar de parroquia, dejando la de la San Francisco por la de San Bartolomé, más cerca de su domicilio.

Preguntada sobre la vida actual, afirma que “lo que menos me gusta de la vida de ahora es cómo los padres educan a los hijos. Creen que los quieren más por no corregirlos cuando hacen algo mal. No me gusta la vida de hoy”.

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